Ciba pasa a manos alemanas
BASF presenta una multimillonaria oferta para adquirir su competidora de Basilea, un movimiento que fortalecerá su división de producción de papel.
La industria química mundial vive un intenso proceso de ajuste provocado por la escalada en los precios de las materias primas y sólo los más grandes sobrevivirán.
Este lunes (15.09), la farmacéutica alemana BASF compitió en protagonismo con las principales plazas financieras del mundo.
En medio del caos provocado por la quiebra del banco de inversión estadounidense Lehman Brothers y en pleno descalabro de los mercados bursátiles, anunció una Oferta Pública de Adquisición (OPA) por la química suiza Ciba.
Su oferta suma 6.100 millones de francos suizos y tiene por objeto mejorar la capacidad competitiva del grupo alemán BASF al interior de un mercado cada vez más reñido.
BASF necesita fortalecerse
Devorar o ser devorado es la premisa que reina actualmente en el mundo de los negocios mundiales.
Jürgen Hambrecht, presidente de BASF, afirmó que su interés por adquirir Ciba responde a la necesidad de salvar su división de producción de papel, que se ha visto fuertemente golpeada por el incremento en el costo de las materias primas registrado durante 2007 y 2008.
“Con dicha compra, BASF fortalece su cartera y adquiere simultáneamente la posibilidad de retener el liderazgo con productos acordes a la demanda de sus clientes industriales”, citó.
En este caso, contra la práctica habitual registrada tras toda OPA, el Consejo de Administración de Ciba tomó con una gran filosofía la propuesta. De hecho, la vio con buenos ojos y recomendó a los accionistas vender sus títulos a BASF.
“Esta transacción está sustentada en un precio correcto para los accionistas y viene de una empresa extraordinariamente capaz que ayudará a nuestra rama productiva a salir airosa de los desafíos que enfrenta actualmente”, refirió en un comunicado Armin Meyer, presidente de Ciba.
Cabe recordar que BASF ofreció 50 francos suizos por título, un monto 32% superior al que tiene la acción de Ciba en el mercado.
Del mismo modo, el grupo alemán acepta asumir los pasivos por 2.200 millones de francos suizos que tiene Ciba en sus balances.
Ante la pérdida, decisiones radicales
El 2008 no ha sido un buen año para Ciba.
De hecho, durante el primer semestre registró pérdidas del orden de los 569 millones de francos suizos, muy lejos de las ganancias de 103 millones de francos que había reportado entre enero y junio de 2007.
El encarecimiento de las materias primas y una serie de depreciaciones en los activos papeleros que tenía Ciba son la explicación del deterioro de sus finanzas.
Hace exactamente un mes (19.08), al presentar sus cuentas ante el mercado bursátil, el grupo dejó entrever ya que la venta era un camino viable para salir del escollo.
“Tras un examen estratégico, hemos llegado a la conclusión de que debemos evaluar cambios profundos y no se descarta que uno de ellos sea la venta de alguna de las divisiones o del grupo”, refirió entonces la empresa.
Dejó claro también que si las condiciones económicas internacionales seguían complicándose, era altamente factible que los resultados de la compañía siguieran siendo poco alentadores.
Detalles de la operación
En principio, BASF se fijó como objetivo adquirir al menos 65% del capital de Ciba y finalizar la transacción –con 100% de los títulos- en 2009.
El periodo de oferta –lapso en el que los propietarios de acciones de Ciba deben declarar su interés por vender- iniciará el próximo 1 de octubre.
Para BASF ésta será la más grande adquisición de su historia, y su concretización le permitirá fortalecer su posición estratégica en actividades como la química de especialidades y la producción de papel, como ya se citó.
Hasta el momento no se ha aclarado si habrá o no despidos como producto de la fusión.
El acuerdo fue asesorado por Credit Suisse y tiene lugar en una etapa de reacomodos dentro de la industria química mundial.
BASF no es el único interesado en crecer y consolidarse a través de las adquisiciones. Su estrategia es compartida por grupos como Dow Chemical, Dupont o Bayer.
Y en el nuevo entorno se posicionan cada vez mejor las empresas dedicadas a la química de especialidades y aquellas que invierten en procesos cada vez más amigables con el ambiente. Una característica con la que cuenta Ciba.
swissinfo, Andrea Ornelas
Tras el anuncio de la OPA por parte de la alemana BASF, la acción de Ciba repuntó 28% en la bolsa suiza (SWX).
La estructura de BASF incluye 2.000 edificios y 95.000 empleados.
BASF se comprometió a asumir y pagar las deudas por 2.200 millones de francos suizos que tienen actualmente los balances de Ciba.
La industria química suiza se ocupa de la extracción y procesamiento de materias primas –naturales y sintéticas- que generan nuevos productos capaces de satisfacer las necesidades de industrias diversas.
Badische Anilin und Soda Fabrik (BASF) significa en castellano Fábrica Badense de Bicarbonato de Sodio y Anilina. Y el grupo fue fundado en Ludwigshafen, Alemania, en 1865 por el químico Friedrich Engelhorn.
Ciba, por su parte, está basada en Basilea, Suiza, tras la escisión en 1997 de la división no farmacéutica de Novartis. Sus productos incluyen lo mismo lubricantes que polímeros, pinturas, papel o bienes para el cuidado personal o la fotografía digital.
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