
China dice que el proceso de reencarnación del Dalái Lama debe respetar las leyes del país
Pekín, 2 jul (EFE).- El Ministerio chino de Exteriores defendió este miércoles que la reencarnación del Dalái Lama «debe respetar el procedimiento del sorteo de la urna dorada» y las leyes del país, además de asegurar que la sinización de la religión «no supone una restricción a la libertad religiosa».
«La reencarnación del Dalái Lama debe respetar el procedimiento del sorteo de la urna dorada, con la aprobación del Gobierno central, y desarrollarse conforme a los rituales religiosos, las costumbres históricas y la legislación nacional vigente», sostuvo en una rueda de prensa la portavoz jefa de la Cancillería, Mao Ning.
El líder del budismo tibetano inició hoy una conferencia de tres días para abordar el futuro de su sucesión en vísperas de su nonagésimo cumpleaños y aseguró que su círculo de máxima confianza, representado en una fundación creada por él, será quien tenga la autoridad para elegir a su sucesor.
«Nadie más tiene ninguna autoridad para interferir en este asunto», añadió el XIV Dalái Lama en una clara referencia a China, que lo considera un separatista desde su huida del Tíbet en 1959.
Pekín afirma que será China la que elegirá a su sucesor, a lo que el Dalái Lama ha respondido que su reencarnación nacerá fuera de ese país, instando a sus seguidores a rechazar cualquier candidato elegido por el Gobierno de Pekín.
«La reencarnación de los lamas vivientes es una tradición exclusiva del budismo tibetano, con más de 700 años de historia. A lo largo del tiempo, ha dado lugar a un sistema riguroso de rituales religiosos y normas históricas. La reencarnación de altos lamas como el Dalái Lama o el Panchen Lama debe realizarse mediante el sorteo de la urna dorada, conforme a estos protocolos», reiteró hoy la vocera de Exteriores.
Además, subrayó que el actual Dalái Lama «fue reconocido siguiendo estrictamente estos rituales tras el fallecimiento del XIII Dalái Lama, aunque en su caso, el Gobierno nacionalista de la época emitió una orden especial que eximía del sorteo de la urna dorada».
Las normas promulgadas por el Gobierno chino «buscan proteger legalmente esta forma tradicional de sucesión espiritual», sostuvo Mao, quien argumentó que la sinización de la religión «no supone una restricción a la libertad religiosa».
«La supervivencia y el desarrollo de cualquier religión deben adaptarse al entorno social y a las tradiciones culturales del país. El budismo tibetano, originado en China y con características chinas, es en sí mismo un ejemplo representativo de la sinización religiosa», agregó. EFE
lcl/jacb/jac