
Constituyente chileno imputado por fingir cáncer rehúsa volver a convención
Santiago de Chile, 1 mar (EFE).- Rodrigo Rojas Vade, el constituyente chileno imputado por fingir un cáncer, aseguró este martes que recapacitó tras el aluvión de críticas recibidas y que de momento no retomará su escaño en el órgano encargado de redactar una nueva carta magna, del que lleva apartado desde septiembre.
En un vídeo publicado en sus redes sociales, el constituyente había anunciado la víspera que iba a retomar su trabajo en la convención y que lo hacía porque el Parlamento se estaba demorando demasiado en aprobar una ley que le permita renunciar formalmente.
«Me comprometí a renunciar formalmente cuando existiera un proyecto de ley que me lo permitiera. Sin embargo, hace meses que el proyecto de ley que resuelve esta situación duerme en el Congreso (…) Si no se me permite renunciar, estoy obligado a retomar mis funciones como convencional», dijo el lunes.
Su decisión de incorporarse a la convención provocó una lluvia de críticas entre constituyentes y parlamentarios de todo signo político, hasta el punto de que la mesa directiva de la convención constitucional le pidió que no lo hiciera.
«Mantendré en espera retomar mis funciones. Confiando en que las fuerzas políticas aprueben el proyecto de ley que permitirá que el distrito 13 vuelva a estar representado con cuatro escaños», aseguró este martes Rojas Vade.
Conocido popularmente como «Pelao Vade», saltó a la fama en las manifestaciones de 2019 por protestar con llamativos carteles contra los altos costos de los tratamientos de quimioterapia.
Tras un investigación periodística del diario local La Tercera, el constituyente reconoció el pasado 4 de septiembre que no padece cáncer, pese a haber basado en esa enfermedad su campaña para ser elegido integrante de la convención.
La propia convención fue la encargada de denunciar a Rojas Vade por presuntamente haber mentido en la declaración de intereses y patrimonio que se exige a los constituyentes, en la que afirmó tener una deuda de 27 millones de pesos (sobre 35.000 dólares) por el financiamiento de un tratamiento contra el cáncer.
Su confesión fue uno de los momentos más duros desde que la convención empezó a funcionar en julio del año pasado y el constituyente anunció dos semanas después una renuncia simbólica porque actualmente no existe un mecanismo para abandonar el órgano.
La convención, formada en gran parte por ciudadanos independientes y de tendencia progresista, comenzó en julio a redactar la nueva Constitución chilena, que sustituirá a la actual, vigente desde la dictadura militar y concebida como el origen de las graves desigualdades del país.
El proceso constituyente fue la solución política para amainar la crisis social en la que estaba sumida Chile a finales de 2019, la más grave en sus 31 años de democracia. EFE
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