Matices de la solidaridad
La Cadena de la Solidaridad ha reunido la cifra sin precedentes de 197 millones de francos para las víctimas del maremoto. La colecta para Sudán, abierta hace 7 meses, apenas 2 millones.
Las lecciones aprendidas tras el tsunami empiezan a ser evaluadas, pero algo está claro: no hay que dejar en el olvido a otras catástrofes humanitarias.
El término globalización pareciera haberse ampliado en la conciencia colectiva tras el maremoto del 26 de diciembre pasado en la región sudasiática. Una catástrofe natural terminó con la vida de 250.000 personas de decenas de nacionalidades distintas del Sur y el Norte y puso en marcha un operativo de emergencia global dirigido a la zona siniestrada.
En el mundo entero las imágenes del momento de la catástrofe natural inundaron los televisores y la solidaridad internacional despertó de manera sin precedentes.
En Europa, los suizos se destacaron por su caridad post-tsunami con un promedio de donativos privados de 30 francos por habitante.
La Cadena de la Solidaridad, la mayor entidad suiza en su género, dirigió de inmediato su labor a las víctimas del tsunami y ahora en su cuenta hay la cifra histórica de cerca de 200 millones de francos.
¿Suficiente o demasiado?, preguntó swissinfo a Catherine Baud-Lavigne, portavoz de la ‘Chaîne de Bonheur’ (su denominación en francés): “Aparentemente no será demasiado porque se va a dirigir a la reconstrucción y eso demanda muchos recursos. Por ello no pensamos por ahora terminar con la colecta.”
Darfour, una crisis humanitaria mayor
La Cadena de la Solidaridad también tiene abierta, desde junio del 2004, una colecta para Darfour, Sudán, y allí sólo hay 2 millones de francos. ¿Por qué está disparidad en comparación con lo reunido para Asia?
“Hay varias razones: la cobertura mediática, eso tiene una influencia. El eco fue brutal al tratarse de una catástrofe natural. En cambio, Darfour existe desde hace tiempo, la gente conoce menos ese lugar y es una guerra civil causada por el hombre, por lo que pienso que es más difícil provocar una emoción con esta crisis. Pero las necesidades son igualmente enormes, es verdaderamente una crisis humanitaria mayor”, explicó Boud.
Poder y responsabilidad
La Cadena de la Solidaridad y las ONG con las que trabaja advierten que los medios fungen un papel importante en la balanza de donativos para ambas colectas, pero “por ahora (tras el maremoto) es difícil removilizarlos, dependemos de ellos. Tal vez en otoño”, comentó Catherine Baud.
Caritas es una de las agrupaciones que mejor conoce la situación en Darfour, en donde participa -junto con la Ayuda de las Iglesias Protestantes Suizas- en un programa internacional para proveer utensilios de primera necesidad en las zonas en las que se encuentran 2 millones de desplazados.
“Darfour no está tan presente en los medios de comunicación”, dijo Juana González, de comunicación en Caritas. Otro inconveniente, advirtió, es la política gubernamental. “Las obras de caridad y las ONG han conseguido, por lo menos, que la ministra de Asuntos Exteriores, Micheline Calmy-Rey estuviera allí.”
La Fundación Terre des Hommes, con base en Lausana -otra de las organizaciones cuyos proyectos son apoyados con fondos de la Cadena de la Solidaridad- recordó que las necesidades en Haití, Colombia o Sudán son tan urgentes como las de Asia del Sur.
“La prensa tiene mucha responsabilidad y más que responsabilidad, el poder -entre comillas- de movilizar la sensibilidad de la gente y de los Estados, por que no sólo se trata de la sensibilidad de los individuos como personas sino también de los gobiernos”, destacó John Orlando, responsable para América Latina de Terre des Hommes.
Otras lecciones
Sin duda, el mundo de las ONG se congratula de la voluntad caritativa de la población ante la catástrofe del maremoto. “Es una muestra de la sensibilidad de mucha gente que hay que reconocer”, opinó Beat Dietschy, de Pan para Todos.
No obstante, Dietschy puntualizó que no hay que medir todo en términos monetarios, sino que hay que observar otras lecciones aprendidas tras el incidente en las costas asiáticas, que también pueden servir para ayudar en crisis como la de Sudán.
Las imágenes han presentado gran masa de pobres descuidados por el Estado que las rige. “Esta lección nos enseña que uno de los problemas más grandes es que los Estados no cumplen con sus deberes para con la población que representan”, resumió.
Y lo más obvio: “La gente pudo ver la brecha entre los hoteles de lujo y las chozas de pescadores, reflejo de la brecha entre pobres y ricos en el mundo”, lo que impulsa a Pan para Todos no sólo a colectar fondos para proyectos en el Sur, sino también a trabajar la sensibilidad de la gente, en una noción más completa del fenómeno de la globalización.
Segunda parte en Más sobre el tema
swissinfo, Patricia Islas Züttel
Tras el maremoto del 26 de diciembre:
La lista oficial suiza de víctimas: 23 muertos y 175 personas perdidas.
La Cadena de la Solidaridad ha reunido 197 millones de francos a favor de sus víctimas.
El carácter de esta catástrofe ha sido extraordinario: mediatización automática y diversos países implicados.
14 organizaciones apoyadas por la Cadena de la Solidaridad se encuentran en las regiones siniestradas tras el maremoto.
20% de los donativos para la fase de emergencia.
Hasta 70% de los fondos para la reconstrucción (en un periodo de 3 a 6 años).
La colecta para Darfour también continúa. Hasta ahora sólo tiene 2.000.000.
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