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Fútbol: sangre latina en la Liga suiza

Felipe Caicedo (izq), del FC Basilea, y Nelson Ferreira, del FC Thun, en un partido de Liga disputado el pasado 29 de abril Keystone

Son nada más y nada menos que 42 los jugadores latinoamericanos que juegan actualmente en la Liga suiza. Y en diez clubes representan más del 4% de la plantilla.

Su presencia en los campos helvéticos se remonta a 1973, año en que el Alianza de Lima obtuvo 100.000 dólares por el traspaso de Teófilo Cubillas, entonces una auténtica estrella, al FC Basilea.

Durante toda la temporada el FC Zúrich vivió con la incertidumbre de si su atacante brasileño Rafael podría jugar o estaría lesionado. Y es que el ganador de la Liga suiza en 2006 dependía de los tantos que pudiera marcar su máximo goleador.

También tembló el FC Basilea, que se adjudicó numerosos puntos en la Liga gracias a los magistrales ‘dribblings’ (acción de burlar el acoso de un contrario, mientras se avanza con el balón) de Felipe Caicedo. Pero con cada jugada ingeniosa crece también la probabilidad de que el joven ecuatoriano de 18 años sea fichado por uno de los grandes clubes europeos y abandone el FC Basilea después de una sola temporada.

Los ejemplos de Rafael y Caicedo muestran que hoy no se puede concebir el fútbol suizo sin la presencia de latinoamericanos. Casi todos los clubes han fichado como mínimo un futbolista de esa región, considerada como la gran cantera de jugadores del planeta.

El argentino Francisco Aguirre es el máximo goleador del FC San Gall. Gracias al hermoso gol a larga distancia que marcó su compatriota Oscar Scarione, el FC Thun derrotó al Aarau en un partido decisivo para evitar un descenso a Segunda División. Y el costarricense Álvaro Alberto Saborio se anotó los dos tantos que determinaron la victoria del FC Sion (2-0) frente al Young Boys de Berna.

Expectativas de los clubes suizos

Los clubes helvéticos tienen muy claro lo que esperan de sus jugadores latinoamericanos: que estimulen el rendimiento y el nivel del resto del equipo. Y muchos lo consiguen, aunque las cosas han cambiado mucho desde que el chileno Iván Zamorano se consagrara máximo goleador de la Liga suiza en la temporada 1989/90.

En aquel entonces los clubes no podían fichar a más de tres extranjeros. Por ello no sólo gozaban de un estatus especial, sino que los jugadores de grandes naciones del fútbol, como Brasil y Argentina, eran venerados por la afición. Pero si su rendimiento era mediocre, esto podía significar el final de las ambiciones del club.

Hoy los clubes pueden fichar a cuantos extranjeros quieran, siempre y cuando posean un pasaporte de la Unión Europea (UE). Así, muchos latinoamericanos han hurgado en sus raíces europeas para poder acceder a un pasaporte italiano, por ejemplo.

Además de los europeos, los clubes pueden contratar a otros cinco jugadores de otras nacionalidades. Esto ha generado un auténtico flujo de futbolistas extranjeros y también una mayor competencia. De hecho, hay latinoamericanos que miran desde el banquillo cómo sus equipos disputan los grandes partidos de Primera División.

Y esto tiene mucho que ver con el ‘negocio’ de los traspasos: los grandes jugadores suizos suelen dejar la Primera División después de una o dos temporadas para tentar suerte en las grandes Ligas europeas. Las vacantes se cubren con extranjeros – en muchos casos latinoamericanos – por una sencilla razón. “Los jugadores europeos del mismo nivel son demasiado caros para los clubes suizos”, explica Rudi Zbinden, quien recorre el mundo en busca de nuevos talentos para el FC Basilea.

Trampolín para las grandes Ligas europeas

Países como Argentina y Brasil, en cambio, disponen de una cantera de excelentes jugadores tan inmensa que es imposible que todos consigan entrar en una de las grandes Ligas del Viejo Continente. Esta es sin duda la meta de todos los que se aventuran a cruzar el charco. Lógicamente, el sueño de todo latinoamericano que aterriza en Suiza – y en su mayoría son jóvenes – no es terminar su carrera en suelo helvético, aunque aquí pueda ganar un buen dinerito, por ejemplo en el FC Basilea.

“Suiza es un trampolín para acceder a una de las grandes Ligas”, explica Zbinden. Y los clubes helvéticos, por su parte, aspiran a ingresar una suma sustanciosa por el traspaso, si éste se concretiza, como en el caso de Zamorano quien fue fichado por el Sevilla, el Real Madrid y el Inter de Milán, después de jugar una temporada en el FC San Gall. O el del brasileño Giovane Elber, que el Grasshopers de Zúrich cedió al Bayern de Múnich, con el que el brasileño se consagró ganador de la Champions League.

Otros ejemplos más recientes son: el argentino Christian Giménez abandonó el FC Basilea para sumarse a las filas del Olympique de Marsella, antes de mudarse a Berlín para jugar en la Liga alemana. En 2006 su compatriota Matías Delgado, nombrado mejor jugador de Primera División de la temporada pasada, fue cedido al Besiktas de Estambul por 7,5 millones de francos – una suma astronómica en el contexto helvético.

Pero entre los futbolistas latinoamericanos que pisan suelo helvético no sólo hay triunfadores. En 1974 Teófilo Cubillas huyó de Basilea a los seis meses de su llegada, pues el peruano no se adaptaba al frío, la nieve y las costumbres locales ni pudo soportar las envidias de sus compañeros de equipo, pero logró recuperar su pasión por el fútbol en el FC Oporto.

Un sueño esfumado

El sueño de una brillante carrera se esfuma para la mayoría de los futbolistas si no consiguen triunfar en Suiza, como muestra el caso del atacante argentino Francisco Guerrero, que en 2001 cambió el Independiente de Santa Fe por el FC Zúrich.

El club suizo pagó la suma récord de tres millones de francos por su traspaso. En 1995 ‘Panchito’ se había consagrado campeón mundial en la categoría Sub-20 y al llegar a Suiza fue celebrado como una estrella.

El joven con ‘look’ de rockero– cabello largo, cazadora de cuero y gafas de sol –no tardó en ganarse el apelativo de ‘Super Pancho’, pero en el campo su actuación dejaba mucho que desear.

Guerrero no marcó más de seis goles en los 62 partidos que disputó con el FC Zúrich. Hoy chuta el balón ante una afición que no suma más de 400 espectadores, la del YF Juventus Zúrich, último clasificado de Segunda División y cuyo descenso es prácticamente un hecho.

swissinfo, Florian Raz
(Traducción del alemán: Belén Couceiro)

El FC Zúrich (FCZ) se ha consagrado por segundo año consecutivo campeón de la Liga suiza 2007, tras derrotar anoche (24.05.) por 2-0 al otro club zuriqués, el Grasshoppers, en el estadio de Hardturm de esa ciudad.

Su principal rival, el FC Basilea (FCB), también se impuso por 2 goles a 0 al Young Boy de Berna, aunque esta victoria no le sirvió de mucho.

El FCB terminó segundo en la clasificación de la temporada 2006/2007, con un solo punto de diferencia con el FCZ.

Brasil: 25
Argentina: 11
Uruguay: 1
Ecuador: 1
Perú: 1
México: 1
Chile: 1
Costa Rica: 1

Total: 42 jugadores

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