Estados Unidos abre una gran brecha en el secreto bancario
El 1 de julio entra en vigor la normativa FATCA: los bancos del mundo entero tienen que proporcionar periódicamente a Washington los datos de los clientes sujetos al fisco estadounidense. Suiza también está obligada a plegarse a las nuevas reglas, que ponen prácticamente fin al secreto bancario hacia Estados Unidos.
Los bancos y los intermediarios financieros suizos están listos para aplicar, a partir del 1 de julio, la Ley para el Cumplimiento Fiscal de las Cuentas en el ExtranjeroEnlace externo (FATCA).
FATCA
Con la Ley para el Cumplimiento Fiscal de las Cuentas en el Extranjero (FATCA) Estados Unidos quiere luchar contra los conciudadanos que evaden impuestos, y gravar todos los capitales que poseen en el extranjero –en bancos, aseguradoras u otras sociedades– personas domiciliadas y sujetas al fisco de Estados Unidos.
Con base en la normativa, las instituciones financieras extranjeras tienen que registrarse ante las autoridades fiscales (IRS) y entregar periódicamente informes sobre los haberes de los contribuyentes americanos. Las primeras notificaciones se esperan de aquí al 30 de abril de 2015.
En una fase inicial tendrán que comunicar solo los haberes que superan determinados importes, por ejemplo 50.000 dólares en el caso de particulares. La notificación se extenderá luego a todos los capitales.
Hasta ahora, unos ochenta países negocian o han concluido acuerdos con Washington para regular la aplicación del régimen FATCA.
En esta normativa se basan buena parte de los nuevos estándares que ha elaborado la OCDE para la introducción del intercambio automático de información a escala mundial.
Con la entrada en vigor de las nuevas normas, Washington exigirá todos los datos sobre los capitales que tienen depositados en cualquier lugar del mundo personas sujetas a tributar en Estados unidos.
Este requerimiento hubiera generado oposición hace apenas unos años. Hoy, sin embargo, incluso los más arduos defensores del secreto bancario han aceptado las nuevas reglas, después de que la justicia americana abriera procedimientos contra quince bancos suizos acusados de haber ayudado a decenas de miles de contribuyentes a evadir impuestos. Suiza fue uno de los primeros países que firmó un acuerdo con Estados Unidos para regular la aplicación de la normativa FATCA por parte de sus instituciones financieras.
Costes entre 200 y 300 millones
A diferencia de la mayoría de los países europeos, Suiza eligió el modelo 2 del acuerdo, por el que los bancos se encargan de proporcionar los datos requeridos directamente a Washington. Para ello, las instituciones financieras deben identificar, primero, a todos los clientes que tienen la obligación de tributar en Estados Unidos: ciudadanos americanos, extranjeros con una Green Card y otras personas o sociedades domiciliadas en suelo estadounidense.
El cumplimiento del acuerdo FATCAEnlace externo supone un enorme esfuerzo para la plaza financiera suiza. “La introducción de la normativa no reviste tanta importancia para muchos otros países, cuyas instituciones financieras cuentan con pocos clientes estadounidenses o ya remitieron dichos datos. Los bancos suizos, en cambio, gestionan el mayor volumen de capitales transnacionales a escala mundial”, recuerda Mario Tuor, jefe de Comunicación en la Secretaría de Estado de Asuntos Financieros Internacionales (SFI).
“Se trata de un procedimiento muy complejo”, confirma Thomas Sutter, portavoz de la Asociación Suiza de Banqueros (ASB), que cifra entre 200 y 300 millones de francos los costes que significará para los bancos helvéticos. “No se puede apretar un botón para que emerjan los clientes sujetos al fisco estadounidense. Hay que identificarlos, contactarlos, explicarles de qué se trata y preguntarles si están dispuestos a que se remitan sus datos”.
Arsenal de sanciones
Los clientes pueden negarse al envío de sus datos. Aun así no lograrán esquivar las redes del Internal Revenue ServiceEnlace externo (IRS), el fisco estadounidense. En tal caso, los bancos tienen que notificar a Washington el número y el valor total de los haberes no declarados. Para obtener las informaciones solicitadas, el IRS podrá emitir una demanda de asistencia administrativa para todo el grupo de clientes morosos.
Una solicitud a la que Berna tendrá que responder por el conjunto de los casos en el plazo de ocho meses. Han quedado atrás los tiempos en los que los datos se remitían a cuentagotas y al cabo de varios años. “Se concederá seguramente la asistencia administrativa en el momento en que haya indicios evidentes de violación. Si un cliente se niega a hacer lo necesario, admite no estar en regla con el fisco americano”, subraya Patrick Dorner, director de la Asociación Suiza de Gestores de Patrimonio (ASG).
“Con FATCA el secreto bancario prácticamente no existe para los clientes sujetos al fisco estadounidense”, señala Thomas Sutter. Una realidad a la que el Gobierno y el Parlamento tuvieron que plegarse. La normativa prevé, de hecho, una serie de sanciones contra los bancos y los clientes morosos, entre ellas la retención del 30% sobre todos los pagos de títulos, intereses u otros réditos de origen estadounidense. Las instituciones financieras corren además el riesgo de quedar excluidas del mercado interbancario internacional.
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Obligación de registro
Al programa estadounidense deben adherirse también todos los profesionales de la gestión patrimonial, las agencias fiduciarias, las aseguradoras y hasta las grandes empresas que dispongan de un importante volumen de actividades financieras. Todas estas sociedades tienen que registrarse ante el IRS para evitar que se las considere reacias a cooperar.
En la web del IRS se han inscrito más de 4.000 sociedades suizas. “Desde hace meses hemos desplegado un gran trabajo de información para informar a todas las gestoras de patrimonio de que deben registrarse, incluso si no tienen clientes o títulos estadounidenses. Si un gestor no se inscribe, los bancos se negarán a trabajar con él. No pueden permitirse correr el riesgo de emprender operaciones con gestores que no cumplen con FATCA”, indica Patrick Dorner.
También la Autoridad Federal de Vigilancia de los Mercados Financieros (FINMA) recomienda a todas las instituciones financieras cumplir plenamente con sus obligaciones relativas a la normativa estadounidense y, en particular, “no cometer ningún acto destinado a esquivar la normativa FATCA”. La nueva ley federal sobre el acuerdo FATCAEnlace externo, que entra en vigor el 1 julio de 2014, prevé multas de hasta 250.000 francos en caso de violar intencionadamente tales obligaciones, entre ellas la de registrarse ante el IRS.
Varios modelos
El modelo 1, que han elegido la mayoría de los países europeos, se basa en el principio del intercambio automático de información. Las instituciones financieras comunican todos los capitales sujetos al fisco de EEUU a las autoridades fiscales nacionales, que a su vez los transmiten al IRS.
Suiza ha elegido el modelo 2, por el que son las entidades financieras las que notifican directamente a Washington, pero solamente los capitales de los clientes estadounidenses que autorizan la transmisión de sus datos. Sin embargo, las instituciones financieras tienen que comunicar al IRS también el número y el patrimonio global de las cuentas de clientes morosos. Acto seguido, el IRS podrá presentar una demanda de asistencia administrativa para obtener la información completa.
Cambio lógico
Un cambio de paradigma bastante radical. Hasta hace pocos años, los bancos corrían el riesgo de ser sancionados si no respetaban el secreto bancario y colaboraban con autoridades extranjeras. Hoy, los sancionados son quienes no entregan los datos a Washington. El Gobierno suizo incluso quiere ir más lejos.
De aquí al próximo otoño prevé entablar negociaciones con Estados Unidos para pasar del modelo 2 del acuerdo FATCA al modelo 1, que sustancialmente contempla el intercambio automático de información entre autoridades fiscales.
Un cambio que las asociaciones de banqueros y gestores de fondos patrimoniales consideran “lógico”. “Cuando se comenzó a hablar de FATCA, el intercambio automático era aún un tema tabú en Suiza. Pero se avecinan nuevos estándares internacionales de la OCDE a los que Suiza también tendrá que adherirse. Más vale adoptar enseguida este modelo con Estados Unidos”, explica Patrick Dorner.
Lo único que queda por ver es si Estados Unidos también estará dispuesto a proporcionar a Suiza y a otros países los datos bancarios sujetos al nuevo régimen FATCA. Hasta ahora, Washington no parece preocuparse mucho por el principio de la reciprocidad.
Traducción del italiano: Belén Couceiro
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