UNSMIL trata de evitar un nuevo cisma entre el este y el oeste de Libia
Trípoli, 4 mar (EFE).- La misión especial de la ONU en Libia (UNSMIL) propuso hoy la formación de un comité conjunto entre las cámaras del este y el oeste del país en un nuevo intento por acercar posiciones después de que el Parlamento nombrara a un gobierno interino mientras el Ejecutivo en funciones se niega a abandonar el poder sin pasar por las urnas.
La jefa de la misión, Stephanie Williams, reveló en un comunicado haber tomado contacto con la presidencia del Consejo de Diputados (Parlamento del este) y el Consejo Supremo del Estado (oeste)- que cumple la función de Senado- para nombrar a seis representantes que serán los encargados de consensuar una base constitucional en un plazo máximo de dos semanas a partir del 15 de marzo.
«Estoy esperando una respuesta rápida de ambas cámaras a esta llamada y reitero la responsabilidad de las instituciones libias con el fin de mostrar su buena voluntad para trabajar y comprometerse de manera constructiva y avanzar hacia las elecciones para que los 2,8 millones de libios que se registraron puedan votar en las elecciones presidenciales y parlamentarias», señaló la responsable, que instó a abstenerse de cualquier acto de escalada, intimidación, secuestro, provocación y violencia.
El gabinete del primer ministro designado por la Asamblea, Fathi Bashagha, tomó ayer posesión del cargo pese a las denuncias por la falta de transparencia del proceso de voto y la ausencia de quince de sus integrantes así como los miembros del Consejo Presidencial, la Corte Suprema o representantes de delegaciones diplomáticas.
Su equipo- el más numeroso de la historia del país con tres vice-ministros, seis secretarios de Estado y 28 ministros- sufrió ayer su primera dimisión después de que el responsable de la cartera de Economía y Comercio, Jamal Salem Shaaban, se negara a formar parte de «un gobierno que devolverá el país a la guerra y la destrucción».
Bashagha, poderoso exministro del Interior que nombrado el pasado 10 de febrero para liderar una nueva etapa de transición, aseguró que tomará el poder de manera pacífica y acusó a las autoridades de Trípoli de cerrar el espacio aéro para impedir que los miembros de su gabinete se desplazaran a Tobruk, a 1.200 kilómetros de distancia de la capital, para participar en el juramento del cargo.
El Gobierno de Unidad Nacional (GNU), liderado desde febrero de 2021 por Abdelhamid Debeibah, calificó al gobierno rival de «ilegal» e insistió en respetar el calendario electoral presentado por su administración: legislativas el 30 junio y un referéndum constitucional previo a las presidenciales, todavía sin fecha.
El proceso de transición se enfrenta a un nuevo cisma en el poder legislativo como ya ocurrió en 2014 con el Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA), sostenido por la ONU en Trípoli (oeste); y otro asentado en la ciudad de Tobruk (este), bajo la tutela del mariscal Jalifa Hafter, hombre fuerte del país.
Después de que la Comisión Electoral aplazara las presidenciales del 24 de diciembre a sólo 48 horas del escrutinio, el Parlamento considera que el mandato de Debeibah expiró tras no lograr su cometido: unificar las instancias nacionales, mantener el alto el fuego y celebrar elecciones.
Libia es un Estado fallido, víctima del caos y la guerra civil, desde que en 2011 la OTAN contribuyó a la victoria de los distintos grupos rebeldes contra el déspota Muamar al Gadafi, en el poder durante 42 años. EFE
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