El CICR quiere luchar contra las armas biológicas
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) exhorta a un mayor control de las biotecnologías potencialmente peligrosas.
Pide a los científicos adoptar códigos de conducta y a los Estados, reforzar las prohibiciones de armas biológicas.
A invitación de la organización humanitaria, unos cincuenta expertos, entre científicos y diplomáticos, participaron este miércoles (25.09.02) en una conferencia sobre el tema de “La biotecnología, las minas, la humanidad”.
El CICR hizo dos constataciones divergentes: por una parte, los procesos políticos sobre la temática de las armas biológicas enfrentan críticas, por la otra, el mundo se dispone a vivir una revolución biotecnológica.
Veto de Estados Unidos
Como se sabe, las negociaciones diplomáticas tendientes a fortalecer la Convención sobre las Armas Biológicas, fracasaron.
La comunidad internacional no siempre dispone de los medios jurídicos que permitirían verificar la aplicación de ese tratado. Los Estados Unidos casi lo han vetado.
Se sabe también que los avances de la biotecnología permiten entrever fabulosos progresos para la humanidad, pero que al mismo tiempo abren la puerta a abusos potencialmente peligrosos para las poblaciones.
“Lo que deseamos, explica Dominique Loye, consejero del CICR, es que más allá de los problemas políticos, todo el mundo se ponga de acuerdo para reafirmar la prohibición de las armas biológicas”.
Los nuevos peligros
Seamos concretos. ¿Cuáles son los nuevos peligros a los que el desarrollo de la biotecnología podría exponer a las poblaciones?
Ejemplo de Dominique Loye: “conocemos mejor los procesos psicológicos y podríamos influir en ellos, cuando usted desarrolla un medicamento contra la depresión, usted puede utilizar esos mismos conocimientos para crear artificialmente la depresión”.
Otro ejemplo presentado por el CICR: en julio, algunos científicos crearon un virus de la poliomielitis a partir de muestras de ADN compradas por correspondencia y la fórmula química del agente de la polio encontrada por medio del Internet.
Desarrollar responsabilidades
De ahí el exhorto lanzado a los investigadores y a los industriales para que adopten, en sus áreas respectivas, códigos de conducta destinados a prevenir e impedir el empleo abusivo de agentes biológicos.
Dominique Loye explica que la “comunidad científica no necesariamente está consciente de los riesgos, quizá sería necesario que se dotara de un mejor programa de formación en la materia”.
Queda el asunto político. El CICR tiende a mantener su calidad de institución neutra y no entra en materia cuando se le pide comentar las posiciones estadounidenses o británicas sobre los temas candentes de actualidad.
Cabe subrayar que durante los primeros contactos establecidos esta semana en Montreux, expertos y funcionarios mostraron su interés en la idea de los códigos de conducta.
Seguimiento a este llamado: el CICR propondrá a los gobiernos del planeta un proyecto de declaración política común que reafirme las normas existentes en materia de armamento biológico, un asunto que deberá continuar durante el curso del año próximo.
Bernard Weissbrodt, Ginebra
1972 Firma de la Convención para la Prohibición de Armas Bacteriológicas
1976 Ratificación de 144 Estados, incluida Suiza
Los signatarios se comprometen a no fabricar, almacenar o adquirir ese armamento
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