
‘Traslados’, un grito de justicia para víctimas de vuelos de la muerte que llega a España
Mariana López Alba
Madrid, 26 jun (EFE).- Mantener viva la memoria de las víctimas, reclamar justicia y evitar el negacionismo es el triple objetivo de ‘Traslados’, un documental que indaga en los llamados «vuelos de la muerte» organizados por la dictadura militar argentina (1976-1983) que dejaron miles de personas desaparecidas y que llega a los cines de España este viernes.
Dirigido por Nicolás Gil Lavedra y basado en una idea original de la actriz y productora Zoe Hochbaum, el documental ofrece una reconstrucción rigurosa y profundamente humana de una de las prácticas sistemáticas de exterminio de la dictadura argentina: arrojar «detenidos-desaparecidos» vivos al mar o al Río de la Plata (frontera entre Argentina y Uruguay) desde aviones militares.
Durante los años del autodenominado «Proceso de Reorganización Nacional», el gobierno militar argentino instauró un plan de terrorismo de Estado que dejó un saldo de al menos 30.000 personas desaparecidas, según organismos de derechos humanos.
Los vuelos de la muerte fueron parte fundamental de ese macabro plan y se convirtieron en una modalidad organizada de exterminio: muchas víctimas eran sedadas, subidas a aeronaves y arrojadas al vacío, sin dejar rastro.
La ausencia de cuerpos dificultó durante décadas los procesos judiciales y consolidó una cultura del silencio que aún hoy persiste en algunos sectores.
Una historia contada desde la «búsqueda de justicia»
«Traslados habla con esperanza de la búsqueda de justicia, la reparación para las familias y para nuestra historia», apunta a EFE Gil Lavedra (Buenos Aires, 1983), que explica cómo el documental condensa años de investigaciones judiciales, archivos dispersos y testimonios claves en una narrativa audiovisual destinada especialmente a las nuevas generaciones.
El largometraje incluye entrevistas con figuras fundamentales en la defensa de los Derechos Humanos en Argentina, como el juez Daniel Rafecas; la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto; el piloto y cineasta Enrique Piñeyro, o el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel.
El filme también se apoya en animaciones, material de archivo inédito y recreaciones que, en palabras del director, buscan «dar voz a la ausencia a través de las imágenes» porque afirma que «sin memoria no se puede avanzar», y que es necesario seguir hablando de la dictadura «no por revanchismo político» sino para «poder sanar las heridas».
Uno de los momentos más impactantes del filme es la recuperación en 2023 del avión Skyvan PA-51, utilizado en estos vuelos, gracias a una investigación liderada por el cineasta Piñeyro.
Esas aeronaves fueron «armas homicidas, utilizadas para matar y desaparecer», denuncia Gil Lavedra, quien defiende que deben convertirse en «espacios de memoria», donde se entienda «a qué no tenemos que volver».
Un país «sin memoria» es un «país ciego»
Zoe Hochbaum (Buenos Aires, 1999) ideó el proyecto cuando apenas tenía 15 años, en un entorno familiar donde -relata-, siempre hubo una «memoria activa».
Aquella «obsesión» adolescente por entender «hasta el último de los detalles» fue el germen de ‘Traslados’, que retomó años después al fundar la productora Orca Films junto a su padre.
Para Hochbaum, el documental es también un puente entre generaciones, porque los jóvenes «tienen derecho a saber la historia tal como fue, sin tergiversarla» y en un contexto donde «el odio renace» y los «movimientos de extrema derecha» avanzan, ‘Traslados’ funciona como una advertencia urgente: «La memoria no puede morir porque no hay presente sin pasado», afirma.
«No se trata de estar anclados» sino de evitar «ser un país ciego» porque no le interesa vivir en un país así, sostiene.
Estrenado en Argentina en septiembre de 2024, ‘Traslados’ ha pasado por festivales internacionales como San Sebastián, Málaga (España), Varsovia (Polonia) o Seattle (EE.UU) -donde obtuvo mención especial del jurado-, y «es una película para charlar, para pensar» que se puede proyectar en escuelas, en espacios públicos o privados, según Hochbaum.
La sociedad tiene la responsabilidad «de seguir contando lo que pasó y luchar para que no vuelva a pasar y no permitir el negacionismo», concluye Hochbaum. EFE
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