Arte y construcción
Grandes espacios, cubos blancos y rincones luminosos transforman una planta eléctrica en un espacio cultural: la nueva Casa del Constructivismo de Zúrich.
A orillas del río Sihl, se levanta limpia y serena, la central eléctrica que durante más de cien años abasteció a la ciudad de Zúrich. Considerado como uno de los pocos ejemplos de arquitectura industrial, el edificio que hoy alberga la nueva Casa del Constructivismo (Haus Konstruktiv) data de 1898.
Pero de 1929 a 1932 el arquitecto Hermann Herter dio a esta construcción, y a otras de la ciudad como la Oficina de Correos del Sihl y la Piscina Pública del centro de Zúrich, su aspecto de formas cubistas bajo el estilo de la llamada ‘Nueva Construcción’ (Das Neue Bauen), en boga en aquellos años.
Respetando, en la medida de lo posible, la arquitectura de ese viejo edificio (fachada, basamento, entrada, etc.), en su interior reaparece ahora el museo dedicado al arte concreto y constructivista de Suiza. Dicha tendencia surgió en Europa hacia 1920, en la cual se reagruparon artistas que pugnaban por crear un arte integrado a la producción industrial y a la técnica.
Más que un museo
Este moderno museo de Zúrich consta de 5 plantas, con un total de 14 galerías para exposiciones distribuidas a lo largo de 1.200 metros cuadrados. Su entrada conserva todavía la vieja estructura de la estación y en el ático se extiende una de las más completas y luminosas bibliotecas de la ciudad, especializada en arte y arquitectura.
La Casa del Constructivismo, fundada en 1986 en su antigua sede de la calle Seefeld, había llevado a cabo más de 70 exposiciones de artistas constructivistas y de arte concreto y contemporáneo.
Además, se destacó por sus publicaciones y sus programas de arte y educación, así como también en su empeño por reunir documentos importantes sobre diseño funcional, tipografía, diseño gráfico y fotografías.
Exposición de James Turrell
En ocasión de su nueva apertura, el pasado 30 de septiembre, la Casa del Constructivismo ha inaugurado una de las más completas exposiciones en Europa del artista de la luz: el norteamericano James Turrell.
Para dicha exhibición este artista seleccionó obras en perfecta combinación con la arquitectura propia del lugar y así presenta 7 instalaciones de luz, además de 3 espacios reservados para trabajos de gráfica.
El ‘pintor de la luz’
La luz, en efecto, es captada por nuestros sentidos, pero también determina el ámbito de nuestra existencia y el estado interior de la persona; además, es un valor indispensable en la apreciación de las artes plásticas.
La obra de James Turrell no puede comprenderse en toda su amplitud, sin tener en cuenta esta tradición de la luz a través de la historia, de la cultura y de la filosofía.
A James Turrell se le ha llamado el ‘pintor de la luz’. Sin embargo, éste no utiliza ni pincel para pintar, ni tela.
Su soporte único y exclusivo es la luz; una luz que invade, que envuelve, y regresa de algún modo al individuo a su propia interioridad. Una luz que borra la frontera entre el sujeto y el objeto, y que despierta el encantamiento y la emoción.
“No object, no image, no point focus”
La filosofía de Turrell es la de la renuncia total, la del despojo absoluto, para concentrarse en el espacio bañado de luz y dejar que los ojos vean pura y simplemente. Por eso él sostiene: “No object, no image, no point focus.”
Posición sin duda extrema que indica, quizá, el cansancio de un arte lleno de historias, de fábulas y de explosión de imágenes. Por el contrario, este artista nos propone regresar a un estado primario y elemental cuando el ver era todavía un descubrimiento sensorial, y el hombre se maravillaba de su propia percepción.
Tratar de explicar o de aprehender el arte, mejor dicho la luz, de James Turrell, es anular la magia y la exaltación que se experimenta, cuando se entra en esos cubos bañados de luz y color. Por eso lo mejor es vivir la experiencia con ojos propios…
La exposición del norteamericano James Turrell en la nueva Casa del Constructivismo y Arte Concreto de Zúrich, permanecerá abierta al público hasta el 27 de enero de 2002.
Araceli Rico, Zúrich
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