Del aislamiento a la Casa Blanca: el primer año de la nueva Siria
Damasco, 5 dic (EFE).- Siria cumple este lunes un año desde el derrocamiento del régimen de Bachar al Asad en el que la nueva Administración siria bajo la presidencia de Ahmed al Sharaa ha conseguido el levantamiento de gran parte de las sanciones que pesaban sobre el país tras ganarse la confianza internacional, mientras trata de contener estallidos de violencia sectaria.
Estas son algunas claves sobre la evolución del país bajo las nuevas autoridades a lo largo de este año:
Regreso al tablero internacional
La visita de Al Sharaa a la Casa Blanca el pasado mes de noviembre, la primera en la historia de un jefe de Estado sirio a Washington, consolidó el regreso de Siria a la arena internacional una semana después de que el Consejo de Seguridad de la ONU levantara las sanciones al presidente sirio.
Ese hito diplomático llegó tras un año de extensos contactos y viajes internacionales de Al Shaara y sus ministros, que visitaron los países del golfo Pérsico en los primeros meses del año para lograr que Arabia Saudí y Catar saldarán la deuda siria de 15,5 millones con el Banco Mundial en mayo.
La Unión Europea (UE) anunció en enero la reapertura de su delegación en Damasco, condicionada a reformas en derechos de mujeres y minorías, y en marzo celebró una conferencia internacional de donantes, que recaudó 5.800 millones de euros para la reconstrucción del país.
Al Sharaa viajó también a Moscú en octubre para mantener una relación pragmática con quienes fueran los principales valedores del anterior régimen, dónde se reconocieron «errores pasados» y se exigió la extradición de Al Asad (exiliado en Rusia) y reparaciones económicas, pero en la que se mantuvieron las bases rusas en Hmeimim y Tartús.
Turquía, el primer país en reabrir su embajada en Siria tras la caída de Al Asad y que restableció relaciones el 14 de diciembre de 2024, se mantiene como el gran aliado estratégico del nuevo Gobierno, como lo fue cuando eran la oposición a Al Asad desde su reducto en Idlib (noroeste).
Reconstrucción institucional
En marzo pasado se formó un Gobierno de transición con 23 ministerios, que adelgazaba la estructura del anterior régimen al fusionar carteras, y que supuso el primer paso hacia la reconstrucción institucional.
En febrero se estableció un comité de notables para abordar los planes para una nueva constitución y establecer las líneas generales que debería llevar el gobierno hasta que se complete la transición.
En octubre, se eligió el primer Parlamento sin Al Asad, con 210 miembros de los que un tercio fue designado directamente por el presidente interino y el resto por asambleas locales de notables, en un proceso sin participación popular directa.
Las autoridades parecen cada vez más firmes y mantienen sus planes para unas elecciones generales en un plazo de al menos cinco años mientras se redacta una constitución definitiva.
Israel y kurdosirios
Israel, que en las primeras semanas tras la caída del régimen bombardeó intensamente bases militares para evitar que el armamento de Al Asad quedar en manos del nuevo gobierno y que ha ocupado territorio sirio, ha oscilado entre la confrontación y los contactos diplomáticos.
En julio, Israel bombardeó Al Sueida, en el sur de Siria, alegando defender la minoría drusa tras enfrentamientos con clanes beduinos, que dejaron más de mil muertos.
EE.UU. medió un acuerdo de cese al fuego aceptado por vecinos como Turquía, pero Israel aprovechó su acción para mantener sus tropas en la zona desmilitarizada de los Altos del Golán y la ocupación de este territorio sirio.
Donald Trump ha pedido a Israel que no interfiriera en Siria y ha instado a un diálogo «sólido» para evitar interferencias en la «prosperidad» siria.
Respecto al Kurdistán sirio, el año ha visto esfuerzos de integración con tensiones latentes y enfrentamientos puntuales.
Desde octubre hay un alto el fuego entre las partes, mientras el gobierno sirio trata con EE.UU como abordar las formas de «preservar la integridad territorial» y recuperar los acuerdos con las Fuerzas de Siria Democrática (FSD, grupo liderado por los kurdos) para buscar una solución a las autoproclamadas zonas autónomas del noreste del país árabe tras la caída de Al Asad.
Las mujeres ante el cambio
El presidente sirio garantizó en diciembre de 2025 que Siria «no será como Afganistán» y que las mujeres tendrán pleno acceso a la educación, recordando que en Idlib, bajo su control previo, al menos el 60 % de las universitarias eran mujeres, en un compromiso reiterado por la ONU para que la transición respete «totalmente» los derechos de mujeres y niñas.
En el Gobierno de transición formado en marzo, una mujer cristiana asumió la cartera de Asuntos Sociales, que representa una minoría en un gabinete también con representación simbólica de minorías religiosas.
En las elecciones parlamentarias de octubre las candidatas alcanzaron el 14 %, un avance en la inclusión femenina pese a las críticas por la falta de paridad. EFE
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