
El Oktoberfest de Múnich reabre tras una alerta de explosivos e incidentes en la ciudad
Berlín, 1 oct (EFE).- El Oktoberfest de Múnich, la más multitudinaria fiesta de la cerveza del mundo y que se celebra desde el pasado día 20, reabrirá sus puertas este mismo miércoles tras un cierre de más de ocho horas por una alerta de explosivos relacionada con un incendio provocado en el norte de la ciudad, donde hubo dos fallecidos y dos heridos.
«La Policía me ha informado de que, en su opinión, no hay riesgo para continuar con el Oktoberfest. Por eso se reabrirá el recinto (…)», indicó el alcalde de la ciudad, Dieter Reiter, en su cuenta de Instagram.
El vicepresidente de la Policía de Múnich, Christian Huber, confirmó en una rueda de prensa que ha descartado cualquier peligro y por eso se ha dado luz verde a la reapertura a las 17.30 hora local (15.30 GMT) de la Theresienwiese, que acoge cada año esta gran fiesta que visitan a diario decenas de miles de alemanes y turistas.
Un portavoz de la Policía había declarado previamente que 25 perros adiestrados en la detección de explosivos de toda Baviera rastrearon desde las 10.00 hora local (08.00 GMT) cada rincón del recinto y se activaron los 600 agentes que normalmente trabajan en el Oktoberfest, además de policías federales y 150 policías bávaros adicionales.
La Policía de Múnich explicó que sobre las 04.40 hora local (02.40 GMT) el cuerpo de bomberos fue alertado sobre un incendio en un edificio residencial en el distrito de Lerchenau, en el norte de la capital bávara.
Poco después, también se recibieron informes sobre ruidos de explosiones en el número de emergencia de la Policía, que acudió al lugar y acordonó la zona.
Las primeras investigaciones apuntan a que un hombre de 57 años y de nacionalidad alemana inició un «incendio en el marco de una intensa disputa familiar».
El hombre no contaba con permisos de armas ni de explosivos, pero el sospechoso, que se suicidó a continuación cerca de un lago, llevaba consigo una mochila que contenía un dispositivo explosivo que debe ser desactivado aún, según la Policía.
Tampoco tenía antecedentes penales.
Según indicó en la rueda de prensa el presidente de la Policía de Múnich, Thomas Hampel, la madre del sospechoso, de 81 años, resultó herida, al igual que la hija, de 21 años y de nacionalidad germano-brasileña, a la que los bomberos tuvieron que rescatar desde el primer piso de la casa.
El padre del sospechoso, de 90 años, fue hallado muerto en el interior de la vivienda.
El ministro del Interior de Baviera, Joachim Herrmann, recalcó en la rueda de prensa junto a los representantes de la Policía de Múnich que no hay indicios de un trasfondo radical, sino que el motivo sería «exclusivamente por cuestiones internas familiares».
El sospechoso había negado la paternidad de su hija, pero un examen médico confirmó la paternidad. Desde entonces, el hombre acusaba a las autoridades de haber sido sobornada.
«El autor no quiso aceptar esta situación», señaló Herrmann.
Cerca del lugar de los hechos se encontró un escrito redactado por el sospechoso, que contenía una amenaza de explosivos no específica relacionada con el Oktoberfest, por lo que se cerró el recinto. EFE
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