Donghua Li lamenta la politización de los JJ OO
El llamado al boicot de los Juegos Olímpicos de Pekín podría tener consecuencias nefastas para los tibetanos: la opinión pública china podría considerarlos responsables de una anulación.
Es la opinión del gimanasta suizo y antiguo campeón olímpico, Donghua Li.
“Los Juegos Olímpicos deberían ser un vector de paz y de comunión entre los pueblos”, señala a swissinfo el ganador suizo de la medalla de oro en caballo con arcos, en 1996.
Sin embargo, en la actualidad prevalece una situación inversa: “algunas fuerzas políticas explotan los Juegos para sus propios fines. Lo lamento mucho”. Según Donghua Li, es erróneo mezclar la política y el deporte porque los problemas políticos perjudican el deporte y a los deportistas.
Empero, el gimnasta suizo de origen chino, afincado desde 1989 en la Suiza central, manifiesta su entusiasmo por la celebración los próximos Juegos. Y está convencido de que la mayoría de los deportistas comparten su sentimiento.
¿Pekín, una elección política?
La comunión entre los pueblos es, en efecto, un bello principio, pero representa sólo un lado de la medalla olímpica. El revés es la realidad china y sus problemas, bien conocidos, en materia de derechos humanos.
Cuando en julio de 2001 el Comité Olímpico Internacional (COI) eligió a Pekín como ciudad anfitriona de los Juegos Olímpicos 2008, la intención era también política: mejorar la integración de China a la comunidad internacional. Por su parte, el Partido Comunista chino había dado a entender que la situación de los derechos humanos iba a mejorar, merced a la celebración de la justa.
A principios de 2007, el COI recordó el carácter ante todo deportivo de los Juegos, al retirar sus exigencias de un respeto íntegro de los derechos humanos durante la competición. Diversas organizaciones de defensa de los derechos humanos, como Human Rights Watch y Amnistía International denunciaron entonces la actitud laxista del COI con respecto al gobierno chino.
La esperanza de una apertura
¿Hay que exigir la anulación de la competición? “La anulación o el traslado de los Juegos a otro lugar no va a contribuir en nada a la resolución de los problemas políticos en China”, destaca Donghua Li.
Muy al contrario: mientras los Juegos sean mantenidos en Pekín, la atención de la opinión internacional apuntará a China.
Y para los chinos, la realización de los Juegos en su país significará, ante todo, la posibilidad de mantenerse en contacto con el mundo entero. Precisamente, con esta esperanza de apertura, Donghua Li aprobó la elección de Pekín.
Ciudadano de adopción de Lucerna, el gimnasta considera también que un boicot sería poco provechoso. “Esto perjudicaría a los atletas, porque ellos no tienen nada que ver con el conflicto político en cuestión”.
Un conflicto centenario
Donghua Li, quien reconoce sentirse tan suizo como chino, se niega a emitir un juicio sobre el conflicto sino-tibetano. Vivió más de veinte años en la República Popular de China y estuvo confrontado con el problema del Tíbet desde los primeros años de su escolaridad.
Más tarde, tuvo la oportunidad de visitar el Tíbet y de advertir la complejidad de su realidad política y social. “Este conflicto es más que centenario, argumenta el gimnasta. Hoy, la inmensa mayoría de los chinos crecieron en la convicción de que el Tíbet forma parte integrante de China”.
Una visión de las cosas que podría revelarse particularmente perjudicial para los tibetanos en caso de anulación de los Juegos. En efecto, arguye Donghua Li, la opinión pública china podría entonces considerar a la comunidad tibetana responsable de ese fracaso.
swissinfo, Alexander Künzle
(Traducción: Marcela Águila Rubín)
Donghua Li nace en 1967 en Chengdu, China Popular.
En 1989 llega a Suiza en compañía de su mujer, de nacionalidad helvética. Cinco años más tarde, obtiene el pasaporte suizo.
En 1996, participa bajo los colores de Suiza en los Juegos Olímpicos de Atlanta. Obtiene la medalla de oro en caballo con arcos.
En la misma disciplina, Donghua Li fue campeón chino en 1987, campeón suizo en 1994, campeón del mundo en 1995 y campeón europeo y olímpico en 1996.
En el Tíbet, las manifestaciones contra el régimen chino comenzaron de manera pacífica el pasado10 de marzo.
Poco después se volvieron violentas y han sido reprimidas duramente por la policía china.
El balance oficial de los enfrentamientos según Pekín es de 19 muertos. El gobierno tibetano en el exilio habla de un centenar de muertos.
La comunidad internacional exhortó a China a la moderación. Por su parte, Pekín acusó a los tibetanos de pretender “convertir a los Juegos Olímpicos en rehenes”. China acusa además a la “camarilla del Dalai-Lama” de preparar acciones terroristas.
Por su parte, el líder espiritual de los budistas tibetanos, exiliado en la India desde hace 49 años, denunció enérgicamente la represión china. Laureado en 1989 con el Premio Nobel de la Paz, el Dalai Lama es favorable a una autonomía más que a una independencia del Tíbet.
El Dalai Lama no llamó al boicoteo de los JJ OO de Pekín.
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