El sueño pendiente de un mercado integrado y una moneda única para los países de la Cedeao
Lucía Blanco Gracia
Nairobi, 27 may (EFE).- La Comunidad Económica de Estados de África Occidental (Cedeao) cumple cincuenta años este miércoles con un balance incompleto en las aspiraciones de integración económica con las que nació en 1975 y una gran asignatura pendiente: la puesta en marcha de una moneda regional única.
En 1979, pocos años después de la creación del bloque con la firma del Tratado de Lagos por parte de quince países (hoy en día, lo forman doce, tras la salida de Burkina Faso, Mali y Níger el pasado enero), sus Estados miembros establecieron el Sistema de Liberalización del Comercio de la Cedeao (SLEC).
Esta debía ser una de las piezas angulares de su proyecto para conseguir la integración económica de un mercado que actualmente representa a 400 millones de personas y 761.000 millones de dólares (incluyendo a los tres países que abandonaron la organización), junto con el establecimiento de una moneda común para la región, llamada ECO.
Pero el logro de ambos objetivos sigue pendiente, frente a desafíos como la diversidad económica y de los sistemas financieros y las políticas fiscales o la falta de voluntad política.
El anhelo del ECO
«Cuando se introduce una moneda única, algunos países experimentan sin duda efectos negativos y otros, positivos. Todos tienen que aceptar que habrá un periodo de incertidumbre», dice a EFE Gilles Yabi, economista beninés y fundador del Laboratorio de Ideas de África Occidental (WATHI).
Desde el objetivo inicial de establecer la nueva divisa en el año 2000, su creación ha sido aplazada repetidamente durante las últimas décadas, por la falta de preparación de las economías de la región y los desacuerdos sobre su implementación.
El lanzamiento del ECO, que ahora está previsto para 2027, supondría la unión monetaria entre países como Nigeria y Ghana, que utilizan su propia divisa nacional -la naira y el cedi, respectivamente- con los ocho países de la región que todavía usan el franco CFA, agrupados en la Unión Económica y Monetaria de África Occidental (UEMOA).
Esta moneda de origen colonial, creada en 1945 por Francia (exmetrópoli), tiene paridad fija con el euro y el 50 % de sus divisas se guardan en el Tesoro francés.
Otro reto para el ECO es la heterogeneidad de la Cedeao, desde la empobrecida Sierra Leona hasta Nigeria, una de las mayores potencias económicas del continente africano, que representa más del 62 % del producto interior bruto (PIB) del bloque y es exportadora de petróleo, mientras el resto de países son importadores netos.
Una moneda única «sería un símbolo de integración política y económica muy fuerte», destaca Yabi, al señalar que «permitiría acabar con los legados coloniales a nivel de toda la Cedeao, con países anglófonos, lusófonos y francófonos».
Una integración incompleta
El principal éxito económico de la Cedeao ha sido el libre movimiento de personas y su derecho de residencia en toda la región, con un pasaporte común que funciona «relativamente bien», según señaló un informe con motivo del cuarenta aniversario del bloque, elaborado de manera conjunta con la Comisión Económica para África de la las Naciones Unidas (Uneca).
Sin embargo, la libre circulación de bienes aún se enfrenta a dos obstáculos principales: la falta de una unión aduanera completa, que desincentiva a los inversores a participar en los mercados individuales de los países miembros, y unas infraestructuras de transporte todavía insuficientes.
«La Cedeao no ha hecho suficiente en cuanto a las grandes infraestructuras esenciales para facilitar la integración económica, no solo carreteras, sino también energéticas», afirma el economista de WATHI, al apuntar que, aunque la integración eléctrica «no es mala», ésta ha sido impulsada, sobre todo, por otras asociaciones subregionales.
Tampoco ha conseguido la organización unificar sus políticas sectoriales -en ámbitos como la minería o la agricultura- e industriales, lo que hace que a menudo «haya más competencia que complementariedad» entre los países, subraya Yabi.
En este escenario, los datos oficiales indican que el comercio intrarregional aún es bajo.
Según detalló el pasado abril el Banco Africano de Desarrollo, ese comercio no supera actualmente el 10 %, muy por debajo del más del 60 % entre los países de la Unión Europea.
Pero este porcentaje parece ser mucho más alto, de acuerdo con datos recientes de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), porque la mayor parte de este comercio es, de hecho, informal. EFE
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