Directora del injuve aboga por «acabar con la cultura de la precariedad juvenil» en España
Victoria Calvo
Madrid, 7 dic (EFE).- Migrante ecuatoriana, Margarita Guerrero es la actual directora general del Instituto de la Juventud de España (Injuve), un organismo público desde el que aboga por «acabar con la cultura de la precariedad juvenil» en el país porque considera que «hay una deuda pendiente con los jóvenes”.
Guerrero (Loja, 1993), llegó a España cuando tenía 10 años con su hermano menor para reencontrarse con su madre en la región de Murcia (este) y muy pronto se adentró en el panorama político español sin desvincularse de sus orígenes ecuatorianos y apostando por la juventud.
Una “generación inquilina”
En una entrevista con EFE, Guerrero destaca dos elementos que afectan a la población joven: “un envejecimiento generalizado” y “la relación crítica de la sociedad con la juventud”.
Uno de los grandes retos que afecta a los jóvenes hoy en día es el acceso a la vivienda, con una generación ya apodada “generación inquilina”.
“Hay una gran brecha entre las generaciones que están pudiendo acceder a la vivienda en forma de propiedad y aquellas personas jóvenes que solo lo pueden hacer en régimen de alquiler”, cuenta Guerrero, crítica sobre el problema que más afecta a la juventud.
En el marco de la estrategia de Juventud 2030 del Gobierno de España, la directora del Injuve aboga por que “la vivienda sea un derecho protegido y garantizado”, pero confirma que todavía están lejos de ese objetivo.
La cultura de la precariedad juvenil
“El gran reto de nuestro país sigue siendo acabar con la cultura de la precariedad juvenil” afirma Guerrero, quien hace referencia a iniciativas como “el estatuto del becario” para mejorar las condiciones en la entrada al mundo laboral.
A pesar de los avances como la cotización de las prácticas formativas desde 2024, “todavía nos queda mucho”, explica Guerrero, que también entiende la “gran frustración en las generaciones (jóvenes), que son las mejor formadas de la historia en un mercado productivo que es incapaz de absorber”.
“La economía de España es líder en Europa en crecimiento en términos macroeconómicos, pero tenemos que asegurar que ese crecimiento llegue al día a día de la gente”, apunta.
Frente a la fuga de conocimiento que existe en España, la directora del Injuve apuesta por un “compromiso decidido de todas las administraciones”, ya que “hay una gran cantidad de talento joven que solo necesita oportunidades” para seguir llevando su vida en el país.
Guerrero promueve el papel de los jóvenes, que “siempre han sido un motor de transformación para las sociedades” y que ve interrumpido por una visión adultocéntrica de la sociedad.
“La sociedad no está siendo capaz de garantizarles un mínimo para que puedan construir sus proyectos vitales, entonces nosotros apostamos por esto, por una participación real de las personas jóvenes”, argumenta.
Migrante con carrera política
Margarita Guerrero llegó a Cartagena (Murcia) el 31 de julio de 2003, una ciudad totalmente diferente del medio rural donde se había criado. Era el último día en el que se podía entrar en España sin visado viniendo de Ecuador.
La llegada al colegio estuvo marcada por comentarios que, “con el tiempo y tras un largo proceso, sé que eso que vivía era racismo”, cuenta Guerrero sobre sus primeros años de adaptación en España.
Con su paso por la Universidad de Murcia, donde estudió Ciencia y Tecnología de Alimentos, empezaron a darse las movilizaciones de la Marea Verde por la reducción de presupuestos en el ámbito educativo y eso la inició en el activismo político.
Su politización se incrementó por lo que estaba ocurriendo en Ecuador con el entonces presidente Rafael Correa, que en aquel momento lideraba una transformación del país. “Digamos que mi militancia siempre ha sido dual, entre España y Ecuador”, afirma.
Concejala en el Ayuntamiento de Murcia de 2015 a 2019, fue la más joven de la historia democrática de la ciudad y la primera de origen migrante.
Jóvenes migrantes
Las segundas generaciones de migrantes, a pesar de contar con DNI español, siguen sufriendo formas de discriminación, según Guerrero.
Por ello, pone el foco en la necesidad del desarrollo de políticas de integración efectivas como la “convivencia intercultural”, ya que, pese a que los barrios de España son interculturales, “no hay políticas activas que promuevan el encuentro”.
“Nadie emigra porque quiere, sino por necesidad”, afirma Guerrero. Llegan a España en busca de nuevas oportunidades, pero “de pronto su experiencia no cuenta, sus estudios no cuentan”.
Dificultades que vienen de “un proceso de homologación (de títulos) muy tardío e incluso una regularización muy burocrática”, denuncia. EFE
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