Un suizo de Estocolmo diputado en San Gall
Aunque vive en Suecia – o quizás por esa razón - Beat Eberle, oriundo de Flumsberg, ha sido elegido miembro del Legislativo cantonal de San Gall.
El agregado militar helvético ha logrado ingresar como suizo del extranjero en el Parlamento de su región natal.
Beat Eberle acaba de concluir su primera sesión en el Parlamento cantonal de San Gall. Nos damos cita en el aeropuerto de Zúrich. Y es que el diputado demócrata cristiano tiene un camino de vuelta a casa más largo que sus colegas: vive en la capital de Suecia.
A sus 43, el agregado militar de Suiza en Estocolmo ha alcanzado una meta que llena de orgullo a la Organización de Suizos del Extranjero (OSE), pero que es muy difícil de lograr: que los compatriotas del exterior ocupen escaños en los parlamentos helvéticos.
Para Beat Eberle esta primera sesión legislativa ha sido muy interesante. Lo que más le ha impresionado es la “rapidez con la que se despachan los asuntos”, señala.
Quizás fue el hecho de tener domicilio en Estocolmo lo que le hizo sobresalir sobre los 100 candidatos que se presentaron a las elecciones en la región de Sargans.
Pero el factor determinante fue sin duda que está muy arraigado en la región. Beat Eberle es oriundo de Flumsberg. Considera que hoy en día no es un problema seguir la política de su país desde Suecia. Gracias a Internet puede acceder a todo tipo de documentos e informaciones.
Especialista en política de seguridad
”Mi principal preocupación política es el tema de la seguridad”. En Suiza la seguridad es competencia de los cantones, “así que puedo aportar mis conocimientos y experiencia como diputado cantonal”, afirma.
Eberle se licenció en Derecho y fue juez en el cantón de San Gall antes de convertirse en jefe de la policía criminal y comandante interino de la policía del cantón de Schwyz. Asimismo dirigió la fuerza Swisscoy en Kosovo.
El diputado estima que en materia de seguridad interna queda bastante por hacer. Habla del cantón de San Gall, pero se refiere a toda Suiza.
Adaptar la legislación
“Existen dos posibilidades para mejorar la seguridad”. Aumentar el personal o incrementar el aparato de control. Pero esto es difícil actualmente debido a la situación financiera que atraviesan los cantones.
“Otra opción es sentar las bases legislativas necesarias”, agrega.
Beat Eberle cita un ejemplo del ámbito del asilo. “En Suiza no se controla a los solicitantes de asilo. Son asignados a un centro de acogida, pero nadie sabe realmente dónde se alojan.”
En Suecia los centros funcionan de otra manera. Los solicitantes de asilo tienen prohibido salir por la noche. “Tienen que ingresar en el centro a las ocho de la noche y allí permanecen bajo vigilancia hasta el amanecer”, explica.
Parece que estamos escuchando a un militante de la derechista Unión Democrática del Centro (UDC), pero Eberle es miembro del Partido Demócrata Cristiano. “Así es. Y considero un error que se deje en manos de la UDC la política de seguridad”.
Aún así reconoce que hay varios puntos en los que coincide con la UDC.
Del campo a la ciudad
A primera vista, Suecia y Suiza no presentan grandes diferencias, “pero sí a segunda vista”. La sociedad sueca se diferencia de la helvética por ser cien por cien “socialdemócrata”, opina.
Eberle está casado y es padre de tres hijos, “que ya hablan fluidamente el sueco”. El traslado de Flumsberg a una capital europea fue un gran cambio, pero ahora la familia está encantada de vivir en Suecia. “Además seguimos conservando nuestra casa en Flumsbergen”, subraya.
Seguirá ejerciendo el cargo de agregado militar en Suecia hasta que concluya su contrato con el Ministerio suizo de Defensa. “Tengo sólo un contrato para el puesto en Suecia”, explica.
Representar los intereses helvéticos
Eberle cumple a menudo funciones representativas. Su cargo no se limita únicamente a Suecia, sino que incluye también Finlandia, Estonia, Letonia y Lituania.
“Si por una razón u otra el ministro Schmid o el comandante en jefe Keckeis no pueden acudir a una invitación, mi función es representarles”.
Es difícil definir el cargo de agregado de asuntos militares. Se trata de una actividad que depende del lugar de destinación. “Varía mucho de El Cairo a Suecia”. De forma general, se podría decir que su función es representar los intereses de su país.
Suiza colabora en materia de política de seguridad con los ejércitos de Suecia y Finlandia. Estonia, Letonia y Lituania, hasta no hace mucho tiempo repúblicas soviéticas, son miembros hoy de la OTAN y de la Unión Europea.
“Me encargo de elaborar informes para Suiza para que podamos ver cómo evoluciona la situación”. La explicación de Beat Eberle es vaga.
“Si Suiza necesita una información confidencial de Suecia, las autoridades recurren a mí y yo me encargo de someter la solicitud”, prosigue.
Eberle sonríe. “Está pensando que soy un agente secreto, un espía. No es mi tarea conseguir informaciones ilegales. Tampoco dispondría de la formación necesaria para ello”, concluye.
swissinfo, Urs Maurer
(Traducción: Belén Couceiro)

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