
Una cárcel en pleno desierto, convertida en un goteo de diplomáticos para la Flotilla
María Traspaderne
Prisión de Saharonim (Israel), 3 oct (EFE).- En medio del desierto israelí del Neguev, pegada a la frontera de Egipto, se erige la prisión de alta seguridad de Saharonim, que este viernes se ha convertido en un goteo de diplomáticos de al menos 16 países para visitar a sus ciudadanos detenidos cuando navegaban intentando llegar a Gaza.
Soportando temperaturas de casi 40 grados recién al arranque del otoño, Saharonim está en medio de un paisaje árido, salpicado de algún arbusto y situada a 70 kilómetros de la ciudad más cercana, Beerseba.
Nació en 2007 concebida como un centro para internar a los migrantes irregulares y «dar respuesta a la población de infiltrados que entraba en el territorio del Estado de Israel a través de la frontera con Egipto», en su mayoría provenientes de Eritrea, Sudán y otros países africanos, explican en su web las autoridades penitenciarias.
Ahora, añaden, acoge a «residentes ilegales pertenecientes a la Autoridad Palestina», convertida, según indicó a EFE un diplomático que atendió allí a sus nacionales, en un centro de máxima seguridad que alberga a presos con cadena perpetua.
El aparcamiento junto a su entrada principal, también de arena, se ha llenado este viernes con decenas de vehículos diplomáticos, de matrícula blanca, de los que han ido saliendo y entrando el personal consular de al menos 16 países, según confirmó EFE en el lugar.
A primera hora de la tarde, tres abogadas del equipo jurídico de la Global Sumud Flotilla esperaban aún en la entrada, resguardadas a la sombra, a que las dejaran atender a los detenidos, que ya estaban siendo sometidos a vistas dentro para prolongar su detención de cara a una futura deportación.
Tras horas de espera, y de quejas por violar su derecho a la defensa al comparecer sin abogados, las letradas pudieron finalmente entrar, mientras los diplomáticos seguían saliendo en un goteo, muchos de chaqueta y corbata entre la tormenta de arena que, a rachas, soplaba en esa zona del Neguev.
Los había de cuatro de los cinco continentes, de países como España, Italia, Grecia, Francia, Alemania, Colombia, Chile, Portugal, Holanda, Australia, Reino Unido, Japón, Jordania, Bahréin y Suecia, de donde es nacional la conocida activista Greta Thunberg.
Mientras las cifras de detenidos bailaban -473, según el equipo jurídico, alrededor de 450 según una fuente penitenciaria israelí-, algunos diplomáticos confirmaron a EFE sus números: había 27 de Grecia, cuatro de Portugal, un japonés, dos de Colombia, otros dos de Chile y «un número de dos dígitos» de Alemania.
Las audiencias en la prisión para prorrogar la detención de los de la Flotilla en espera de deportación se prolongaron todo el día, y según un funcionario de Justicia, continuarían hasta la hora de comienzo del Shabbat, el día de descanso para los judíos que los más religiosos contemplan sin trabajar o coger medios de transporte.
Al caer la tarde y comenzar el día sagrado judío, los grupos de diplomáticos salían más seguidos. Entre los últimos, los suecos, que no desvelaban información sobre Thunberg por privacidad.
También los españoles, que tienen allí a alrededor de 50 nacionales (se desconoce el número exacto) y no han podido ver a todos. Deberán volver al desierto para seguir entrevistándolos. EFE
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