
Brasil, capital Filadelfia
Filadelfia (EE.UU.), 28 jun (EFE).- Como una miniatura de Río de Janeiro o Sao Paulo, Filadelfia (Pensilvania, EE.UU.) abrazó este sábado la pasión por el fútbol brasileño con el choque de octavos de final del Mundial de Clubes de la FIFA entre el Palmeiras y el Botafogo.
El Lincoln Financial Field, el hogar de los Philadelphia Eagles, se olvidó por un día de la NFL para recibir a los fans del Palmeiras y del Botafogo, que calentaron el ambiente en las horas previas al partido con música, banderas, colorido verde y negro y gritos de apoyo a sus respectivos equipos.
La temprana hora del encuentro (12.00 horas del mediodía en Filadelfia) no animaba a grandes excesos, pero aun así no faltaron las cervezas y las parrillas con carne para todos -periodistas incluidos- en los alrededores del estadio, todo ello en un ambiente de deportividad y sana rivalidad.
El fútbol brasileño ha sido una de las grandes sensaciones en lo que va de torneo con sus cuatro participantes en los octavos (Flamengo y Fluminense junto a los ya mencionados).
Además, este enfrentamiento asegura que Brasil tendrá al menos un representante en los cuartos de final.
No obstante, se respiraba un aroma especial y picante en la antesala del Palmeiras-Botafogo, dos conjuntos con muchos cruces y rivalidad en los últimos años.
Como muestra y guiño, el DJ del Lincoln Financial Field recurrió, durante su sesión musical mientras entraban los espectadores al estadio, al recientemente fallecido Sly Stone con su tema ‘Family Affair’ (‘Un asunto familiar’, en inglés).
El vencedor de este enfrentamiento de octavos se verá las caras en los cuartos con el ganador del Benfica-Chelsea, que se jugará también este sábado en Charlotte (Carolina del Norte, EE.UU.). EFE
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