¿Qué hacen en Suiza contra matrimonios forzados?
Cuando Jasmin D, una joven de origen tamil, se enfrentó a un matrimonio forzado, encontró apoyo de las autoridades de la ciudad de Berna. Con el incremento de las solicitudes de asesoría, en particular para víctimas menores de edad, el enfoque de la capital suiza podría servir de modelo.
Con entonces 17 años, la joven se negó a casarse con un hombre en la India. Tenía un novio, también tamil, pero de otra casta. Su padre la amenazó, por lo que decidió dejar la familia y recibió apoyo de las autoridades de la ciudad de BernaEnlace externo. El control paterno comenzó después de la pubertad. “Fue una campaña de terror sin fin. Yo ya reconocía a mi padre”.
El caso de Jasmin no es único en este país. El Centro de Competencia contra el Matrimonio Forzado en SuizaEnlace externo, una organización que trabaja a escala nacional, trató 1 702 casos entre 2005, cuando comenzó a trabajar, y finales de 2016.
Solamente el año pasado, 51 menores de 16 años solicitaron asesoría, mientras que entre 2005 y 2015 se registraron cinco casos.
Anu Sivaganesan, responsable del centro, señala que ese incremento puede ser atribuible a una mayor conciencia pública, al mayor trabajo informativo en las escuelas, así como a las nuevas migraciones.
“Puede ser la consecuencia del creciente número de personas que llegaron en los últimos años de nuevos países de emigración, como Siria, Afganistán, Irak, Eritrea y Somalia. Esto significa que la mayoría de los casos de menores de 16 años procedían del sector del asilo”, precisa a swissinfo.ch.
Sin embargo, el 91% de los casos conciernen a migrantes de segunda y tercera generación en Suiza.
“Efecto de la migración”
Sivaganesan explica que el hecho de que muchos matrimonios con menores ocurran entre recién llegados -como los solicitantes de asilo, por ejemplo- implicaría a primera vista que se trata de un problema “importado”.
“Tenemos muchas pruebas de que ese fenómeno no está ligado solamente al origen cultural de las personas, sino que puede resultar de la migración misma, de las nuevas circunstancias y el contexto de la diáspora que pueden aumentar una vuelta a ciertas tradiciones, como el matrimonio infantil y el matrimonio forzado”, agrega.
Otro factor es el aumento de los matrimonios religiosos o rituales que permite esquivar la legislación relativa a la edad mínima para contraer matrimonio (18 años en Suiza). Sivaganesan recuerda que la ley suiza no permite ninguna ceremonia de boda religiosa antes de un matrimonio civil. Pero algunos funcionarios no están conscientes de ello, asegura. Cita el ejemplo del consejero de una solicitante de asilo menor no acompañada que asistió sin intervenir a la ceremonia religiosa del matrimonio de la joven.
Suiza prohíbe los matrimonios forzados desde 2013. Por ley, las autoridades deben negarse a oficiar tales enlaces y están obligadas a denunciar a las autoridades judiciales los casos sospechosos.
La ley no es un “remedio milagroso”, advierte Sivaganesan. Deben incluirse medidas adicionales para proteger a las víctimas mediante estrategias sostenibles.
El modelo de Berna
Un modelo de cómo hacer frente a los matrimonios forzados es el de la ciudad de Berna, que no solamente ha establecido una mesa redonda en la que instituciones privadas y públicas trabajan juntas, sino que también reconoce que la gente necesita ayuda después de dejar la casa familiar, para construir su independencia.
El modelo de Berna se basa en la cooperación entre el Centro de Competencia contra el Matrimonio Forzado, que cubre todo el país, y las autoridades locales, como el Servicio de Población (invaluable si, por ejemplo, una víctima necesita desplazarse a otro cantón).
Este tipo de colaboración y combinación de servicios “hace falta en el resto de Suiza”, comenta Sivaganesan.
Susanne Rebsamen, quien coordina el proyecto ‘Matrimonios ForzadosEnlace externo’ en el Centro para la Integración de BernaEnlace externo, puntualiza que las instituciones de la ciudad han respondido a los esfuerzos para aumentar la conciencia sobre los matrimonios forzados.
Mensaje transmitido
Actualmente, alrededor de 20 instituciones participan en la mesa redonda. Se reúnen anualmente, evalúan la situación y determinan qué mejoras habría que introducir, explica Rebsamen.
Para los casos más extremos, el departamento de Servicios para la Población, Inmigración y Policía para ExtranjerosEnlace externo de la ciudad asume un papel activo y puede intervenir dentro del marco de la ley. Eso podría ayudar a una víctima con un cambio de cantón o identidad, ejemplifica Rebsamen.
Las autoridades de la ciudad de Berna no tienen estadísticas fiables sobre el número de casos tratados.
Pero “lo que sí sabemos es que los centros que trabajan a nivel nacional en matrimonios forzados, incluyendo los de Anu Sivaganesan, tienen un número relativamente alto de consultas”. Eso demuestra que el mensaje está pasando, celebra Rebsamen.
¿El programa del Gobierno?
El trabajo de coordinación también se realiza a escala federal. Sin embargo, el programa del Gobierno suizo contra los matrimonios forzadosEnlace externo, que comenzó a mediados de 2013, finalizará en agosto de 2017, según lo previsto.
“Lo que sucederá luego no se ha decidido todavía. La intención es que el Gobierno examine un informe durante el transcurso del año”, indica Lukas Rieder, portavoz de la Secretaría de Estado para las MigracionesEnlace externo.
La evaluación de los colaboradores ha demostrado que el programa del Gobierno ha ayudado a las regiones a iniciar proyectos o a desarrollar las medidas existentes, a través del financiamiento, la coordinación y la inclusión del tema en la agenda local.
“En comparación con la situación anterior al programa del Gobierno, en el que solamente unas cuantas ONG se ocupaban del asunto, y solamente en unas pocas regiones con las estructuras necesarias, se ha dado un gran paso”.
Además, subraya Rieder, se observa una nueva objetividad en las discusiones sobre el tema como resultado, entre otros, de la reducción de los prejuicios y los estereotipos.
Definiciones
Un matrimonio forzado implica ser forzado a contraer matrimonio o a permanecer en un matrimonio contra la propia voluntad.
El Centro de Competencia contra el Matrimonio Forzado en SuizaEnlace externo trata con hombres y mujeres en esa situación, sus familiares y amigos. Ofrece asesoramiento y sus servicios son gratuitos. Línea de ayuda: +41 (0) 21 540 00 00, correo electrónico: info@zwangsheirat.ch
Según un informe federal de 2012, los grupos más afectado procedían de la región de los Balcanes, Turquía y Sri Lanka. El Centro agrega más países y etnias, incluidos los yazidis, los romaníes, así como personas de países de reciente migración.
Traducido del inglés por Marcela Águila Rubín
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