
Ali Kushayb, el primer líder de Sudán que rinde cuentas por crímenes de guerra en Darfur
Carles Grau Sivera
El Cairo, 6 oct (EFE).- Ali Muhammad Ali Abd-Al-Rahman, conocido por su nombre de guerra Ali Kushayb, se convirtió este lunes en el primer líder de Sudán en rendir cuentas ante la Corte Penal Internacional (CPI) por su participación en el genocidio que entre 2003 y 2008 causó al menos 300.000 muertos en Darfur.
Tras ser puesto bajo custodia de la CPI en 2020, el exlíder paramilitar fue declarado culpable de 27 cargos de crímenes de guerra cometidos en esta marginada y vasta región del oeste de Sudán.
Nacido alrededor de 1949 en el seno de una tribu árabe de Darfur, Ali Kushayb se convirtió en uno de los líderes más importantes de las denominadas y temidas milicias yanyauid («janjaweed» en su transliteración al inglés), que lideraron una matanza a gran escala a principios de los 2000 contra clanes africanos que se rebelaron contra la discriminación por parte del Gobierno central.
Tal fue la influencia de Kushayb en ese genocidio que era conocido como el «coronel de coroneles» en la zona de Wadi Saleh de Darfur Oeste, donde a mediados de 2003 comandaba a «miles de milicias yanyauid», de acuerdo con Amnistía Internacional, y fue acusado de violación, asesinato y tortura, entre otros cargos.
Crímenes de lesa humanidad
El líder paramilitar fue transferido a custodia de la CPI el 9 de junio de 2020 tras entregarse voluntariamente en la República Centroafricana, donde huyó tras la caída del régimen del exdictador islamista sudanés Omar al Bashir, su principal garante y que fue derrocado al calor de unas protestas populares en 2019.
De hecho, Al Bashir y varios de sus responsables enfrentan acusaciones de la CPI por presuntos crímenes de lesa humanidad y genocidio en relación con la campaña en Darfur, pero solo Kushayb se ha enfrentado a juicio hasta ahora debido a la falta de cooperación de las autoridades sudanesas.
La primera comparecencia de Kushayb fue celebrada en junio de 2020 y, en julio de 2021, la Sala de Cuestiones Preliminares II confirmó los 31 cargos de crímenes de guerra y de lesa humanidad cometidos entre agosto de 2003 y abril de 2004 en Darfur, por lo que fue remitido a juicio.
La orden de arresto de la CPI, sin embargo, fue emitida en 2007 y se le acusó de liderar ataques contra las aldeas de Kodoom, Bindisi, Mukjar y Ararwala, así como de reclutar, armar, financiar y proporcionar suministros a las milicias yanyauid bajo su mando, además de perseguir, asesinar y atacar a la población civil.
De hecho, Kushayb también ocupó puestos de mando del grupo paramilitar progubernamental Fuerzas de Defensa Popular e incluso de la Policía de Reserva Central de Sudán una década después de lo que organizaciones de derechos humanos han calificado de «limpieza étnica» en Darfur.
Esa campaña dirigida contra los grupos étnicos africanos fur, masalit y zaghawa fue efectuada por aire y tierra entre las fuerzas gubernamentales y las milicias aliadas, que asesinaron, violaron y desplazaron por la fuerza a más de dos millones de personas.
Justicia para las víctimas
Tras ser remitido a juicio, la organización Human Rights Watch (HRW) celebró que se trataba de «una oportunidad excepcional y largamente esperada para que las víctimas y las comunidades aterrorizadas por las yanyauid vean a un presunto líder comparecer ante la justicia».
«Este juicio es también el primero que celebra la CPI sobre crímenes cometidos por fuerzas estatales y milicias aliadas en Darfur y demuestra que quienes cometen crímenes todavía pueden afrontar la justicia, incluso más de una década después», añadió en un comunicado publicado en 2022.
Sin embargo, el septuagenario Ali Kushayb ha negado todos los cargos desde el primer momento.
«Vine aquí desde Sudán voluntariamente. Me presenté ante la CPI para asegurar mi total inocencia de todas las acusaciones relacionadas con Darfur, con las que no tengo absolutamente nada que ver», dijo en una audiencia de la CPI celebrada el 27 de mayo de 2021. EFE
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