
Dos ONG denuncian que una presa política iraní ha muerto por negligencia médica en prisión
Berlín, 25 sep (EFE).- Dos ONG opositoras iraníes denunciaron este jueves que Somayeh Rashidi, una presa política iraní de 42 años, ha muerto debido al trato negligente recibido en la prisión de Qarchak, en la provincia de Teherán.
La ONG Hengaw, con sede en Oslo, escribió en un comunicado que la mujer quedó en coma debido a una enfermedad y a la falta de tratamiento médico cuando se hallaba en prisión y murió posteriormente en el hospital en la madrugada de este jueves.
En lugar de proporcionarle un tratamiento adecuado, los médicos de la cárcel solo le proporcionaron sedativos y medicación psiquiátrica, que no hicieron sino empeorar los problemas de salud que había desarrollado en prisión, según Hengaw.
Fuentes cercanas a la familia dijeron que cuando Rashidi sufrió convulsiones, los funcionarios de la prisión se negaron a transferirla a la enfermería e incluso la golpearon.
Solo fue transferida más tarde al hospital, ante las quejas y presión de sus compañeras.
Estas fuentes también denunciaron que sus familiares han recibido presiones para declarar su muerte el resultado de un «error hospitalario».
Rashidi fue detenida el 24 de abril de este año por escribir eslóganes de protesta en unas paredes de Teherán y fue acusada de «propaganda contra el Estado».
Tras el ataque israelí contra la prisión de Evín, donde se hallaba internada, fue transferida a la de Qarchak con otro grupo de prisioneras.
La ONG Iran Human Rights, también con sede en Oslo, confirmó estas informaciones y agregó que otra mujer internada en la misma prisión murió recientemente debido al trato negligente recibido y que su cadáver tardó horas en ser retirado por el personal.
«La prisión de Qarchak es símbolo de una negación evidente de la humanidad y de la dignidad humana. El funcionamiento continuado de estas instalaciones es una mancha en la conciencia del mundo», declaró el director de la ONG, Mahmood Amiry-Moghaddam.
La ONG denunció que en la citada cárcel las mujeres se hallan confinadas en espacios extremadamente abarrotados sin ventilación ni iluminación adecuadas y en condiciones insalubres, además de ser sometidas a tratamientos degradantes y sexistas. EFE
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