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“Los jueces niegan el propósito de la ley”

El criminalista y diputado suizo Daniel Jositsch. Dominic Büttner/pixsil.com

El ataque violento de tres estudiantes suizos contra una persona en Múnich, Alemania, ha desatado un debate sobre la aplicación del derecho penal juvenil.

Daniel Jositsch, profesor de Derecho Penal, no es partidario de endurecer las penas a los menores de edad. Pero su posición no tiene nada que ver con una justicia permisiva. Entrevista.

El diputado socialista exige que los jueces apliquen con todo rigor las penas previstas por la ley al emitir sus sentencias.

El tema de la violencia juvenil ocupa el interés mediático después que un grupo de jóvenes suizos, de entre 15 y 17 años de edad, atacara a un hombre de 46 durante un viaje de estudios a Múnich.

swissinfo.ch: Los agresores atacaron a un hombre y le propiciaron golpes y patadas en la cabeza. ¿Cuáles son las razones de esa brutalidad?

Daniel Jositsch: Hay varios motivos. En el informe gubernamental sobre agresividad juvenil publicado en días pasados enumera causas estructurales: Deficit en las estructuras escolares, privadas y familiares, procedencia de capas sociales desfavorecidas, un entorno personal negativo, contacto con drogas y consumo de vídeos y juegos electrónicos violentos.

swissinfo.ch: Se dice que los agresores estaban bajo la influencia del alcohol y el cannabis. ¿Las drogas juegan un papel preponderante en la actitud violenta típica de los jóvenes?

D.J.: Inequívocamente, especialmente en lo que se refiere al alcohol. Este desinhibe y da paso a agresiones externas, también contra adultos. Pero el alcohol no es causa de exceso de violencia, sino que funciona como catalizador al acelerar el proceso que debilita las fases inhibitorias.

swissinfo.ch: Los tres acusados tenían antecedentes penales, cosa que no sabían las autoridades escolares responsables de ellos durante el viaje a Alemania. Los políticos exigen ahora a las autoridades de justicia informar a las instituciones educativas. Los críticos temen estigmatizaciones. ¿Cuál de ambos intereses tiene mayor peso?

D.J.: Esa obligación de informar es extraordinariamente importante. La estigmatización no me resulta un problema, pues aquí se trata de llamar a las cosas por su nombre. Cuando un joven tiene un antecedente penal, debe vivir y asumir ese hecho, también en la escuela.

La información sólo debe ser transmitida en caso de delitos de violencia grave y delitos sexuales, y no en caso de delitos menores.

Esto significa también que la escuela debe contar con los medios para reaccionar adecuadamente. Los responsables deben poder decidir si los jóvenes pueden participar en un viaje, o si pueden ser admitidos durante ese tiempo en otra clase, etc.

swissinfo.ch: Con ello se hace más difícil el trabajo ya complicado del personal docente.

D.J.: Por supuesto. Un chico con una expediente delictivo a cuestas es una carga para el maestro. Si éste no tiene la información sobre la condena, su tarea no será sencilla.

Ante estas dificultades a las que se ven confrontados los maestros hoy, los grupos de clase no deben ser ampliados, sino reducidos.

Si un maestro tiene 28 alumnos, no puede explotar las dotes de los alumnos al tiempo de que jóvenes difíciles se involucran en problemas. Por ello resulta cínico que por un lado el derechista Partido Unión Democrática del Centro exija que la escuela asuma sus responsabilidades; pero, por el otro crezca el número de alumnos por clase, por razones de ahorro.

swissinfo.ch: El término de justicia permisiva se repite tras los recientes acontecimientos. ¿Cree que los jueces suizos castigan muy suavemente a los jóvenes violentos?

D.J.: Sí, existe esa tendencia general. Yo presenté una moción en la cámara baja del Parlamento Federal para exigir que se evalúe por qué los jueces en muchos delitos no aplican los castigos más severos. Una tendencia que también se observa en los delitos cometidos por adultos.

Sorprendentemente la propuesta fue aceptada por 177 votos a favor y dos en contra. La desconfianza alcanza tanto a los sectores de izquierda como a los de derecha.

Se puede comprender la indulgente jurisprudencia como rechazo de los jueces, como transformación del propósito de la ley. Cuando los jueces no aprovechan el campo de juego penal hacia arriba, aquel de las penas más fuertes, dejan un vacío en el marco de la aplicación. Esto no puede ser.

swissinfo.ch: ¿Entonces no se requieren castigos más duros y más prolongados?

D.J.: No. Esto no lleva a nada cuando los jueces sólo se mueven en la parte inferior del marco penal. En algunos delitos se puede pensar en un aumento del castigo, como actualmente lo hace el parlamento en relación a las violaciones sexuales.

swissinfo.ch: ¿Cómo puede obrar la sociedad a nivel preventivo contra los excesos juveniles violentos?

D.J.: Resulta central la conexión entre los diversos sectores: escuela, padres de familia, círculo privado, asociaciones y también la prosecución penal juvenil y las autoridades tutelares.

Para que las distintas autoridades puedan comunicarse de forma proactiva deben aligerar las condiciones de protección de datos. Con ese fin se requieren instrumentos legales para que las autoridades puedan actuar sin retraso y aprovechar la influencia de los padres en la tarea.

Como otrora presidente escolar en mi comuna, sé que el déficit de los jóvenes se puede establecer de forma temprana en la escuela, puesto que el comportamiento inadecuado ya se puede observar en el hogar y en el tiempo libre de los alumnos, por lo que se pueden tomar medidas adecuadas en varios aspectos para evitar un agravamiento de la situación.

Actualmente se espera demasiado. Los delitos menores no se combaten con rigor y entonces, en algún momento, llega la hora de confrontarse a delitos de violencia, cuando ya es demasiado tarde.

Renat Künzi, swissinfo.ch
(Traducción: Patricia Islas Züttel)

Son estimaciones del informe de la Oficina Federal de Policía. La mayoría de ellos son hombres jóvenes con antecedentes migratorios.

Con frecuencia estos chicos se unen a bandas, provienen de capas sociales de baja formación escolar y su comportamiento es problemático en la familia, la escuela o el trabajo.

Las drogas juegan un papel en su actitud.

Los inmigrantes implicados proceden con frecuencia de la zona de los Balcanes y Turquía, además del norte africano y otras regiones de ese continente.

El político socialista Daniel Jositsch presentó en 2007 un plan de doce puntos para solucionar la violencia juvenil y los problemas escolares.

Así inició un debate sobre la reclusión para personas menores de 15 años y una prolongación de la aplicación de medidas educativas dirigidas a los jóvenes concernidos hasta la edad de 25 años (hoy, posible hasta los 22 años).

También proponía que los padres de los infractores acudiesen a cursos de idioma y de educación, y en caso de que los implicados no cooperaran con las medidas impuestas se avizoraban multas de hasta 5.000 francos.

El programa fue rechazado en marzo pasado.

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