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“En EE UU la policía puede ser un peligro para los periodistas”

des manifestants devant un graffiti de george floyd
Raphaël Grand

En Suiza, pocos medios pueden permitirse una red propia de corresponsales extranjeros. ¿Quiénes son aquellos que han elegido vivir fuera para narrar a los suizos lo que sucede en el mundo? ¿Qué relación tienen con Suiza a partir de su mirada como periodistas? SWI swissinfo.ch realiza el retrato de cinco de ellos. Primera parada: Estados Unidos.

Si usted es radioescucha de La Première, estación de radio de RTS (Radio Televisión Suiza), la voz de nuestro entrevistado le es inevitablemente familiar. Primero estuvo en Shanghái, China, y ahora se encuentra en Washington D.C., la capital estadounidense. Durante los últimos siete años, Raphaël Grand se ha convertido en una de las figuras esenciales de la prensa cuando se trata de actualidad internacional.

Un mero azar

Nacido en el Valais hace 39 años, Grand jamás se propuso realmente trabajar en los medios.

Tras realizar un bachillerato científico, decidió estudiar en la Escuela Superior de Ingeniería y Gestión del cantón de Vaud (hoy conocida como EIVD y antes como HEIG-VD) para formarse en gestión de medios. Uno de los requisitos de su formación académica era realizar una pasantía de un año en esta industria. Así comenzó a trabajar para Rhône FM (una radiodifusora del Valais). Terminó exitosamente sus estudios, un proceso que le permitió adquirir otra certeza: “Ese trabajo no era para mí”.

Raphaël Grand
Raphaël Grand, 39 años, corresponsal en Washington de la RTS (radio) Rts/laurent Bleuze

Así que Raphaël Grand decidió estudiar periodismo en Lausana. Posteriormente, realizó una vuelta al mundo con su esposa durante la cual pudo trabajar como periodista independiente para el programa “Un dromedario en el hombro” de RTS. Al regresar, ambos soñaban con poder “combinar los viajes con la vida profesional y la familiar”.

El primer trampolín

El 2013 ofreció a Raphaël la oportunidad soñada. Se liberó la plaza de la corresponsalía en China. “No hay mucha competencia para ir a China, así que pude conseguir este primer puesto a los 32 años”.

Empezó a aprender chino desde Suiza y, posteriormente, ya en China, tomaba una hora de clases al día. Sin embargo, “el trabajo cotidiano lo realizaba apoyado en un auxiliar, como hacen todos los periodistas. Son personas que ejercen como asistentes y traductores; sin ellos, sería imposible lograrlo”.

Al llegar a China, Raphaël Grand y su esposa ya eran padres de un niño de dos años y medios y de una pequeña de nueve meses.

“China es un país lleno de incógnitas, es extremadamente fascinante, pero la política estatal hace que no haya debate y, para acabar pronto, tampoco política”. Por ello, y considerando también los riesgos de la contaminación para sus hijos, la familia decidió explorar nuevos horizontes.

Quedó disponible el puesto de corresponsal en Washington y él estaba listo para partir. “Estados Unidos es el Santo Grial de los corresponsales. Es un lugar que da prestigio y que está lleno de poder, es la sede de la primera potencia mundial. Pero antes de acceder a esta plaza hay que demostrar las capacidades que uno tiene y China me permitió hacerlo”.

Una vida a 100 por hora

La familia Grand se mudó a Washington en el verano del 2017. Esto supuso un giro de 180 grados después de los años vividos en Shanghái. “Afortunadamente, los niños asistían en China a una escuela bilingüe (chino-inglés), así que no tuvieron problemas con el ajuste”. Para su esposa, en contrapartida, la situación fue más compleja. Ella era educadora infantil en Suiza y la visa de periodista de Raphaël no le permitía trabajar en Estados Unidos. Ella decidió pues reanudar sus estudios en psicología. “Considero importante que la pareja también pueda disfrutar y sacar provecho de la experiencia, aunque, obligadamente, las posibilidades serán mucho más limitadas”.

Cubrir un país de la envergadura de Estados Unidos demanda mucho tiempo e implicación por parte del periodista, y una gran flexibilidad y generosidad por parte de la pareja, sobre todo cuando hay niños. “Mi esposa y yo somos un equipo. Sin ella, yo no podría ejercer esta profesión como lo hago actualmente”, dice Raphaël Grand con agradecimiento.

La gran dimensión de Estados Unidos lo convierte en una fuente inagotable de temas. Pero el desafío es doble debido, frecuentemente, al truculento presidente Donald Trump que “no se detiene nunca”. Las jornadas de trabajo pueden ser muy largas. Es común que, ya de regreso al hotel, el periodista deba reiniciar al trabajo porque pasó algo más en Washington. “Me acuerdo una ocasión en la que me reuní con una persona en Selma (Alabama, estado en el sureste) que había estado al lado de Martin Luther King en una de suarchas, en 1965. Tuve que abandonarlo en plena entrevista para informar lo antes posible sobre la renuncia de un secretario de Estado de Donald Trump”.

Acto de Donald Trump en Orlando
Acto público de Donald Trump en Orlando. Raphaël Grand

Oriente contra Occidente

Raphaël Grand admite que, al principio, lo tuvo difícil para seguir el ritmo de trabajo que imponía Estados Unidos porque era totalmente impredeciblie. En oposición a lo que uno podría pensar, no es más fácil ser periodista en Estados Unidos que en China. Suiza tiene una muy buena imagen en China, mientras que en Estados Unidos “uno es un completo desconocido. Así que es casi imposible obtener una entrevista con un parlamentario porque uno no les resulta útil en términos de audiencia o de votos”. Por otra parte, la cantidad de medios que hay en esta plaza y la competencia que hay entre ellos también complican la labor.

Por ello, Grand prefiere enrevistar a la gente de a pie. “Todas estas personas tienen una historia que contar. Y algunas veces la pequeña historia contará una grande”, dice y añade riendo: “¡No estoy seguro de que esta cita textual sea mía! “. Piensa que las personas sencillas hablan con más apertura y franqueza que las personalidades, lo que las convierte en “mejores herramientas” para informar sobre una situación.

En China fue arrestado varias veces por la policía, pero jamás enfrentó problemas serios. “Aquí, el aparato de seguridad es muy grande”. Dado que la libertad de prensa está consagrada en la Constitución de Estados Unidos, la realización de reportajes no es un problema, admite Grand. “Pero asistir a las reuniones de Donald Trump siempre es una experiencia singular, porque apunta sistemáticamente su dedo flamígero hacia los periodistas y los acusa de difundir información falsa”.

En los siete años que Raphaël Grand lleva en el extranjero son varios los eventos que le han marcado profundamente: el tifón ‘Haiyan’ y las miles de muertes de Tacloban, en Filipinas (2013), cuando acababa de llegar a Shanghai; el terremoto de Nepal (2015) y la represión de los uigures en Xinjiang, que fue uno de los reportajes que más problemas con la policía le produjo en China. Ya en Estados Unidos, un evento que tuvo un gran impacto en él fue la muerte de George Floyd, un afroamericano de 46 años, en Minneapolis (capital de Minnesota). Floyd fue arrestado y asfixiado por un policía blanco. Su muerte produjo una ola de airadas protestas, Raphaël Grand se desplazó a esta ciudad para cubrirlas. “La policía utilizó gases lacrimógenos y comenzó a disparar contra los manifestantes. La prensa también fue atacada, varios de mis colegas resultaron heridos. Entonces me di cuenta de que la policía también podría ser un peligro para los periodistas”. 

manifestantes
Tras la muerte de George Floyd, manifestantes frente al ejército en Minneapolis. Raphaël Grand

Afortunadamente, la mayoría de los reportes de prensa que realiza transcurren sin problemas y la nacionalidad suiza le ha sido de gran utilidad incluso para alguno de ellos.

Cuando viajaba hacia el sureste del país debido a un huracán fue arrestado por un oficial de policía por manejar con exceso de velocidad. Al darse cuenta de su acento, este último le preguntó que si era francés. Raphaël Grand le respondió de inmediato que era suizao y el policía exclamó: “¡Ah…Roger Federer! ¡Que tenga un buen día!” y lo dejó partir.

El siguiente destino luego de Washington es algo que aún no tiene claro Raphaël Grand. “Por lo pronto, intentaré sobrevivir a las próximas elecciones presidenciales y al primer gobierno de Donald Trump. Y ya veremos después”, afirma.

En 2019, más de 81 000 suizos vivían en Estados Unidos, lo que situaba a ese país en el tercer lugar en cuanto a número de expatriados, detrás de Francia y Alemania.

La economía suiza también se orienta cada vez más hacia Estados Unidos, que en 2019 será el segundo mercado de exportación más importante después de la Unión Europea.

Suiza y Estados Unidos han mantenido relaciones diplomáticas desde el siglo XIX. Ya en 1822, Suiza abrió sus primeros consulados en Washington y Nueva York. Sesenta años más tarde, en 1882, Suiza estableció su primera embajada no europea en Washington.

Como parte de su mandato como potencia protectoraEnlace externo, Suiza desempeña regularmente el papel de mensajero entre los EE UU e Irán.

Para seguir a Raphaël Grand en Twitter : @raphaelgrandEnlace externo

Para escuchar el podcast WashingtonD’ici, en colaboración con corresponsales de estaciones de radio públicas francesas: (@diciwashingtonEnlace externo en Twitter), oprima aquíEnlace externo.

Podcast Washington d ici
Fragmento del podcast “Washington d’Ici” (en francés). Raphaël Grand

Traducido del francés por Andrea Ornelas

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