
Arabia Saudí confía en el turismo regenerativo tras las megainversiones
Isaac J. Martín
El Cairo, 6 oct (EFE).- Arabia Saudí apuesta por un «modelo de rentabilidad financiera sostenible» con el turismo regenerativo -que promueve la restauración de ecosistemas- como estandarte de la industria en el mar Rojo, menos de una década después de abrirse al turismo, y tras las megainversiones y deudas en las que el reino se está sumergiendo para diversificar su economía e imagen.
«Ahora estamos empezando a generar ingresos a medida que vamos abriendo el destino al público. Esto nos permite acceder a muchas más opciones para obtener capital de diversas fuentes», dijo en una entrevista a EFE John Pagano, el director general del promotor inmobiliario Red Sea Global (RSG), propiedad del fondo soberano saudí (PIF, en inglés).
Su trabajo se basa -apuntó- en un «modelo de rentabilidad financiera sostenible», dado que van «más allá de lo que hacen los promotores inmobiliarios tradicionales, que sólo buscan obtener beneficios» porque persiguen, «además de atraer turistas, contribuir a la diversificación de la economía».
Hasta la fecha, esta empresa ha inaugurado seis complejos turísticos, en uno de los cuales pasa sus vacaciones la estrella del fútbol Cristiano Ronaldo con su familia, mientras que tienen otros dos que abrirán en los próximos días y 16 en los próximos meses, según Pagano.
Equilibrio del ecosistema y social
La restauración de los corales es una de las actividades que llevan a cabo a lo largo del mar Rojo, de la que forma parte el biólogo marino español Carlos Duarte, como parte de este turismo regenerativo, un modo de viajar en el que se busca dejar una huella positiva en el ecosistema.
«Nos encontramos en una situación privilegiada, ya que, por razones históricas, los mares, las islas y los arrecifes de coral permanecieron intactos. Este archipiélago de 90 islas en el mar Rojo nunca se había desarrollado», explicó Pagano.
Establecieron un objetivo en el que entra en juego la regeneración y no sólo la conservación, que es el de aumentar «el valor de conservación del destino en un 30 % durante las próximas dos décadas, en comparación con el valor actual».
De ahí determinó el límite máximo de visitantes en su área que abarca 4.200 kilómetros cuadrados con un total en el mar Rojo de 32.000 kilómetros cuadrados, casi el tamaño de Bélgica, que será de no más de un millón y medio de visitantes al año, aseveró.
Asimismo, consideró la ausencia del alcohol -prohibido en el reino- como un «diferenciador» dado que cada vez más gente busca espacios enmarcados en el fenómeno ‘NoLo’ (No/Low Alcohol).
«No nos estamos limitando a rechazar a la gente, sino simplemente no aprovechando todo el potencial de desarrollo que tenemos. Podríamos desarrollar infraestructuras para albergar a 10 millones de personas si así lo deseáramos; disponemos de la tierra, del mar y de más de 200 kilómetros de costa que podríamos aprovechar. Pero no vamos a hacerlo. En definitiva, se trata de encontrar ese equilibrio», dijo.
Diversificar la economía del reino
Desde 2017, cuando Mohamed bin Salmán (MBS) tomó el cetro de príncipe heredero y reina «de facto» en el país, la nación ha vivido un cambio de 180 grados, con una serie de iniciativas económicas -más allá de las sociales de permitir a las mujeres que conduzcan y abrir salas de cine y conciertos- en las que buscan atraer inversiones y abrir las puertas al turismo, que estaban cerradas hasta ese año.
Todo esto para reducir la dependencia económica del petróleo, dado que el reino sigue siendo el mayor productor de crudo del mundo.
Por ello, uno de sus principales intereses fue el desarrollo de megaproyectos, de los cuales algunos están sufriendo retrasos en el marco del proyecto NEOM y que ha supuesto una dura carga para las arcas saudíes, algo reflejado en los déficits presupuestarios que arrastra el reino en los últimos años.
Arabia Saudí ha proyectado un déficit del 3,3 %, equivalente a unos 44.265 millones de dólares para el ejercicio fiscal de 2026, un poco más de lo estimado previamente.
Pagano, sin embargo, resalta que los «niveles de déficit son extremadamente bajos en comparación con los estándares occidentales».
«Ahora que vamos a generar ingresos, tendremos aún más oportunidades para captar otros tipos de capital», aseveró el CEO de Red Sea Global, que sí cuenta con una experiencia positiva a la hora de entregar y lanzar los proyectos de acuerdo a los planes originales.
Igualmente, apuntó que los dos proyectos que están desarrollando, The Red Sea y Amaala, que «son de gran envergadura, generarán 9.000 millones de dólares anuales en contribución al PIB una vez finalizados», afirmó Pagano, que lo tildó de una «importante fuente de ingresos para la economía», dado que generará 120.000 empleos.EFE
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