Ni planta ni animal: una seta es una seta
Buscar setas está de moda. Muchos aficionados pasan las jornadas otoñales en el campo o en el bosque. Como Markus Flück, un renombrado experto que desde su niñez siente fascinación por estas pequeñas maravillas de la naturaleza.
La mayoría de la gente sabe -por lo menos de oídas- que la cantarela y el boleto, por ejemplo, son setas comestibles, mientras que la amanita y falsa oronja son tóxicas y peligrosas. En Suiza existen muchas especies, cerca de 5.500. Y entre 2.000 y 3.000 se reproducen cada año.
Markus Flück, micólogo diplomado con una extensa experiencia en recolección y control, así como autor de varios libros, conoce muchas especies. Dedica gran parte de su tiempo de ocio a su gran pasión: buscar, coleccionar, determinar setas y experimentar con sus sabores y texturas en los fogones. Además, dispone de un impresionante archivo fotográfico compilado a lo largo de los años.
En la nueva edición de su Guía micológica de Suiza, presenta las 150 variedades más conocidas: setas comestibles, venenosas, las peligrosas que se prestan a confusión y las especies protegidas más importantes.
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