
Claude Lelouch: «El cine es mágico, filma el presente y lo convierte en eterno»
Biarritz (Francia), 25 sep (EFE).- El director francés Claude Lelouch, padrino de la nueva competición de cortometrajes filmados con smartphone del Festival de Biarritz América Latina, protagonizó este jueves una charla interactiva donde destacó la capacidad del cine para capturar el presente y hacerlo eterno.
El cineasta de 89 años, ganador de la Palma de Oro en Cannes en 1966 por ‘Un homme et une femme’ (‘Un hombre y una mujer’), repasó su trayectoria y defendió la importancia de vivir el presente y mantener la curiosidad como motor creativo.
«Todos estamos haciendo cine. Cada segundo es un guion. Tus ojos son la mejor cámara, tus oídos el mejor micrófono y tu memoria la sala de montaje», afirmó, invitando al público a observar la vida con atención y espontaneidad.
Para Lelouch, la música no solo acompaña a los personajes, sino que actúa como «lenguaje divino» y guía emocional en sus películas.
Recordó su trabajo con artistas como Johnny Hallyday, Gilbert Bécaud y especialmente Francis Lai y Michel Legrand, cuya música y sus imágenes «se enamoraban entre sí», convirtiéndose en un elemento esencial del relato cinematográfico.
El montaje, según Lelouch, es el corazón del cine: es donde se evalúa qué funciona, dónde nacen las emociones auténticas y se decide si una escena alcanzará su máximo potencial.
«Lo único que nos pertenece es el presente. El cine es mágico: filma el presente y lo convierte en eterno», reiteró, evocando a figuras icónicas como Louis de Funès, Jean-Paul Belmondo y Jean Gabin, quienes «siguen vivos gracias a la cámara».
El cineasta también se refirió a la libertad artística y al equilibrio en la industria cinematográfica.
Destacó que la «excepción cultural» protege a los directores europeos frente a la intervención excesiva de productores, aunque plataformas digitales e inteligencia artificial (IA) podrían modificar este equilibrio.
Resaltó el potencial creativo de la IA, que permite reducir costes y abrir nuevas posibilidades: «He podido realizar siete minutos de película con IA por 50.000 euros, cuando habría costado cien millones si lo hubiera rodado de manera tradicional».
Lelouch insistió en que su motor creativo sigue siendo el placer personal: «Si me hago feliz a mí mismo, si gusta al público, me alegro. Pero intentar complacer a todos es no agradar a nadie».
Como padrino del festival, Lelouch subrayó la importancia de iniciativas como la competición de cortometrajes con ‘smartphone’, que permite a jóvenes cineastas experimentar con nuevas formas de narración y mostrar cómo la creatividad puede expresarse con herramientas accesibles.
La jornada concluyó con aplausos del público, reafirmando que, según Lelouch, «la vida y el cine son un espectáculo extraordinario del que debemos disfrutar cada día». EFE
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