¿Qué rol juega el dinero en la política suiza?
Un análisis comparativo de datos demuestra por primera vez que Suiza se sitúa en el promedio europeo con sus nuevas normas de transparencia que regulan las donaciones a los partidos políticos. Sin embargo, la autoridad de control advierte que las reglas no permiten establecer una visión de conjunto sobre los ingresos de los partidos suizos.
Desde 2023, Suiza aplica normas de transparencia en el ámbito de la política nacional, algo que previamente no existía, por lo que se desconocía quién financiaba a los partidos políticos. Ahora se conocen los nombres de las personas y las corporaciones donantes en dos tercios de las aportaciones a las campañas de votación y en la mitad de las donaciones a los partidos.
¿Cómo se posiciona Suiza en el contexto europeo? Los datos del portal neerlandés Follow the MoneyEnlace externo (FTM) permiten un análisis comparativo. En 2024, FTM llevó a cabo un estudioEnlace externo en toda la Unión Europea (UE) para averiguar cómo se financian los partidos y de dónde provenían sus fondos.
Suiza ocupa una posición intermedia en Europa
En un estudio comparativo sobre la transparencia de la financiación de partidos, que incluye 23 Estados miembros de la UE, Suiza se clasifica en la 13ª posición en votaciones y elecciones y en el puesto undécimo en donaciones a partidos nacionales. Los datos de la UE proceden de los informes anuales de los partidos y de los registros nacionalesEnlace externo.
Las reglas de publicación varían entre los distintos países.
«Suiza ocupa una sólida posición intermedia», opina Toine Paulissen. El politólogo de la Universidad de Lovaina se dedica a investigar la financiación de campañas de referéndum en Europa, por ejemplo, en Irlanda, Reino Unido o Moldavia. Para él son especialmente interesantes para el análisis las votaciones populares porque, en este tipo de comicios, los partidos lo tienen más difícil para sacar un rédito político inmediato en comparación con las elecciones.
«Grandes desembolsos para una campaña de votación revelan las prioridades que uno tiene», porque las «promesas electorales no cuestan nada, mientras que las campañas de votación son caras», explica Paulissen.
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No obstante, el politólogo critica que los elevados márgenes debilitan las reglas suizas de transparencia, puesto que las contribuciones inferiores a 15.000 francos están exentas de la obligación de publicidad, con lo cual muchos donantes pueden ampararse en el anonimato. Y las campañas con presupuestos por debajo de los 50.000 francos no están sujetas al deber de publicación. Por esta razón, dice Paulissen, hay mucho dinero que no tiene que declararse, por lo que se desconocen las verdaderas correlaciones de fuerzas.
Según un estudio de la UEEnlace externo, el promedio del valor límite permitido en la UE para no estar sujeto a la obligación de declarar las donaciones se sitúa en 2.400 euros (2.242 francos), es decir, seis veces menos que el umbral vigente en Suiza. En su último informeEnlace externo, también el Grupo de Estados contra la Corrupción (GRECO) –la organización anticorrupción del Consejo de Europa– exige de Suiza que reduzca el límite de los 15.000 francos.
Por otro lado, la República Checa destaca como ejemplo positivo de transparencia en las campañas, puesto que allí se tienen que pagar todos los gastos de campaña desde cuentas bancarias especiales, cuyas transacciones se pueden consultar públicamenteEnlace externo.
La transparencia también tiene otro propósito, según Paulissen: «Debe fortalecer la confianza en el sistema político». De acuerdo a un estudio reciente de GFS realizado por encargo de la Sociedad Suiza de Radiodifusión (SSR), hay mucha gente en Suiza que comparte este punto de vista: según esta encuesta, el 80% de la población suiza tiene la impresión que los grupos de interés influyen demasiado en la política y que el dinero tiene una influencia política desmesurada.
Suiza fue el último Estado miembro del Consejo de Europa en introducir reglas de transparencia en la financiación políticaEnlace externo en otoño de 2023. Las normas son vinculantes tanto para las campañas de elecciones y votaciones nacionales como para los partidos políticos del parlamento nacional. Todas las campañas que superan la cifra de 50.000 francos en gastos tienen que declarar sus ingresos globales y todas las aportaciones superiores a 15.000 francos. También los partidos con representación en el Parlamento federal tienen que declarar sus ingresos y revelar los nombres de sus principales donantes. Todos los datos se transmiten al organismo de control financiero, que se encarga de publicarlos. Actualmente, la Oficina Federal de Justicia está examinando si la normativa está funcionando correctamente.
¿Quiénes son los principales donantes en la política suiza?
En Suiza, todo el mundo puede donar y aportar la cantidad que desea. La ley sólo prohíbe dos tipos de aportaciones: las donaciones anónimas y los fondos provenientes del extranjero. Esta regla se corresponde con la práctica habitual en la UE. En tres de cada cuatro países de la UE están prohibidas las donaciones anónimas, al igual que las aportaciones del extranjero. Sólo Bélgica, Dinamarca, Países Bajos, Suecia y Alemania (hasta un límite de mil euros, 933.98 francos) permiten donativos del extranjero.
En Suiza, sólo el 10% de las donaciones a partidos y sólo el 2% del total de aportaciones a campañas electorales procedían en 2024 de particulares. El resto de los fondos vino de empresas, asociaciones profesionales, sindicatos y organizaciones no gubernamentales. En este sentido, la política suiza se sustenta, principalmente, a través de dinero proveniente de organizaciones con intereses económicos o, como mínimo, ideológicos. Recientemente, se interpuso una denuncia por una donación de la empresa de telecomunicaciones Swisscom, que mayoritariamente pertenece al Estado suizo.
El año pasado, la asociación de empresas de ingeniería civil InfraSuisse donó cerca de 140.000 francos para una campaña a favor de la ampliación de la red de autopistas, y la compañía pública de electricidad Axpo –una sociedad anónima en manos de los cantones suizos– apoyó con un cuarto millón de francos una campaña para impulsar las energías renovables.
En las campañas electorales de 2024 se declaró un total de 31 millones de francos en donativos. La mitad de estos fondos provenía de asociaciones comerciales. También aportaron millones de francos las ONG medioambientales, los propietarios inmobiliarios, las asociaciones de médicos y los sindicatos.
En la UE, la mayoría de las donaciones son desembolsadas por particulares. En Suiza, en cambio, las organizaciones juegan un papel más determinante en la financiación de la política, lo cual denota una diferencia significativa, incluso si se tienen en cuenta las discrepancias que existen entre los países con respecto al registro y a la categorización de las aportaciones.
Para el politólogo Fernando Casal Bértoa de la Universidad de Nottingham, el predominio de las organizaciones en la financiación política de Suiza es un síntoma para la falta de vigor de la normativa helvética, que no conoce ningún valor tope para las donaciones. Se trata de una situación problemática, especialmente en el caso de los donativos provenientes de organizaciones jurídicas, sobre todo de empresas. «Por definición, las empresas no persiguen un interés público», por lo que sociedades adjudicatarias de contratos públicos pueden entrar en un conflicto de intereses, explica el politólogo Casal Bértoa.
Para que la transparencia fortalezca la confianza en la política, hay que poner freno a la influencia del dinero e impedir una «carrera financiera», opina el politólogo. «Quien permite gastos ilimitados, genera ingresos ilimitados. La cuestión es la procedencia de ese capital».
A diferencia de la situación actual en Suiza, el Consejo de Europa recomienda prohibir cualquier donativo de empresas, señala Casal Bértoa. Según un estudio de la UE de 2021, sólo en cinco países se permiten donaciones de empresas controladas por el Estado, por lo que las aportaciones de la empresa energética suiza Axpo serían ilegales en muchos países. La mitad de los Estados miembros de la UE prohíbe donaciones de empresas con grandes contratos estatales, por ejemplo, compañías automovilísticas.
Y en 13 Estados de la UE, las donaciones de personas jurídicas están prohibidas en su integridad.
Los partidos políticos suizos necesitan las donaciones
La falta de limitación de las donaciones en Suiza es para Wouter Wolfs un problema también por otro motivo: «Los argumentos tienen que ser decisivos, no los presupuestos publicitarios», dice el politólogo que investiga la financiación de los partidos en la Universidad de Lovaina. Hay que impedir que la opinión pública tenga la impresión de que la influencia política se puede comprar, lo cual sería problemático, sobre todo si se tiene en cuenta que en Suiza no existe una financiación estatal de los partidos, puntualiza Wolfs.
Legalmente, los partidos suizos son asociaciones privadas que no reciben subvenciones del Estado. Únicamente los grupos parlamentarios reciben dinero para sufragar los gastos administrativos de sus oficinas. En 2024, estas aportaciones públicas se elevaron a un total de 7,4 millones de francos. Si se suman estos subsidios a los grupos parlamentarios con los ingresos publicados de los partidos, la financiación estatal se situaría en torno al 25%. Este porcentaje se queda claramente por debajo del promedio de la UE.
Para Wolfs es aquí donde habría que intervenir, pues la transparencia sólo crea confianza si todas las partes involucradas disponen de recursos similares. Por eso es importante una financiación pública razonable, afirma. «Los partidos no deben convertirse ni en títeres del Estado ni en juguetes de patrocinadores poderosos». En opinión de Wolfs es necesario mantener un equilibrio entre financiación estatal y donaciones privadas para los partidos.
Los datos de la comparación europea revelan que la proporción de la financiación pública de los partidos sólo es más baja en Malta. En el promedio de la UE, más de la mitad de los presupuestos de los partidos se financia con fondos estatales. En Irlanda, por ejemplo, los partidos políticos dependen casi por completo del dinero de los contribuyentes.
La autoridad de control no se fía de los datos
A finales de agosto de 2025, el Control Federal de las Finanzas de la Confederación publicó por segunda vez las cifras relativas a los ingresos de los partidos nacionales: en 2024, las formaciones políticas recaudaron un total de 22,4 millones de francos. Pero, al mismo tiempo, la autoridad de control advirtió que los datos no permiten establecer una «visión de conjunto sobre la financiación política», una conclusión bastante decepcionante si se tiene en cuenta que emana precisamente del organismo encargado de supervisar las donaciones a los partidos.
Con la colaboración de Jennifer Steiner y Luca Obertüfer.
Editado por Benjamin von Wyl. Adaptado del alemán por Antonio Suárez Varela. Revisado por Carla Wolff.
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La investigación se realizó en el marco del Prix Média Newcomer.
En la plataforma del colectivo de investigación WAVEnlace externo, puede consultar y comparar los datos publicados por las autoridades suizas.
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