
«Nos hemos convertido en nada», dicen las gazatíes tras dos años de genocidio en Gaza
Ahmad Awad
Nuseirat (Gaza), 7 oct (EFE).- Las gazatíes no dudan en calificar de genocidio la actual ofensiva israelí contra la Franja de Gaza, que este martes cumple dos años, y lamentan que Israel les ha arrebatado sus casas, la educación de sus hijos y cualquier posibilidad de regresar a la vida que una vez tuvieron.
«Perdimos todos nuestro sueños. Nos hemos convertido en nada, no tenemos nada», dice a EFE la palestina Riham al Salul desde el campamento de refugiados de Nuseirat, en el centro del enclave.
Mientras fuera de Gaza el mundo recuerda hoy a los 1.200 asesinados por Hamás ese fatídico 7 de octubre de 2023, y urge un alto el fuego y el retorno de los 48 cautivos; dentro las madres palestinas se preguntan qué va a ser de ellos incluso si comienza la tan esperada «paz» anticipada por el presidente de EE.UU., Donald Trump.
«Es muy difícil volver a lo de antes, porque la reconstrucción requiere mucho tiempo y, seguramente, seguiremos viviendo en tiendas de campaña», dice a EFE la palestina Iman Ayoub.
Como ella, la inmensa mayoría de los más de dos millones de gazatíes se han visto forzosamente desplazados, algunos hasta una decena de veces en dos años, y han perdido sus viviendas y la mayoría de sus posesiones en los incesantes ataques aéreos israelíes.
Una sociedad diezmada y exhausta
Más de 67.000 personas han fallecido en Gaza (incluidos unos 20.000 niños), según el recuento del Ministerio de Sanidad, mientras que miles de cuerpos más siguen aún sepultados entre toneladas de escombros.
Entre los que no están muertos, hay quienes pasan hambre (al menos 460 personas han muerto por inanición y malnutrición debido a la limitada entrada de alimento en el enclave cercado), han perdido a sus seres queridos, sufren amputaciones o no pueden dar un paso más a causa del cansancio y la enfermedad.
El Ejército israelí «ha eliminado a muchísima gente. Mucha gente ha sido borrado del registro civil o está desaparecida. Sus familias no saben dónde están. Yo soy una de esas personas… perdí a dos de mis hermanos, son mártires. Imagínate cuando una persona pierde a sus hermanos tan queridos», dice la palestina Rim al Jalili.
Según cifras del Gobierno de Gaza, más de 2.700 familias gazatíes, en total más de 8.500 personas, han sido borradas del registro civil. Hoy no queda vivo ninguno de los miembros que componían esas familias.
Además, cerca de 660.000 niños -la próxima generación de gazatíes- se ha quedado sin clases por tercer año consecutivo (cifras de la UNRWA), mientras que el 92 % de los centros escolares necesitan ser reconstruidos tras los continuos ataques israelíes; repetidos también contra hospitales, centros de culto como mezquitas, personal médico y periodistas.
«Yo soy una de las que esperaba que (la ofensiva) iba a durar un mes o dos, y volver a nuestra vida normal como siempre solía pasar. Pero se ha convertido en un crimen, en un genocidio. La mente no puede imaginar lo que nos están haciendo», concluye al Jalili. EFE
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