El BNS, Credit Suisse y UBS invierten miles de millones en armamento
Las inversiones que las grandes instituciones financieras de Suiza canalizan al armamento mundial suman miles de millones de dólares. El Banco Nacional Suizo (BNS), por ejemplo, ha invertido más de 2 000 millones de dólares en esta industria solo en Estados Unidos. El 29 de noviembre, los ciudadanos suizos decidirán si desean poner fin a este tipo de financiación.
Entre 2017 y 2018, las principales instituciones financieras suizas tenían inversiones por alrededor de 9 000 millones de dólares en empresas productoras de armamento nuclear. Un dato que forma parte del más informe Don’t bank on the bombs, publicado en junio de 2019 por la oenegé pacifista neerlandesa PAX, en asociación con la Campaña Internacional por la Abolición de las Armas Nucleares (ICAN en inglés).
Según este informe “no exhaustivo” (véase la metodología en el recuadro), nueve de los principales grupos mundiales involucrados en el negocio del armamento nuclear reciben inversiones de cuatro gigantes financieros helvéticos: UBS, Credit Suisse, el Banco Nacional Suizo y el gestor de fortunas Fisch Asset Management.
El informe «hace un balance de las inversiones que las instituciones financieras globales realizan en las 18 principales empresas productoras de armas nucleares. Como productor de armas nucleares se considera a todo grupo que obtiene algún ingreso por esta actividad, sin importar qué porcentaje de su facturación represente este negocio.
Pero para efectos del estudio, solo han sido evaluadas las instituciones financieras que tienen una inversión sustancial en el negocio de las armas (es decir, que son dueñas de al menos 0,5% de las acciones de empresas productoras de armas que además cotizan en bolsa). Los autores se han limitado a la información oficial y de dominio público. Pero dado que «todavía hay una marcada falta de información» sobre este tema, explican, las cifras de su informe solo ofrecen una estimación conservadora de la verdadera inversión global que las entidades financieras tienen en la industria armamentista.
El 29 de noviembre, los suizos votarán una iniciativa popular «contra el comercio de guerra». Los partidarios de la reforma consideran que las cifras de este informe de PAX evidencian que la legislación vigente en Suiza -que solo prohíbe formalmente el financiamiento de armas que han sido proscritas a nivel mundial (ver recuadro), no es suficiente.
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Una iniciativa popular contra la industria armamentística
El texto que se votará propone prohibir al BNS, fundaciones y fondos de pensiones destinar inversiones destinadas a cualquier productor de armas (incluidas las tradicionales, no solo las nucleares).
Concretamente, se les prohibiría conceder créditos a los productores de armas, pero también poseer acciones y productos financieros relacionados con esas empresas.
En Suiza, la Ley Federal de Material de Guerra (LFMG) proscribe «la financiación directa del desarrollo, fabricación o adquisición de material de guerra prohibido a nivel internacional». Concretamente, se habla de armas nucleares, biológicas, químicas, antipersonales y municiones en racimo. Por «financiación directa» la ley entiende «el otorgamiento directo de créditos, préstamos, donaciones o ventajas financieras comparables» que estuvieran destinadas a pagar costos derivados de estas actividades.
La participación en empresas que se dedican a estas actividades, o la adquisición de instrumentos de inversión relacionados con este negocio (consideradas por la ley como «financiación indirecta») solo están prohibidas «si lo que pretenden es eludir la prohibición de la financiación directa”. Pero es difícil demostrar lo anterior. Esta restricción no opera si financia otras actividades de estas mismas empresas (no relacionadas con los materiales de guerra proscritos), y no existe ninguna disposición prohibitiva para destinar fondos a actividades relacionadas con las armas convencionales.
20 000 millones de francos del BNS
Cuestionado por SWI swissinfo.ch, el BNS declinó realizar comentarios sobre las características o montos de sus inversiones en armamento.
Pero la Securities and Exchange Commission (SEC) estadounidense, autoridad dedicada a la supervisión de los mercados financieros en Estados Unidos, publica un reporte trimestral sobre el portafilio de acciones estadounidenses del BNSEnlace externo. Y el documento correspondiente al segundo trimestre del 2020 reveló que, solo en Estados Unidos, las posiciones de inversión del BNS en armamento lucen mucho mayores que las que muestra el reporte PAX.
Hasta finales de junio, el banco central tendría acciones en 29 de las 48 principales empresas estadounidenses dedicadas al armamento y la defensa enlistadas por el Instituto Internacional de Investigación sobre la Paz de EstocolomoEnlace externo (nueve de ellas consideradas por PAX como sociedades activas en el armamento nuclear) por un monto de 2 400 millones de dólares.
En su sitio web, el banco central expresa su oposición a la iniciativaEnlace externo argumentando que si el texto fuera aceptado, tendría que excluir a «más de 300 empresas de su portafolio de acciones, que equivalen a 11% de [su] valor de mercado». De acuerdo con estimaciones del Neue Zürcher ZeitungEnlace externo, esto significaría que el BNS tiene participaciones por alrededor de 20 000 millones de francos suizos en el comercio de armas a nivel global.
Los bancos se defienden
El BNS afirma que “ya evita adquirir acciones o bonos de empresas que producen armas prohibidas a nivel internacional”.
Sin ahondar en los detalles del informe PAX, los otros bancos citados, que también rechazan la iniciativaEnlace externo que será votada el 29 de noviembre, confirman su disposición para no realizar inversiones que violen la ley federal relativa al material bélico.
Refieren que para varios grupos citados en el informe, la producción de armas nucleares es solo uno de sus muchos negocios.
Para UBS, «el enfoque elegido por los críticos es muy cuestionable, ya que exige que las instituciones financieras no puedan siquiera financiar empresas de gran relevancia para la economía civil, como Boeing y Airbus».
Aunque hay menos información al respecto, la producción de misiles nucleares es una actividad de estos grupos, afirma la oenegé PAX, que sostiene la validez de su crítica. «Es imposible impedir a un grupo empresaria que reasigne su capital (entre las distintas entidades que lo conforman)» y garantizar, por lo tanto, que «los servicios financieros proporcionados a una empresa jamás se utilicen para producir un arma o algún componente nuclear», dice.
Inversiones suizas de “baja escala”
Credit Suisse afirma, por su parte, que “su volumen de financiación a estos conglomerados (productores de armas) es de “baja escala”. De hecho, los 9 000 millones invertidos por las cuatro instituciones suizas representan solo 1,2% de las inversiones totales mundiales en armas nucleares, estimadas por PAX en 748 000 millones de dólares.
La oenegé autora del informe identifica un total de 325 instituciones financieras de 28 países. Las inversiones de las entidades estadounidenses (casi 200) representan más de las tres cuartas partes del total. Los diez principales inversores son, en todos los casos, de origen estadounidense.
Traducido del francés por Andrea Ornelas
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