Claves de la incautación del buque con petróleo venezolano por parte de EEUU
Soldados que descienden a rapel desde helicópteros, un despliegue naval, sanciones, bombardeos en el Caribe y una crisis regional forman parte de la presión de Washington sobre Caracas, intensificada tras la incautación de un buque con petróleo venezolano.
Estados Unidos ordenó en agosto el despliegue de buques militares y aviones de combate como parte de una supuesta operación antidrogas en el Caribe, cuyo verdadero objetivo, según Caracas, es el derrocamiento de Nicolás Maduro. Ahora las maniobras perjudican la principal fuente de ingresos de Venezuela, con una economía ya deficiente.
Caracas vive desde hace años bajo un régimen de sanciones económicas, al que se sumó un embargo petrolero en 2019, que se recrudeció en 2025.
– Grandes reservas y baja producción –
El gobierno de Venezuela denunció el «robo descarado» del petrolero por parte de Estados Unidos, que para Caracas constituye una prueba de que «el objetivo siempre ha sido apoderarse del petróleo venezolano».
El país sudamericano cuenta con las mayores reservas del mundo, unos 303.221 millones de barriles, según la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), por encima de Arabia Saudita (267.200 millones) e Irán.
Años de mala gestión y corrupción han provocado una caída de producción de su pico de 3 millones de barriles/día (bd) a un mínimo histórico de 350.000 bd en 2020.
La producción subió a 930.000 bd en 2025, según la OPEP. Analistas coinciden en que será difícil crecer mucho más a corto plazo ya que la industria requiere grandes inversiones, imposibles bajo las sanciones actuales, incluso con la incorporación de actores chinos y rusos.
– «Buques fantasma» –
Caracas recurre a «buques fantasma», navíos que evaden el embargo con artimañas como usar banderas falsas, esconder su señal de radares y programar rutas ficticias. Pese a estas estrategias, la circulación de los barcos es visible y tolerada por Estados Unidos, afirman expertos.
El Skipper, el buque con falsa bandera guyanesa incautado el miércoles, fue sancionado por el Departamento del Tesoro estadounidense en 2022 por presuntos vínculos con la Guardia Revolucionaria iraní y Hezbolá, según el sitio especializado MarineTraffic. Irán es uno de los principales aliados de Venezuela.
Maduro afirmó que el barco estaba cargado con 1,9 millones de barriles, aunque MarineTraffic indicaba 1,1 millones.
Solo con esta operación, Caracas perdió entre 50 y 100 millones de dólares, según las diferentes estimaciones.
– Petróleo por criptomonedas –
Los compradores de crudo venezolano se exponen a sanciones estadounidenses y Venezuela se ve obligada a vender por debajo del precio de mercado, con descuentos de hasta el 20%.
Se estima que China compra el 80% de la producción venezolana a través de Malasia, que actúa como fachada.
En estas operaciones los pagos se efectúan en criptomonedas estables, principalmente USDT, para evadir las sanciones.
Chevron, que representa un 10% de la producción nacional, opera en Venezuela bajo una licencia especial que restringe regalías para el Estado, por lo que paga impuestos y otros conceptos con crudo.
Estas limitantes perjudican la economía venezolana que, sin divisas, ha tenido que recurrir a las criptomonedas. Para el cierre de 2025, estas transacciones representarán más del 80% del mercado cambiario, según economistas.
La escasez de divisas ha creado una brecha entre el dólar oficial y el paralelo en una economía en la que se teme por un repunte inflacionario.
– ¿Más decomisos? –
Con la incautación, Trump envía un «mensaje duro a Maduro, diciéndole ‘podemos seguir incautando barcos'», explica Elías Ferrer, de la firma Orinoco Research. El experto dice que falta ver si el decomiso del Skipper es un «farol» (engaño) o si continuarán las incautaciones.
Para Francisco Monaldi, economista del Baker Institute, si las incautaciones se generalizan «eso llevaría a la flota que opera en el mercado negro a temer acercarse a Venezuela, por perder sus naves. Aumentaría la prima de riesgo y, por tanto, los descuentos (…) que serían muy elevados. Algunos petroleros decidirían además no ir a Venezuela».
«El doble impacto de descuentos y menores volúmenes exportados podría entonces tener un efecto muy importante» en la vida económica, precisa.
«Si no hay exportaciones petroleras, eso va a afectar el mercado cambiario, las importaciones del país… Puede haber una crisis económica. No solo una recesión, sino también escasez de alimentos y medicamentos, porque no se puede importar», subraya Ferrer en referencia al momento más crítico de la crisis venezolana (2016-2018), con desabastecimiento generalizado.
«Y es ahí donde veremos hasta qué punto países como China, Irán y Rusia están dispuestos a asumir riesgos para sostener a Venezuela», añade.
El analista recuerda que Maduro ya sobrevivió «con una producción petrolera de 300.000 barriles y con una inflación de un millón por ciento».
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