Conchalí y Jara, un cuento de la periferia de Santiago que puede concluir en La Moneda
Sebastián Silva
Santiago de Chile, 10 dic (EFE).- En las estrechas calles de El Cortijo, un histórico barrio popular de la comuna de Conchalí, en el norte de la capital chilena, la candidata presidencial de la izquierda y el progresismo, Jeannette Jara (51), inició una trayectoria política inusual en un país donde los espacios de poder han estado dominados por las élites sociales y económicas.
Abogada y administradora pública, Jara representa un mundo social muy distinto al de su adversario, el ultraderechista José Antonio Kast, fundador del Partido Republicano, ferviente católico y heredero de una familia de migrantes alemanes, uno de cuyos miembros militó en el nazismo.
La exministra del Trabajo, militante comunista y carta única de una alianza progresista que se extiende hasta la Democracia Cristiana (DC), enfrentará una compleja segunda vuelta el 14 de diciembre, con el desafío de casi doblar el 26,8 % que obtuvo en primera vuelta ante un Kast que llega como líder de la oposición de derecha y ultraderecha, que acumuló más del 50 % de los votos entre sus tres candidatos.
El cortijo
Vecinas de El Cortijo, típico de la periferia santiaguina, recuerdan el paso de Jara por organizaciones sociales que la vieron crecer y estudiar sin romper el vínculo con el barrio, donde incluso disputó sin éxito la alcaldía en 2021.
«Siempre la he visto cercana, participando en organizaciones sociales por las que yo también he pasado siendo joven, y hasta ahora no se ha olvidado de nosotros», comentó a EFE Dominique Flores, de 28 años.
Destacó que Jara «conoce las necesidades de las poblaciones, y por lo mismo no le es ajeno hablar de seguridad», la principal preocupación ciudadana que ha monopolizado el debate presidencial.
«Conoce las carencias y no mira estos espacios desde un pedestal, como el otro candidato, que nunca ha sido de población (palabra que describe el barrio bajo en Chile) y tiene una visión de seguridad como antaño, más de sacar militares a la calle, cosas que no necesitamos», subrayó.
«Representa a la clase media»
Hija de una dueña de casa y de un mecánico, Jara ha destacado su origen de esfuerzo, marcado por los primeros años de su familia en una vivienda precaria sin alcantarillado tras el golpe civil-militar de 1973.
En estos barrios de fuerte organización comunitaria, relato que se aprecia en sus coloridos murales, la figura de Jara adquiere simbolismo: fue recibida por cientos de adherentes cuando votó en el Liceo A-33 Poeta Federico García Lorca, donde estudió en parte de su adolescencia.
«Es algo muy digno de destacar, porque se ve con claridad todo su proceso. Que tenga la posibilidad de ser presidenta, viniendo de este barrio, es algo histórico», dijo a EFE Raúl Peña, emprendedor de 53 años que tiene un almacén frente al establecimiento educacional.
Aunque votó por Franco Parisi en primera vuelta, el economista populista que obtuvo un sorpresivo tercer lugar con más de un 20 % de las preferencias, destacó que «su historia demuestra que las cosas se pueden lograr; tiene dos carreras y nos representa a la clase media y a los emprendedores».
Pero no todas las opiniones están definidas en El Cortijo ni en los sectores populares en general, donde especialmente el voto femenino sigue en disputa.
«Estas elecciones han sido complicadas porque ningún candidato ha logrado convencer a la mayoría», señaló a EFE Alejandra Arenas, vecina de 54 años que vota en Conchalí.
«Estoy en indecisión. Kast podría ayudarnos en seguridad, pero hay otros temas en los que nos dejaría de brazos cruzados. Si Jara nos da seguridad y no comunismo, yo podría decidirme», sentenció.
Barrio con identidad
La historia de El Cortijo y de las poblaciones de Conchalí es clave para comprender ese vínculo entre origen e identidad.
«Estas poblaciones forman parte de la expansión histórica de La Chimba, al norte del río Mapocho, que desde el siglo XIX acogió oficios populares, migraciones internas y organización comunitaria», explicó a EFE Andrea Ortega, académica de la Universidad Diego Portales.
«En el siglo XX se transformaron en barrios con una fuerte identidad social y cultural. Conchalí expresa la continuidad de esas tradiciones de organización y arraigo», comentó
Para algunos, Jara encarna la posibilidad de que una historia nacida en la periferia de Santiago, una ciudad marcada por la desigualdad, llegue a La Moneda, con El Cortijo, sus pasajes, vecinos y memoria, convertidos en uno de los símbolos más relevantes de esta campaña. EFE
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