
El presidente keniano deplora la falta de recursos en Haití y aboga por una nueva fuerza multinacional

El presidente keniano, William Ruto, lamentó este miércoles en la ONU la escasez de soldados y recursos que sufre la fuerza multinacional que lidera su país en Haití, y abogó por una nueva versión de ese despliegue con más capacidades.
Para intentar frenar los abusos de las pandillas que controlan casi toda la capital, Puerto Príncipe, el Consejo de Seguridad de la ONU dio luz verde en 2023 a la creación de la Misión Multinacional de Seguridad (MMAS), liderada por Kenia, para apoyar a la policía haitiana.
Pero mientras los resultados de la fuerza, mal equipada y subfinanciada, son mixtos, Estados Unidos ha estado impulsando en las últimas semanas su transformación en una «fuerza de represión de pandillas» más robusta, respaldada por una oficina dedicada de la ONU y con hasta 5.550 policías y soldados.
«La misión ha trabajado en un entorno volátil, bajo enormes restricciones», con solo alrededor de mil hombres de los 2.500 esperados, aseguró ante la tribuna de la ONU el presidente keniano.
«Pero a pesar de estos desafíos, y contra todo pronóstico, la MMAS ha logrado resultados que muchos pensaban imposibles», aseguró, en particular la recuperación del control del palacio presidencial, del puerto y la reapertura de escuelas.
«Esto lleva a la pregunta: si se pudo lograr tanto con recursos limitados y personal insuficiente, en solo 15 meses, ¿qué se podría haber hecho si la fraternidad de las Naciones Unidas realmente hubiera actuado en solidaridad con el pueblo haitiano?», lanzó.
«Desde esta tribuna puedo asegurar a todos los socios y actores que, con el personal y los recursos adecuados, el equipo y la logística necesarios, la seguridad de Haití puede ser restablecida», afirmó.
El presidente keniano criticó la ineficacia de la comunidad internacional.
«Durante demasiado tiempo el pueblo haitiano ha llamado al mundo en busca de ayuda, demasiadas veces su llamado solo ha encontrado silencio, vacilación y medidas a medias. Haití es un recordatorio trágico de lo que sucede cuando la comunidad internacional desvía la mirada, titubea y ofrece un apoyo insuficiente», indicó.
El país más pobre de las Américas, Haití sufre desde hace años la violencia de las bandas criminales, protagonistas de asesinatos, violaciones, saqueos y secuestros, en un contexto de inestabilidad política crónica.
La situación se ha deteriorado aún más desde principios de 2024, cuando las pandillas llevaron al entonces primer ministro Ariel Henry a renunciar.
El país, que no ha celebrado elecciones desde 2016, es dirigido desde entonces por un Consejo Presidencial de Transición.
abd/jz/val