 
Cuba se prepara para el paso del devastador huracán Melissa en medio de una gran crisis
La Habana, 28 oct (EFE).- Cuba se prepara este martes ante la llegada del poderoso huracán Melissa, uno de los mayores en el registro histórico, en uno de los peores momentos en décadas para la isla, que sufre una profunda crisis económica, energética y sanitaria.
El huracán, que viene de arrasar Jamaica con categoría 5 (de 5) en la escala Saffir-Simpson, está previsto que toque tierra en la madrugada del miércoles por el oriente, cerca de Santiago de Cuba, la segunda ciudad más poblada del país.
Llegará como de un categoría 3 o 4, según los pronósticos, desplazándose hacia el noreste, con vientos sostenidos de más de 200 kilómetros por hora, intensas lluvias que podrían dejar hasta 450 mililitros (litros por metro cuadrado) y marejadas ciclónicas con olas de hasta seis metros.
Los efectos se temen devastadores. Las autoridades cubanas han advertido del riesgo para la vida de Melissa por la probabilidad de que se produzcan inundaciones súbitas, penetraciones del mar en zonas bajas costeras, derrumbes e, incluso, roturas de presas.
En las seis provincias en alarma ciclónica (Granma, Santiago de Cuba, Guantánamo, Holguín, Las Tunas y Camagüey) se ha evacuado o asegurado las condiciones de cerca de 650.000 personas, la mayoría en casas de familiares y amigos, aunque algunos también en refugios. Suponen cerca del 7 % de la población total.
Además, en toda la región oriental se ha paralizado el transporte público terrestre, marítimo y aéreo; se ha suspendido la actividad docente; y se han asegurado infraestructuras estatales y cultivos.
Dos de las siete centrales termoeléctricas del país, la columna vertebral del Sistema Eléctrico Nacional (SEN), se han detenido ya por seguridad, al encontrarse en el camino de Melissa y el temor de que sufran desperfectos. Hay que tener en cuenta que son infraestructuras obsoletas y con un déficit crónico de inversiones.
El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, en un comunicado a la población, avanzó que va a ser uno de los mayores huracanes que azota el país y que la devastación será extensa. «Habrá mucho que trabajar. Sabemos que van a ser muchos los daños que va a ocasionar este ciclón», señaló.
Además, Díaz-Canel llamó a la «responsabilidad» y a la precaución a sus conciudadanos y pidió cumplir con las recomendaciones de las autoridades para no tener que lamentar «la pérdida de vidas humanas».
Crisis
Melissa va a impactar Cuba en su peor crisis económica en décadas, tras más de cinco años de contracción económica, elevada inflación, escasez de básicos (alimentos, combustible y medicinas), fuerte pérdida de poder adquisitivo de empleados estatales y pensionistas, dolarización creciente, derrumbe del peso en el mercado informal y migración masiva.
A esto se ha de añadir la crisis energética. Las frecuentes averías de sus obsoletas centrales termoeléctricas y la falta de divisas para importar combustible están provocando desde hace meses apagones de más de 20 horas al día en extensas zonas del país.
Se da por supuesto que este huracán dañará el Sistema Eléctrico Nacional (SEN) y se teme que, como sucedió con el paso de Ian (2022) y Rafael (2024), se produzca un apagón nacional del que la isla tarde varios días en recuperarse.
Por último, la isla se encuentra sumida cada vez de forma más evidente en una crisis sanitaria, ante el descontrolado repunte de los casos de dengue, oropouche y chikunguña, todas enfermedades transmitidas por mosquitos, que están desbordando las capacidades hospitalarias en algunas regiones.
El Ministerio de Salud Pública, que evita la palabra epidemia, reconoció recientemente más de 13.000 casos de fiebres sospechosas de dengue, oropouche o chikunguña en apenas una semana. Un 1 por mil de la población cubana en siete días.
Los expertos apuntan que la propagación de estas enfermedades está ligada, entre otros factores, a la falta de fumigación, la acumulación de basura en las calles y el deterioro de la atención primaria, tres elementos ligados a la crisis económica.
El último huracán categoría 5 que azotó Cuba fue Irma en 2017, que dejó 10 muertos y daños por unos 13.000 millones de dólares (11.147 millones de euros). El más reciente ciclón que afectó a Santiago de Cuba fue Sandy, en 2012, que provó 11 fallecidos y severos desperfectos en la ciudad.
Los meteorólogos cubanos advirtieron que la actual temporada de ciclones en el Atlántico, vigente del 1 de junio al 30 de noviembre, sería «muy activa», con hasta ocho huracanes.
En la temporada ciclónica previa dos huracanes golpearon directamente la isla. El primero fue Óscar, que en octubre impactó con categoría 1 el oriente del país, y luego un mes más tarde Rafael, con categoría 3, castigó el occidente cubano. EFE
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