La complejidad de los proyectos

El diseño de un proyecto para el abasto de agua requiere considerar aspectos más allá de la mera ingeniería.
Los ámbitos sociales y culturales de las comunidades deben analizarse con detenimiento para evitar situaciones peligrosas.
“No es simplemente la construcción de una bomba o de una fuente de agua. Es algo mucho más difícil. Ante todo hay que conocer gente del lugar, entender bien qué representa el agua en la comunidad”, subraya Isabella Medici, de Helvetas de la Suiza de habla italiana.
Dice que, por ejemplo, la elección del sitio en el que se va a construir la bomba debe hacerse con cuidado ya que una selección inadecuada puede generar resentimientos entre los beneficiados.
“Así es que generalmente se trabaja desde un año antes de construir algo, con un comité que represente a toda la comunidad, a todo el pueblo. De manera que la gente más rica y los más pobres, las mujeres, los hombres que hay en una comunidad, estén representados”, añade la experta.
Explica que con ese comité se decide la ubicación de la bomba y que el trabajo con los lugareños es permanente.
“Helvetas no construye proyectos con tecnologías avanzadas que después necesitan recursos que la gente del lugar no tiene”.
Recursos locales
De ahí que, en forma previa, se analiza con qué tipo de recursos cuenta la comunidad: “En países donde hay mucho petróleo se puede construir una bomba que funciona con petróleo y no con electricidad”, destaca Medici, a guisa de ejemplo.
Subraya nuestra entrevistada que, en virtud de que la manutención de la bomba o de la fuente tiene que depender de la gente del lugar y no de una organización internacional, como puede ser Helvetas, la organización propone también cursos de formación.
Los cursos de formación para el mantenimiento de las instalaciones acuíferas involucran a las mujeres que, con frecuencia, administran y se ocupan de la bomba. Las féminas participan también en los comités vecinales, lo que hace que se generen nuevos equilibrios de género.
Participación comunitaria
«Todo esto hay que hacerlo con mucha delicadeza y cuidado y con el consenso de la gente que vive ahí. Por eso yo digo que siempre un proyecto de agua es algo complejo».
Dice que, por ejemplo, hay personas que van de vacaciones a África y al volver exclaman: «¡Ay pobrecitos. No tienen agua. Ahora me organizo y recojo un poco de dinero y voy y construyo una fuente».
Advierte: «Esto puede ser muy peligroso, hay que hacerlo con mucha atención y respeto de la diferencia cultural, social, política, todo que puede tener un lugar respecto de otro».
Programas de higiene
Isabella Medici nos habla también de la importancia de las condiciones locales para el desarrollo de los diversos proyectos. Señala, por ejemplo, que algunos de ellos han tenido que cancelarse porque en el país en cuestión estalló algún tipo de conflicto bélico.
Otro aspecto de capital importancia en los proyectos en cuestión es la educación sanitaria. “Es un problema grande porque hay mucha gente que lava la ropa y defeca arriba en el río y abajo toma el agua”.
De ahí que, en forma paralela a la instalación de mecanismos de abastecimiento de agua se ejecutan también cursos en materia de higiene.
En preparación para una nueva vida
Integrantes de comunidades pobres -con mucha frecuencia mujeres- deben ocupar buena parte de su jornada, sino es que toda, en recorrer enormes distancias que separan sus hogares de las fuentes de agua.
El ritmo de vida de las poblaciones en las que se instalan tomas de agua se modifica de manera importante.
«Las mujeres ya no tienen que andar 10 kilómetros para ir a buscar el agua. Tienen mucho más tiempo para sí mismas, para los hijos y esto tiene una repercusión sobre la vida social del pueblo».
De ahí que la estrategia general de Helvetas incluya también la organización de actividades a desarrollar tras la instalación de las tomas de agua: instalación de huertas, de diversos cursos. «Porque la jornada cambia completamente y cuando se planea un proyecto hay que tener en cuenta todo esto».
Además, alerta Isabella Medicis, «es difícil hacer un discurso general porque cada país tiene reglas distintas, cada región de un país».
Por ello, concluye la especialista, que la adaptación de los proyectos debe hacerse con mucho respeto y lentamente, según la identidad cultural de cada comunidad, porque los cambios sobre todo, los cambios sociales, necesitan tiempo para ser asimilados.
swissinfo, Marcela Águila Rubín
Fundada en 1955, Helvetas es la primera organización suiza de cooperación con carácter privado. Se trata de una asociación neutra en materias política y confesional y que cuenta con el apoyo de la Confederación Helvética.
Unas 28 mil personas colaboran con Helvetas en calidad de miembros. En los proyectos en curso, en una veintena de países, participan unas 300 integrantes de las comunidades locales y medio centenar de suizos.
El trabajo de desarrollo de Helvetas concierne fundamentalmente los sectores de infraestructura en las zonas rurales, la gestión de los recursos naturales, la formación de la cultura y la promoción de la paz.
Actualmente Helvetas desarrolla más de 100 proyectos de cooperación en:
ASIA: Afganistán, Bután, Filipinas, Kirguizistán, Laos, Nepal, Sri Lanka y Vietnam.
ÁFRICA: Benin, Burkina Faso, Camerún, Etiopía, Malí, Mozambique, Lesoto, Senegal y Tanzania.
AMÉRICA LATINA: Colombia, República Dominicana, Guatemala, Haití y Paraguay.
Entre las muchas campañas de Helvetas para apoyar sus estrategias de ayuda se encuentran la venta de diversos objetos, incluido un disco grabado por niños de la calle de Maputo sobre la problemática del agua.
Además, la organización invita a todo el mundo a convertirse en miembro y a participar en sus actividades solidarias.

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