Tras la pista del helvético-ruso por el que pende una enorme recompensa del FBI
Las autoridades estadounidenses ofrecen un millón de dólares por atrapar a Vladislav Osipov, quien supuestamente ayudó a un oligarca a eludir las sanciones. El hombre podría estar en la Goldküste (costa dorada) de Suiza.
Las nubes se cernían sobre el lago el día que llegamos. Un pálido sol intentaba abrirse paso. El municipio de Herrliberg se alarga plácidamente por la llamada Goldküste, la “costa dorada” de la orilla oriental del lago de Zúrich, una de las zonas más ricas de Suiza, donde la clase media se mezcla con los ricos y los muy ricos. Con una fiscalidad baja y la natural privacidad suiza que aquí adquiere proporciones aún mayores, este es el lugar ideal para vivir, sobre todo si no se quiere llamar la atención.
Y aquí, a pocos kilómetros de la ciudad, podría hallarse un hombre buscado por la justicia estadounidense. Un hombre por el que el FBI ha puesto una enorme “recompensa” de hasta un millón de dólares.
La mano derecha del oligarca
Se llama Vladislav Osipov, tiene 52 años, es ciudadano ruso y desde hace unos años también suizo, y está acusado en Estados Unidos de varios delitos financieros que van desde el fraude bancario al blanqueo de dinero, pasando por la “conspiración” contra el país. Acusaciones altisonantes para decir, en pocas palabras, que habría actuado directamente con el fin de eludir las sanciones impuestas contra Moscú y diversos actores que gravitan en torno al Kremlin por la guerra en Ucrania.
Se dice que Osipov es la mano derecha del oligarca ruso Viktor Vekselberg. No un oligarca cualquiera, sino uno de los más ricos de Rusia: muy cercano a Putin, pero también muy apegado a Suiza, donde reside desde hace años y donde ha establecido sus negocios, que van desde las materias primas hasta el sector inmobiliario.
Osipov es sospechoso de haber creado una intrincada red de empresas fantasma para evitar que Vekselberg fuera identificado como propietario del Tango, un yate valorado en más de 90 millones de dólares. Una operación que, sin embargo, no dio sus frutos, ya que la enorme embarcación fue confiscada en 2022 mientras estaba atracada en el puerto de Mallorca, España, a petición de la justicia estadounidense. Las imágenes de la operación (sin audio), en la que participaron hombres del FBI apoyados por agentes de la Guardia Civil, dieron la vuelta al mundo.
El sistema de cajas chinas (una historia dentro de otra, N. de la T.), según Washington, fue orquestado por el propio Osipov. Según el propio FBI, que le busca activamente, Osipov podría encontrarse actualmente en Suiza, donde ha dejado rastros empresariales y personales.
>> Imágenes de la operación conjunta del FBI y la Guardia Civil:
La sociedad financiera en un edificio anónimo
Osipov era miembro del consejo de administración de una gran empresa inmobiliaria de Zúrich, la misma en la que Vekselberg tenía una gran participación. Dimitió de su cargo tras caer en el radar de la justicia estadounidense.
Sin embargo, según la página web del registro mercantil consultado por RSI (Radiotelevisión suiza de lengua italiana), una sociedad financiera a su nombre sigue activa. Está registrada en Herrliberg, donde también le buscan los investigadores estadounidenses.
La dirección es la de un edificio anónimo de pocas plantas y reciente construcción. Llamamos varias veces al timbre. Nadie contesta. Sin embargo, su nombre destaca junto con el de otras personas a la vista en el interfono. Al cabo de unos minutos, una señora nos llama a través de la ventana: “¿Quiénes son, qué quieren?”. Respondemos que somos periodistas y que queremos hablar con Osipov. “No le conozco, aquí no hay ningún Osipov”. Es extraño, pues registró su empresa en esta dirección y es en Herrliberg donde vive desde hace poco, ya que fue aquí, según comprobamos, donde obtuvo la nacionalidad suiza.
Una extraña llamada
La página web de su empresa ha desaparecido. Sin embargo, gracias al archivo de Internet podemos rastrear una versión antigua y un número de teléfono. Intentamos llamarle. Nos contesta un hombre en inglés, pero con un acento extraño, que suena a Europa del Este. He aquí una reconstrucción de la llamada.
Pregunta (P): Buenos días, estamos buscando al señor Osipov, hemos encontrado este número en Internet relacionado con su empresa, ¿podemos hablar con él?
Respuesta (R): Buenos días, señor… eh… esta ya no es su oficina…
(P): ¿Pero estuvo aquí antes?
(R): Sí, antes (N. del E.) estaba aquí, alquilaba este despacho, pero ahora ya no está…
(P): ¿Puede decirme dónde podemos encontrarle?
(R): Lo siento, pero no tengo ni idea de dónde está. Adiós…
Naturalización en Herrliberg en 2019
Osipov se enfrenta en Estados Unidos a varios años de cárcel. La gravedad de los cargos queda demostrada por la elevada recompensa ofrecida: “El Programa de Recompensas del Departamento de Estado de los Estados Unidos contra la Delincuencia Organizada Transnacional ofrece una recompensa de hasta un millón de dólares por información que conduzca a la detención y/o condena de Vladislav Osipov”, se lee en el sitio dedicado a ‘Los más buscados’ del FBI.
En el anuncio, en el que destacan dos retratos estilo ficha policial que ha dado la vuelta a internet, se dice que Osipov podría estar en Mallorca (donde fue incautado el yate de Vekselberg), Moscú o, escrito en blanco y negro, Herrliberg.
De hecho, es aquí, a tiro de piedra de la ciudad de Zúrich, donde su presencia sigue estando presente. Además de tener la sede y el domicilio de su empresa, fue en Herrliberg donde Osipov obtuvo la nacionalidad suiza, según nos confirmaron por correo electrónico desde la secretaría municipal. “La administración municipal ha tomado nota del asunto; el FBI no se ha puesto en contacto con nosotros; el señor Osipov se naturalizó en 2019: en ese momento se cumplían todos los requisitos”, señala el mensaje en respuesta a nuestra petición de aclaraciones.
RSI, a pesar de varios intentos, no ha podido ponerse en contacto con él para posicionarse. No obstante, en 2022 hubo una primera acusación contra él y Osipov declaró entonces su inocencia.
Sin embargo, el empresario de 52 años sigue estando en “busca y captura” por el FBI, que ha puesto sobre la mesa una recompensa poco habitual para llegar a él. Por otra parte, Washington no ha solicitado asistencia judicial a Suiza, según ha confirmado la Oficina Federal de Justicia.
Por lo tanto, no está siendo investigado en la Confederación; y si estuviera aquí, por ahora, podría seguir moviéndose como un hombre libre.
Texto adaptado del italiano por Carla Wolff
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