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2007, histórico para el comercio exterior

El Emmental es uno de los quesos que más exporta Suiza. Keystone

Todas las previsiones apuntan a que las exportaciones rondarán los 200.000 millones de francos suizos, las más altas en 31 años.

Suiza vende al mundo alimentos, relojes, maquinaria y medicamentos. Y compra, también a gran velocidad, materias primas y energéticos.

El peso del sector exportador suizo se resume en una frase: el 52% de las empresas helvéticas vende el 90% de su producción al extranjero. Así, la economía helvética sería apenas la mitad de lo que es de no existir su sector exportador.

Sus productos tangibles más cotizados en el mundo son los relojes, chocolates, quesos, maquinaria y productos farmacéuticos. Y en el universo de los ‘intangibles’, sus servicios bancarios y de seguros dan la vuelta al mundo.

De acuerdo con la Administración Federal de Aduanas (AFA), 4 de cada 10 ratones de ordenador son producidos en Suiza; 6 de cada 10 máquinas textiles; 9 de cada 10 bolígrafos; y 8 de cada 10 relojes de lujo.

Y el 2007 fue un año histórico en materia de comercio exterior para Suiza, lo mismo en el ámbito de la exportación que en las importaciones.

Previsiones

El sector exportador helvético arrancó el presente año con el pie derecho y con una estafeta difícil de alcanzar. El 2006 fue el año con las exportaciones más altas en tres décadas (177.200 millones de francos suizos), según AFA.

Pese a ello, la expectativa parecía aún más prometedora para el 2007.
Y mercados como Rusia, Ucrania, Rumania o India, la mayoría de ellos, por cierto, considerados entre las prioridades comerciales de Suiza, reportaron crecimiento en sus ventas de más de 35% anual.

Las importaciones, por su parte, también prometían un paso veloz.
Las previsiones dadas a conocer el 3 de marzo por expertos del UBS afirmaron que éstas superarían los 175.800 millones de francos suizos, 10% más que en 2006.

Liberalización del queso

La liberalización del mercado del queso entre Suiza y la Unión Europea (UE) fue otro de los eventos que marcó la agenda del comercio exterior suizo este año.

El 1 de julio, cayeron las barreras arancelarias entre los dos socios comerciales, como colofón a la recuperación de un sector que apenas dos años antes (2005) vivía una de sus peores etapas, ya que 9 de cada 10 pequeños productores de queso habían desaparecido durante el primer quinquenio del siglo XXI.

La recesión de 2001-2003 y, justamente, la apertura parcial del sector agropecuario suizo a la UE golpearon a los productores de queso.

Actualmente sólo 35 empresas producen el 70% de los quesos suizos que se exportan, pero el sector recuperó el aliento y enfrentó de buena gana el reto que le impuso la liberalización de este sector, como parte de los acuerdos bilaterales suscritos entre Berna y Bruselas en 2001.

Los primeros seis meses tras la desaparición de impuestos que aplicaban a la comercialización de quesos entre Suiza y la UE han sido favorables para los helvéticos.

Sus precios son en promedio un 35% más altos que los de sus vecinos, sin embargo, han sabido explotar los quesos de especialidad y su calidad artesanal, dos cualidades bien apreciadas en la UE.

Así, este 2007, Suiza habrá producido 185.400 toneladas de queso, de las cuales 56.500 toneladas se destinarán a las exportaciones, y de sus 400 variedades, los quesos estrella en el resto de Europa serán el Emmental, Gruyere, Appenzell, Tête de Moine y Vacherin.

El gigante chino

El noveno mes (07.09) marcó otro evento importante en la agenda comercial.
Los suizos avalaron la decisión de la trasnacional Matel, que ordenó retirar juguetes fabricados en China por falta de controles y posibles riesgos para la salud de los niños ligados a los materiales con los que fueron realizados.

Un total de 19 millones de objetos fueron retirados de los aparadores en todo el mundo, y alrededor de 100.000 unidades (vendidas por tiendas como Toys «R» Us y Migros, fueron eliminados de los almacenes.

La medida de rechazo a los productos chinos de mala calidad se extendió a los textiles.

Esa misma semana, se extendió a 200 toneladas de textiles cuyas tinturas podían ser tóxicas para quien confeccionara y utilizara prendas a partir de dicho material.

Los chinos reaccionaron de inmediato y criticaron la decisión helvética y del resto de los países europeos. Y Kurt Haerri, presidente de la Cámara de Comercio Suiza en China afirmó:

«Las empresas occidentales hacen fabricar sus productos en China y después no se hacen responsables de la seguridad de los artículos que comercializan», ambas acciones son simplemente preludio de una nueva relación China-Suiza que dará mucho de que hablar en los años venideros.

No más armas

Otro evento significativo fue la suspensión (14.11) de las exportaciones de armas suizas a Pakistán, como resultado del estado de excepción decretado en aquel país algunas horas antes.

El Gobierno suizo decidió respaldar las demandas de la izquierda que pedían que la compañía Oerlikon cesara la venta de cañones antiaéreos y municiones a los paquistaníes. Lo anterior se tradujo en la anulación de un contrato con valor de 136 millones de francos suizos.

Al respecto, Suiza argumentó que «el artículo 19 de la Ley sobre Material de Guerra prevé la revocación o la suspensión de autorizaciones de exportación si circunstancias excepcionales lo exigen».

Y el año cerró confirmando la bonanza del comercio exterior suizo, todas las previsiones apuntan a un nivel de exportaciones que supere los 200.000 millones de francos suizos en el año, mientras las importaciones sumarán 185.000 millones de francos como mínimo, en ambos casos al menos 7% por encima del año previo.

swissinfo, Andrea Ornelas

La distribución de las exportaciones suizas es: alimentos y bebidas (18%), industria metalúrgica (16%), relojes (15%), maquinaria (14%), química y farmacéutica (12%, entre otras.

Suiza produce 25 millones de relojes al año. Simultáneamente se manufacturan 40 millones de imitaciones en Asia.

De las importaciones suizas: 35% son alimentos, 32% energéticos, 30% bienes de consumo y el resto otro tipo de artículos.

El ‘boom’ de las exportaciones suizas se concentró en 2007 en la venta de alimentos (bebidas y chocolates a la cabeza), químicos, medicamentos, instrumentos de precisión y relojería, según la aduana helvética.

Los mercados más interesantes para Suiza -por su crecimiento- son Brasil, la República Checa, Arabia Saudí, India y China. Japón y EEUU estancaron su demanda.

Suiza importa al mundo productos básicos (frutas, legumbres, cacao, café), energéticos y bienes de consumo como textiles o zapatos.

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