Westside Berna, o el consumo según Libeskind
El centro comercial y de diversiones Westside abre sus puertas el 8 de octubre en el barrio occidental de Brünnen, a las puertas de la capital federal.
Los trabajos avanzan a una cadencia acelerada. El ambicioso proyecto de la estrella estadounidense de la arquitectura, Daniel Libeskind, es considerado cultural, ante todo.
Un total de 1.800 obreros, artesanos, arquitectos e ingenieros están aún en pie de guerra. Hay polvo y desechos por todas partes y se advierte un fuerte olor a chocolate, procedente de la cercana fábrica de Tobler.
En todas las esquinas hay materiales amontonados y los suelos están cubiertos de herramientas y de cables. Hay un ir y venir de gentes que entregan y desembalan paquetes. El vestíbulo del hotel está lleno de asientos envueltos en plástico para el gran día de la inauguración.
Agentes de Securitas protegen la obra privada más grande de Suiza. Los comerciantes esperan con impaciencia poder acondicionar sus establecimientos. Los logotipos de una cincuentena de tiendas y servicios han sido colocados. Se prevé una mezcla de lenguas que hace pensar en la construcción de la torre de Babel. La febrilidad es perceptible. Parece que no hay control alguno.
“Ningún problema, tenemos la maestría necesaria”, asegura Rudolf Kaufmann, un guía del lugar que, como tal, se orienta sin problema en este laberinto inmenso que conoce como su bolsillo. Ha conducido por el Westside a centenares de visitantes, incluidos estudiantes de Arquitectura chinos e indios.
Un mercado moderno
Según Daniel Libeskind, el gran artífice de esta obra de 500 millones, Westside es más que un paraíso de las compras. “Es un lugar vivo del siglo XXI. Una ciudad. Aquí podremos hacer las compras, divertirnos, vivir y pasarlo bien de manera inédita”.
Además del centro comercial, hay un cine multisalas, una inmensa piscina con gimnasio, un hotel con salones de actos, así como una residencia con 95 apartamentos y 20 habitaciones dotadas de infraestructura médica para personas mayores. Las zonas comerciales, los restaurantes, las salas de cine y la piscina están unidos por escaleras eléctricas. Los consumidores pueden depositar sus compras en frigoríficos cerrados mientras dan un paseo.
El edificio se caracteriza por líneas en zigzag, muros y paredes al sesgo, así como formas cristalinas. “La luz del día pasa a través de cristales inmensos para llegar hasta el 2º sótano”, explica Rudolf Kaufmann. “Yo redescubro cada día este modo de dirigir la luz, este juego de sombras y de luz”.
Un ambicioso proyecto
La transposición del proyecto de Libeskind, que es de hecho su primer centro comercial, requirió un duro trabajo de los ingenieros, explica Rudolf Kaufmann. Así, para limitar la presión sobre las paredes al sesgo, hubo que utilizar un material mucho más caro que el vidrio acostumbrado.
Así como explica su guía a swissinfo en medio de un jaleo ensordecedor, hizo falta más metal para la estructura de acero complejo de Westside que para construir la torre Eiffel de París: “11.000 toneladas, ¿se imagina?”
Construido casi sobre el túnel de la carretera, el complejo domina la autopista A1, a unos 5 kilómetros del centro de la ciudad. Con los transportes públicos, está a sólo unos minutos de la estación de Berna. La fachada, cubierta de madera de robinia de Europa del Este, crea una suave transición entre la naturaleza circundante. Libeskind tuvo el cuidado de respetar el paisaje.
¡Vengan los francófonos!
Brünnen es el primer centro comercial de estas dimensiones en alinearse al estándar Minergie. Una técnica sofisticada permite limitar al máximo los gastos de calefacción. Cerca de la mitad de la energía necesaria es producida por un sistema de madera neutro en CO2 y 15% solamente con fuel.
El centro pretende convertirse en una puerta de la ciudad de Berna, pero también de la Suiza francófona. Las calles y las plazas llevan nombres de personalidades de esa región helvética.
Así, hay una calle Ramuz, un camino Tinguely, una plaza Le-Corbusier. Y la plaza central fue bautizada con el nombre de Gilberte-de-Courgenay, como recuerdo a la joven del cantón del Jura que reconfortó a los soldados de la Primera Guerra Mundial.
Además del Centro Paul Klee, de Renzo Piano al este, la ciudad de Berna, inscrita en el Patrimonio Mundial de la UNESCO, se ofrece con Westside un segundo emblema de modernidad que debería atraer a consumidores más allá de las fronteras cantonales. Los responsables estiman 10.000 personas por día. Ese es el verdadero desafío.
swissinfo, Gaby Ochsenbein
(Traducción: Marcela Águila Rubín)
Promotor: Neue Brünnen SA.
Costo: 500 millones de francos.
Superficie: 141.500 m2.
Compras: cerca de 60 comercios y tiendas.
Gastronomía: 10 bares y restaurantes.
Cine: 11 salas que totalizan 2400 plazas.
Hotel: 144 habitaciones, 11 salas de seminarios
Centro termal: 18 estanques, sauna, fitness y wellness.
Residencia para personas mayores: 95 apartamentos, 20 habitaciones dotadas de infraestructura médica.
Aparcamiento: 1275 plazas.
Número de visitantes esperados por año: 3,5 millones.
Sitios de trabajo: aproximadamente 800.
1967: un primer proyecto de zona de vivienda para 150.000 personas al oeste de Berna es suspendido debido a la crisis del petróleo de los años 1970.
1978: Un nuevo proyecto es rechazado en votación popular.
1999: Los ciudadanos berneses aceptan la reconstrucción de Brünnen.
2000: El proyecto ‘Nexus’, de Daniel Libeskind, es aceptado.
2006: Colocación de la primera piedra del centro comercial y de diversiones.
2008: Inauguración de Westside en octubre.
Hasta 2018, unos 800 apartamentos deben ser construidos.
Nació en 1946 en Lodz, Polonia. Vivió en Israel, luego en Nueva York. Es ciudadano estadounidense desde 1965.
Estudió música en Israel y en Nueva York, luego arquitectura. Tienes oficinas en Nueva York y Zúrich.
Construyó sobre todo museos, como el Museo Judío de Berlín o el Museo de la Guerra de Manchester.
El Westside de Berna es su primer centro comercial y su primera realización en Suiza.
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