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Suiza se prepara para una penuria de energía hidráulica

Presa y embalse de Salanfe
Presa y embalse de Salanfe, en el cantón del Valais, el 29 de agosto de 2022. Simon Bradley / swissinfo.ch

La grave sequía en Europa ha obstaculizado la producción hidroeléctrica en todo el continente. En el caso de Suiza, aunque los glaciares se derriten a una gran velocidad, las reservas hidroeléctricas son estables, pero con niveles inferiores a lo habitual. ¿Serán suficientes para prevenir una escasez de electricidad durante el invierno?

En la presa de Salanfe, al pie de las cumbres nevadas de los Dents du Midi, en el sur de Suiza, sedientas vacas abrevan en una reserva de agua que se consume lentamente. Este verano, el lago de montaña ahí ubicado estaba unos 15 metros por debajo de su nivel habitual tras haber perdido 8 millones de metros cúbicos de agua.

“Es un año excepcional”, dice la camarera del Auberge de Salanfe, conocido por su vista panorámica al cuerpo acuífero. “Ya no hay glaciar, así que el lago solo recibe nieve derretida”.

Paradójicamente, mientras el nivel de algunas presas alpinas se redujo drásticamente este verano, otros embalses se encuentran sorprendentemente llenos -incluso desbordados-, especialmente aquellos ubicados bajo glaciares que se derriten.

Un ejemplo es la presa Gebidem, en el cantón del Valais, rodeada de densos pinos y con 122 metros de profundidad, tiene más de 9,2 millones de metros cúbicos de agua, equivalentes a unas 4 000 piscinas olímpicas llenas, líquido que proviene del deshielo del Aletsch, el glaciar más grande de Europa.

Las oleadas de calor del verano provocaron derretimientos en el Aletsch a un ritmo récord. La presa de Gebidem recibió tanta agua de deshielo que durante algunas semanas de julio y agosto el preciado líquido incluso se desperdició. Cada segundo, 75 000 litros caían de la presa al vacío sin que se pudiera hacerlos pasar por una turbina.

La hidroelectricidad es una piedra angular de la política energética de Suiza. En 2021, fue generadora del 61,5% de la electricidad del país, superando el desempeño de otras fuentes como la nuclear (28,9%), la fósil (1,9%) o las energías renovables (7,7%). Habitualmente, la actividad hidroeléctrica produce energía suficiente para abastecer el consumo de los meses de verano. Pero es necesario importar energía de Europa para atender la brecha que existe cuando el frío se instala.

Normalmente, esto no es un problema, pero este año se avecinan cortes de energía. La guerra en Ucrania, el recorte en el suministro de gas de Rusia hacia una parte de Europa y el cierre de la mitad de las plantas de energía nuclear de Francia, para mantenimientos y reparaciones, son factores que lo explican.

El clima cálido y seco de Europa también ha agravado la crisis energética. Casi la mitad de Europa se ha visto afectada por una sequía extrema. Después de un invierno muy seco, tres olas de calor este año provocaron que Suiza registraraEnlace externo su segundo verano más caluroso desde que iniciaron sus mediciones meteorológicas en 1864. El agua de los lagos y ríos de Suiza, particularmente en las zonas oriental, central y meridional, experimenta niveles históricamente bajos.

‘En camino’

Sin embargo, mientras la generación de energía hidroeléctrica se redujo un 20%Enlace externo en toda Europa durante el primer semestre del 2022 (con especial afectación en España, Italia y Portugal), Suiza está contrarrestando parcialmente esta tendencia gracias al agua de deshielo de sus glaciares.

La producción de las empresas hidroeléctricas suizas experimentó una caída inferior al 12% durante los primeros cinco meses de este año con respecto al mismo periodo del 2021, según Jürg Rauchenstein, miembro de la Comisión Federal de Electricidad (ElCom).

Pero la grave escasez de lluvias aviva los temores sobre la capacidad de Suiza para acumular en sus embalses agua suficiente para cubrir las necesidades eléctricas del país durante el próximo invierno. La tasa de llenado general de las 200 principales presas helvéticas era del 80% al pasado 5 de septiembre.

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Algunos observadores, como Bettina Schaefli, profesora de hidrología en la Universidad de Berna, son optimistas. Si bien es una tasa de llenado inferior al promedio, la acumulación en los embalses parece estar “en camino”, dice.

“El invierno pasado tuvimos muy poca nieve, así que faltó agua de deshielo. Pero los glaciares que están en áreas donde existen presas de captación han proporcionado mucha agua este verano”, añade la también presidenta de la Comisión Hidrológica Suiza.

“De hecho, los embalses de las presas son demasiado pequeños para acopiar toda el agua. En este momento, prevemos más agua de la que realmente podemos almacenar para el invierno”.

La mitad de la energía hidroeléctrica de Suiza proviene de las presas, la otra mitad es generada por estructuras más pequeñas instaladas a lo largo de los ríos conocidas como centrales eléctricas de paso, como las del Rin. Dichas centrales se han visto claramente afectadas por la sequía, pero las pérdidas están siendo compensadas por las grandes plantas alpinas que operan con normalidad, afirma Schaefli.

Algunos operadores hidroeléctricos suizos y compañías eléctricas incluso parecen beneficiarse de la actual escasez y los elevados precios.

“Es una situación muy buena”, expresó a la televisión pública suiza SRF Daniel Fischlin, director ejecutivo de la central eléctrica bernesa Oberhasli. Las turbinas de su empresa han estado funcionando a toda velocidad durante las últimas semanas. “La demanda de electricidad es grande… y ya se ha creado cierta reserva”.

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No obstante, la creciente crisis energética pone muy nerviosas a las autoridades suizas ante la posibilidad de una escasez futura. Podrían presentarse cortes eléctricos de varias horas, advirtió en agosto el presidente de ElCom, Werner Luginbühl. Su colega, la vicepresidenta de Elcom, Laurianne Altwegg, es más mesurada: considera que dichos cortes no son un hecho.

Suiza consumió 58,1 teravatios (TWh) de electricidad en 2021. Alrededor del 80% provino de fuentes de energía renovable: hidroeléctrica (68%) y fotovoltaica, eólica y biomasa (11%, conjuntamente).

Tres cuartas partes fueron generadas por sus 682 centrales hidroeléctricas. El resto fue energía hidroeléctrica importada preponderantemente de Noruega, Islandia y Francia, o energía eólica y/o solar de España. Otro 18,5% de la electricidad consumida en Suiza fue nuclear (en su mayoría de origen helvético).

“Los riesgos de escasez han aumentado considerablemente. Pero los cortes de electricidad no necesariamente ocurrirán, aunque hay temor de que se produzcan”, dijo a la televisión pública suiza, RTS.

Entre mayo y octubre, las centrales nucleares e hidroeléctricas permiten a Suiza generar suficiente energía eléctrica para cubrir la demanda nacional y exportar 30 000 millones de kWh.

En invierno, en contrapartida, Suiza debe importar alrededor 5 TWh de electricidad adicional. En la próxima estación invernal, Elcom estima que necesitará importar 3 TWh (9% del consumo anual) del extranjero.

Ubicación de las centrales hidroeléctricas más grandes de Suiza:

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“Esta cifra se debe a la falta de producción hidráulica por la ausencia de nieve y por la sequía”, dijo Altwegg a RTS. “Suiza tendrá un déficit de energía eléctrica. Y si hay escasez, tendremos que importar del exterior en el invierno”.

Además de la electricidad que importaría de Europa, Altwegg considera que la crisis actual también podrá mitigarse gracias a las cuatro centrales nucleares del país y a la lluvia, si esta logra llenar las presas alpinas durante el otoño.

Ahorro energético

Ante la incertidumbre, el gobierno ha lanzado un programa de ahorro energético para ayudar a evitar una escasez futura. También planea construir una reserva de energía hidroeléctrica para compensar cualquier faltante durante la gélida fase final del invierno.

Normalmente, los embalses están llenos cuando inicia el periodo de frío y se van vaciando gradualmente conforme avanza el invierno. Ahora, a cambio del pago de una tarifa, ElCom busca que las empresas hidroeléctricas guarden algo de agua -la suficiente para proveer hasta 666 gigavatios hora (GWh) de electricidad, que es suficiente para abastecer 150 000 hogares durante un año-, que después se vendería normalmente en el mercado abierto.

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“El gobierno quiere asegurarse de que haya un pago mínimo allí porque los precios precios de la energía van a estallar, y los dueños [de las hidroeléctrica] pueden sentirse muy tentados a vender la electricidad cuando los precios estén altos, en vez de reservarla para Suiza”, dice Schaefli.

¿Será suficiente esta nueva reserva de emergencia, considerada como una póliza de seguro, para prevenir la escasez y valdrá la pena el elevado costo que tendrá para los contribuyentes suizos? Luginbühl advierte que solo paliará los peores “cuellos de botella” durante un lapso de entre dos y seis semanas al final del invierno, pero no será de gran utilidad si la escasez energética se prolonga en Europa.

Energía hidroeléctrica y cambio climático: relación compleja

La crisis climática está provocando eventos meteorológicos cada vez más extremos, cambios en los ciclos del agua y un rápido retroceso de los glaciares. Daniel Farinotti, profesor de glaciología de la Escuela Politécnica Federal de Zúrich (EPFZ), cree que 2022 podría quedar inscrito en los libros de historia. Recientemente expresó al periódico Luzerner Zeitung que este año los glaciares suizos podrían reducirse un 4% o más, superando al año récord del 2003 (3,8%).

Schaefli, de la Universidad de Berna, afirma que según las previsiones que se tienen actualmente, la producción hidroeléctrica se mantendrá estable, aunque haya retrocesos en los glaciares. Un estudio que dirigió en 2018Enlace externo concluyó que habrá poca fluctuación en la producción de energía pese a las predicciones sobre la desaparición de los glaciares para finales de siglo.

“De cara al futuro, espero que la cantidad total promedio de agua que tengamos cada año se mantenga estable y sigamos siendo la torre de agua de Europa, simplemente porque las montañas generarán más lluvias”, señala Schaefli.

Los pronósticos climáticos oficiales anticipan que a finales de este siglo las precipitaciones suizas aumentarán aproximadamente 20% en invierno y se reducirán en el mismo porcentaje en verano.

Para el 2050, no se espera que la producción anual de energía hidroeléctrica se modifique de forma significativa con respecto a la actualidad, según la Oficina Federal para el Medio Ambiente. Esta autoridad estima también un incremento de 37 a 45 TWh (10% más en invierno y entre 4 y 6% menos en verano) debido a los cambios esperados en las precipitaciones.

“Habrá un cambio natural entre la producción de verano y la de invierno. Pero desde la perspectiva eléctrica es una buena noticia porque la naturaleza va a ayudarnos a tener más electricidad en invierno”, puntualiza Schaefli.

Editado por Sabrina Weiss

Adaptado del inglés por Andrea Ornelas

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