
El rey reivindica en Arequipa la lengua española como una herramienta de paz
Arequipa (Perú), 15 oct (EFE).- El rey Felipe VI reivindicó este miércoles la lengua española como una herramienta de paz ante la creciente complejidad del mundo, durante su discurso de inauguración del X Congreso Internacional de la Lengua Española (CILE), donde autores y autoridades también destacaron el poder de la palabra en «un mundo enfermo».
Felipe VI, que llegó este martes a la ciudad peruana de Arequipa, donde se celebra el CILE, aseguró ante el auditorio del Teatro Municipal que el español debe «potenciar la voz de las naciones hispanohablantes» en un panorama global incierto «para buscar la paz y el consenso» en «un mundo mestizo».
«Nuestra lengua es para nosotros, los hispanohablantes, lo que fue Arequipa para Vargas Llosa: la casa familiar, un espacio de más de 600 millones de hablantes, fértil en comunicación, en ciencia, en creación literaria, en ideas, en proyectos», dijo en referencia al autor peruano, que nació en la llamada ‘ciudad blanca’.
La inauguración contó con la presencia de numerosas autoridades, expertos y escritores españoles, latinoamericanos y de Perú, país anfitrión por primera vez de este congreso internacional.
«El CILE es una oportunidad para poner en valor el protagonismo del español ante nuevos desafíos de mundo. La interculturalidad, la comunidad clara y la inteligencia humana que quiere ser dueña de sí misma para vivir libremente en comunidad», dijo, por su parte, el director del Instituto Cervantes, Luis García Montero.
García Montero instó a hablar de cultura cuando se ponen en duda el multilateralismo, el derecho internacional y el diálogo de identidades, y especialmente resaltó el mestizaje y la interculturalidad.
Del mismo modo, el director de la Real Academia Española (RAE), Santiago Muñoz Machado, destacó el mestizaje, uno de los pilares del CILE, y el aporte de pueblos indígenas que enriquecieron el español.
En este sentido, Muñoz Machado reconoció el avance en la protección de derechos de los pueblos indígenas y aseguró que las sociedades contemporáneas tienen «el reto mayúsculo» de incorporar los sistemas de participación de los pueblos nativos en las democracias liberales.
En representación del Ejecutivo peruano, estuvo presente el secretario general de la Cancillería, Eric Anderson Machado, quién declaró que Arequipa es «un escenario privilegiado» para la reflexión del español como lengua viva y constante transformación por parte de los pueblos que es el español.
Por su parte, el secretario general iberoamericano, Andrés Allamand, subrayó el inmenso patrimonio que dejó Vargas Llosa, que ayudó a universalizar el español, y recordó el legado de otros autores peruanos como César Vallejo y José María Arguedas.
Mucho más que un idioma
El escritor y académico español Javier Cercas reivindicó el “cliché” de la lengua universal y compartida por más de 500 millones de hablantes y como gran fuente de riqueza.
«No sé si los políticos son conscientes de ello, si lo son, no lo parece», dijo el escritor y académico, que se dirigió directamente al ministro de Cultura, Ernest Urtasun, para decir que no hacen todo lo que podrían para apoyar a los creadores.
«Imagínese que el Cervantes no fuera del Gobierno sino de todos los gobiernos y de todos los países que hablan español, que nos perteneciera a todos”, señaló al tiempo de pedir que se multiplique su presupuesto.
Muchos de los discursos pusieron énfasis en la apuesta por el español como un instrumento de paz y varios tuvieron un tono político en la defensa de esta lengua en un panorama global oscuro.
El escritor colombiano Juan Gabriel Vásquez reflexionó sobre «la enfermedad» que se propaga en el mundo «en tiempos de sangre y dolor», como lo que se ve en Gaza, Ucrania y el asedio a migrantes en Estados Unidos, y defendió el poder de las palabras para describir el sufrimiento y contar la verdad, contra la que luchan los poderosos.
«Es una enfermedad no espontánea, es provocada, tengo la impresión ineludible que todas las fuerzas poderosas están empañadas en romper o distorsionar la relación que existe entre el lenguaje y la realidad», señaló al añadir que el lenguaje aun no es capaz de definir unas democracias que ya están dejando de serlo.
Mirar al futuro
Sobre el papel de la inteligencia artificial, los ponentes coincidieron en señalarla como una ayuda para expandir un mejor uso el español, pero también advirtieron de sus riesgos.
«El español no es sólo la lengua de Cervantes, necesita ser una lengua de ciencia y tecnología, por lo que resulta fundamental la cooperación de las universidades y las políticas institucionales de la comunidad hispánica ante los nuevos desarrollos tecnológicos», dijo la secretaria general del Instituto Cervantes, Carmen Noguero.
García Montero instó a no confundir «el lenguaje claro con la mentira atractiva, una lengua programada para fascinar y desatar ‘me gustas'».
«La comunicación clara sirve para generar confianza entre las instituciones y la ciudadanía, evitar el desprestigio de los poderes públicos y mostrar cercanía entre las decisiones políticas y la vida cotidiana», agregó. EFE
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