
El poder de las sátiras gráficas centra una exposición de caricaturas de España y Panamá
Ciudad de Panamá, 25 sep (EFE).- La muestra ‘Revolución a golpe de tinta’, abierta desde este jueves en el Centro Cultural de España (CCE) de la Ciudad de Panamá, subraya el poder de las sátiras gráficas y relaciona la historia del cómic en España con el panorama creativo panameño de las caricaturas, los fanzine o revistas de baja tiraje y las ilustraciones.
La exhibición ‘Revolución a golpe de tinta. Memoria histórica en viñetas de España y Panamá’ «propone un recorrido por la memoria histórica desde el lenguaje gráfico, resaltando cómo artistas han utilizado la historieta para abrir espacios de reflexión, denuncia y resistencia».
La muestra, en cuyo diseño trabajó la ilustradora panameña Meera Sachani junto con Victoria Alegría, presenta la obras de 7 artistas españoles y siete publicaciones, como Carlos Giménez (Madrid, 1941), Forges (1942-2018), y creadores contemporáneos como Ana Penyas, primera mujer en recibir el Premio Nacional de Cómic en 2018, y Marika Vila, entre otros.
También incorpora un capítulo especial titulado ‘La línea rebelde en Panamá’, que abarca desde la década de 1980 hasta la actualidad, con trabajos de ilustradores del país centroamericano como Fernando Peña Morán (1950-2023) y el reconocido caricaturista Hilde Sucre.
Esta sección de Panamá da relieve a expresiones artísticas independientes que enriquecieron el panorama gráfico panameño, como es el caso de los fanzines Pánico Moral y La Ex-Señorita producidos por colectivos feministas, y proyectos de novelas gráficas como el titulado ‘Duelo. Memorias de una invasión’, de la periodista Sol Lauría y con ilustraciones de Meera Sachani.
El poder de la caricatura
El poder de la caricatura como herramienta crítica de denuncia en sus diversas formas aparece reflejado en cada una de las viñetas de esta muestra y ofrece un testimonio de sus autores, muchos perseguidos durante la dictadura franquista, como el artista Bluf, ejecutado por sus viñetas antifacistas.
De las viñetas, portadas de revistas contestarias y dibujos que se exhiben destaca una caricatura en blanco y negro de Martínmorales, seudónimo de Francisco Martín Morales (1946-2022, Almería), que retrata en todo su boato a Franco saludando, con la mano derecha en alto, el desfile de un ejército de esqueletos.
También el trabajo de Marika Vila que presenta unas viñetas que reivindican el feminismo (‘¡Si te mantienen de rodillas ataca los bajos!’) y denuncian los feminicidos y el dominio sobre las mujeres.
En ‘La Línea Rebelde de Panamá’ están a la vista dos caricaturas, ambas premiadas, de Hilde Sucre. Una expresa el drama de un grupo de migrantes en una embarcación guiados por un ‘coyote’ (traficante de personas), y otra denuncia la explotación laboral infantil en las zonas cafetaleras, con una niña indígena que lleva una pesada carga de café en su espalda mientras juega con una muñeca en sus manos.
«La caricatura es una herramienta, yo diría que en cierta forma es un poder. Tiene mucho poder, genera mucha opinión, genera mucha crítica. Una caricatura bien lograda puede despertar muchas pasiones, se han visto caso de caricaturas que han alborotado (agitado) masas, (y) hasta los Gobiernos han temblado», remarca Sucre a EFE.
Carlos Giménez, el referente
La obra de Giménez (1941, Madrid) exhibida en la exposición es autobiográfica y catalogada por la crítica como la más importante. Son cómics en blanco y negro que relatan su dura experiencia de niño en hogares de auxilio social montados por el estado franquista, en los que imperaba un «fuerte fanatismo religioso, el hambre y el frío» así como «castigos atroces», según aparece en su biografía.
Giménez es considerado un referente de la ilustración gráfica de los años 80.
La diseñadora de la muestra destaca a EFE el «cómic gigantesco» montado a la entrada de la sala de exhibición con un autorretrato de Giménez dibujando, el cual, manifestó, «es el que inicia este recorrido, el que nos lleva a este mundo de la ‘Revolución a Golpe de Tinta'», y más atrás, apuntó, «la imagen de un niño soñador por un mundo más justo».
«La verdadera revolución está ahí, en ese querer el bienestar común y hacer arte o usar tus dones para contar estas injusticias o para sacar a relucir las realidades», indicó Sachani. EFE
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