The Swiss voice in the world since 1935

Pese a su riesgo, Suiza sopesa volver a la energía nuclear

Nuclear
La central nuclear de Leibstadt, una de las tres que siguen activas en Suiza. Keystone/SDA

El Gobierno suizo, al tratar de poner fin a la prohibición de la energía nuclear que dura ya una década, ha seguido el ejemplo de otros muchos países. Esta fuente de energía, según los investigadores, conlleva algunos riesgos poco valorados.

El debate sobre el futuro de la energía nuclear ha vuelto a Suiza. A finales del año pasado y en respuesta a la iniciativa popular «Electricidad para todo el mundo siempre (Stop Blackouts)»Enlace externo, el Consejo Federal (Gobierno) decidió modificar la Ley de Energía Nuclear. Con esta iniciativa se pretende dejar atrás la prohibición de construir nuevas centrales nucleares.

Dicha prohibición —en vigor tras la catástrofe de la central nuclear japonesa de Fukushima en 2011— había eliminado la energía nuclear de la estrategia energética helvética. El Gobierno ha dado un giro de 180 grados y ha declaradoEnlace externo que para un suministro eléctrico equilibrado la energía nuclear es necesaria. Su objetivo es garantizar la seguridad energética ante el aumento de la demanda y que Suiza cumpla con sus objetivos climáticos.

La energía nuclear está resurgiendo en el mundo, según la Agencia Internacional de la Energía (AIE)Enlace externo. Más de 40 países llevan a cabo planes concretos para expandir la energía nuclear. La intención es que para el año 2050 se triplique la capacidad nuclear mundial y que los objetivos de emisiones puedan llevarse a cabo. Para la AIE, «la energía nuclear es una fuente líder de generación de electricidad limpia y segura; superada, entre las fuentes de bajas emisiones, solo por la hidroeléctrica».

Contenido externo

Baja en emisiones, aunque lejos de ser limpia

Si solo nos fijamos en las emisiones de dióxido de carbono, la energía nuclear es, sin duda, menos contaminante que la electricidad que se genera con carbón o gas natural, dice Doug Brugge, biólogo y profesor de salud pública de la Universidad de Connecticut.

«Pero calificar la energía nuclear de fuente de energía limpia es, sencillamente, erróneo», subraya. Junto con el ingeniero Aaron Datesman, Brugge acaba de publicar el libro Dirty Secrets of Nuclear Power in an Era of Climate ChangeEnlace externo (Secretos sucios de la energía nuclear en la era del cambio climático), en el que, de forma objetiva y accesible, presenta los principales riesgos de la energía nuclear.

Aunque sus investigaciones sobre todo se centran en los efectos de la contaminación atmosférica en la salud, desde hace más de tres décadas se interesa por las consecuencias sanitarias de la extracción de uranio, la fuente de energía clave de la energía nuclear.

Su motivación es personal: Brugge creció en una reserva del pueblo navajo en el suroeste de Estados Unidos, donde se extrajo uranio entre los años 40 y 80. Muchos trabajadores de las minas murieron de cáncer de pulmón o fibrosis pulmonar, y a nadie se le informó de los peligros de la exposición a la radiación. Gran parte del material radiactivo sacado a la superficie en el proceso de extracción, todavía hoy, sigue expuesto y contamina la tierra y el agua. El proceso de enriquecimiento del uranio sigue siendo sucio y peligroso para los trabajadores, y contamina con radiactividad los suelos y los cursos de agua de las regiones mineras, afirma Brugge.

«Pero poca gente habla de ello, porque el problema sobre todo afecta a las comunidades pobres, a menudo indígenas, de zonas remotas. Es un problema sucio de la clase trabajadora. Cualquiera que diga que la energía nuclear es limpia está ignorando esta parte de la historia».

nuclear
Una foto de 1979 muestra los esfuerzos para limpiar una zona minera de uranio situada en una reserva navajo de Nuevo México, Estados Unidos. Las autoridades pidieron a la población que evitaran el agua del río por su contaminación. Ap1979

Exposición a lo largo de la cadena nuclear

El ingeniero nuclear francés Bruno Chareyron también se muestra crítico con la etiqueta de «limpia» de la energía nuclear. Desde 1993 trabaja para la CRIIRAD, una organización independiente de protección contra las radiaciones fundada tras la catástrofe de Chernóbil. A lo largo de décadas, Chareyron ha realizado innumerables mediciones independientes de la radiación en zonas de extracción de uranio, en trenes y camiones que transportan materiales radiactivos desde y hacia centrales nucleares, y en ríos utilizados para refrigerar los reactores. El grupo ha medido los niveles de radiación en aparcamientos, carreteras públicas, rutas de senderismo y patios de recreo de colegios de Francia, donde como materiales de construcción se han utilizado residuos radiactivos procedentes de la minería del uranio. En repetidas ocasiones ha encontrado niveles de radiación significativos —a veces superiores a los límites legales— que no se habían declarado públicamente. Expone los riesgos y advierte contra las ilusiones de progreso tecnológico vinculadas a la energía nuclear en su nuevo libro Le nucléaire : une énergie vraiment sans danger ?Enlace externo (La nuclear: ¿una energía realmente sin peligro?).

«El discurso oficial y la realidad son a menudo mundos aparte», dice Chareyron. Mientras estudiaba ingeniería nuclear y energética, le inculcaron una visión de la tecnología muy positiva. Pero su trabajo de campo con la CRIIRAD le reveló un panorama diferente. Toda la cadena nuclear —desde la extracción hasta el enriquecimiento y la utilización de los reactores— expone a las plantillas y a la población local a riesgos radiactivos a largo plazo. La cuestión de cómo almacenar los residuos radiactivos de alto nivel durante miles de años de forma segura sigue sin resolverse y la gente subestima el riesgo de un accidente grave en un reactor, afirma.    

Planificación para un clima cambiante

Chareyron ve la crisis climática como un argumento contra la energía nuclear, no a favor de ella. «Las centrales nucleares actuales no están diseñadas para soportar los fenómenos extremos que el cambio climático traerá», advierte.

Para evitar fusiones como la de Fukushima, los reactores necesitan un suministro constante de energía y agua para refrigerarse. El combustible nuclear utilizado, asimismo, requiere refrigeración durante años.

En el futuro, el aumento de la temperatura del agua, el descenso del nivel de los ríos, las inundaciones, los incendios forestales y las tormentas podrían poner en peligro la seguridad de los reactores. «Con el cambio climático aumentará el riesgo de accidentes en los reactores», concluye Chareyron.

Andrea Rezzonico, experta en seguridad del Consejo sobre Riesgos Estratégicos, con sede en Estados Unidos, lleva siete años estudiando la relación entre el cambio climático, la evolución nuclear y la seguridad mundial.

«Ya entonces, muchos Estados veían la energía nuclear como una forma de cumplir los objetivos climáticos del Acuerdo de París. Queríamos entender cómo el cambio climático podría afectar a la infraestructura nuclear», afirma.

Rezzonico cree que la energía nuclear a largo plazo puede contribuir a proteger el clima, pero que hacen falta soluciones más rápidas a corto plazo. También advierte de que, para evitar accidentes nucleares, tanto los reactores existentes como los nuevos deben tener en cuenta los escenarios climáticos y los fenómenos extremos.

«Muchos reactores se construyeron en una época en la que las previsiones climáticas actuales no eran todavía un factor a tener en cuenta», explica. Sus análisis muestran que los reactores costeros pueden estar en peligro por la subida del nivel del mar y las mareas de tormenta. En Suiza y Europa, las sequías, el descenso del nivel de los ríos y el aumento de la temperatura del agua plantean los mayores retos. «La disponibilidad de agua de refrigeración se convertirá en un factor crítico. En el futuro, nos plantearemos la siguiente pregunta: ¿utilizamos el agua para refrigerar los reactores o para la agricultura? Al mismo tiempo, esa agua estará mucho más caliente, lo que será un problema tanto para las necesidades iniciales de refrigeración como una vez vertida de nuevo al ecosistema», dice Rezzonico.

Contenido externo

El factor humano es clave, incluso en la eliminación gradual

Según Rhona Flin, en el debate sobre el futuro de la energía nuclear en Suiza, la atención no solo debe centrarse en las emisiones de CO2 y la tecnología. «El factor humano también es crucial para el funcionamiento seguro de una central nuclear», apunta.

Flin es catedrática emérita de Psicología Aplicada en la Universidad de Aberdeen (Escocia) y lleva décadas investigando la interacción de la cultura de la seguridad, el liderazgo y el comportamiento humano en sectores de alto riesgo, como la energía nuclear, la aviación y la industria petrolera. También ha colaborado en elaborar un programa de formación de la Unión Europea (UE) sobre cultura de la seguridad nuclear dirigido a la alta dirección y a quien regula el sector.  

Flin cree que, incluso en los países que progresivamente están abandonando la energía nuclear, no debe descuidarse la cuestión del personal cualificado. El funcionamiento seguro de los reactores existentes, su desmantelamiento y la gestión de los residuos radiactivos seguirán necesitando durante décadas profesionales con alta cualificación. Las nuevas tecnologías, como la inteligencia artificial o la robótica, ofrecen tanto nuevas oportunidades como riesgos. «Todavía tenemos que aprender cómo las personas y las máquinas pueden trabajar juntas de forma eficaz, y qué ocurre cuando las máquinas fallan».

Lo que importa no son solo los conocimientos técnicos, sino también las llamadas aptitudes no técnicas, como la comunicación, el trabajo en equipo y la toma de decisiones bajo presión, así como una cultura del trabajo en la que el personal se sienta seguro para hablar abiertamente de posibles riesgos.

«Las plantillas deben sentirse cómodas hablando de sus problemas y preocupaciones, incluso a sus superiores. Y la dirección debe estar dispuesta a escuchar y a actuar en consecuencia». Flin explica que para el funcionamiento seguro de las centrales nucleares, independientemente de si Suiza construye nuevos reactores o mantiene su abandono de la energía nuclear, será fundamental que exista una cultura de la seguridad de este tipo.

Mostrar más

Debate
moderado por Simon Bradley

Energía renovable

Nos interesa conocer su opinión sobre las posibles ventajas e inconvenientes de las energías renovables

1 Me gusta
86 Comentarios
Ver la discusión

Editado por Veronica DeVore. Adaptado del inglés por Lupe Calvo / CW.

Los preferidos del público

Los más discutidos

En cumplimiento de los estándares JTI

Mostrar más: SWI swissinfo.ch, certificado por la JTI

Puede encontrar todos nuestros debates aquí y participar en las discusiones.

Si quiere iniciar una conversación sobre un tema planteado en este artículo o quiere informar de errores factuales, envíenos un correo electrónico a spanish@swissinfo.ch.

SWI swissinfo.ch - Sociedad Suiza de Radio y Televisión SRG SSR

SWI swissinfo.ch - Sociedad Suiza de Radio y Televisión SRG SSR