Etiopía acusa a Egipto de querer provocar una escalada en las tensiones bilaterales
Nairobi, 4 dic (EFE).- Etiopía acusó al Gobierno egipcio de querer provocar una escalada en las tensiones bilaterales al rechazar el diálogo e intensificar «su retórica hostil» tras la inauguración en septiembre de la Gran Presa del Renacimiento Etíope (GERD), que ha enfrentado en los últimos años a ambos países por el uso del agua del río Nilo.
El Ministerio de Asuntos Exteriores etíope sostuvo que el Ejecutivo egipcio está anclado «en una mentalidad de la era colonial» y afirmó que algunos de sus funcionarios «creen que tienen el monopolio de las aguas del Nilo».
«Las reiteradas declaraciones de funcionarios egipcios que rechazan categóricamente el diálogo y formulan amenazas veladas y no tan veladas son una manifestación del fracaso del Gobierno egipcio para asumir las realidades del siglo XXI», señaló el ministerio en un comunicado difundido la tarde del miércoles.
Asimismo, acusó a El Cairo de «llevar a cabo una campaña de desestabilización» en el Cuerno de África para contar con Estados «clientes, dóciles, débiles y fragmentados».
«El rechazo de Egipto al diálogo y la negociación se ha vuelto ahora evidente (…). La política de aparentar negociar mientras se negaba a entablar un diálogo significativo se ha hecho ahora pública y más directa», añadieron las autoridades etíopes.
«El uso justo, razonable y equitativo es un principio fundamental del derecho internacional aplicable en este contexto. Etiopía no tiene obligación de pedir permiso a nadie para utilizar los recursos naturales que se encuentran dentro de sus fronteras», agregaron.
La GERD ha sido motivo de una larga disputa con Egipto y Sudán, ya que estos países consideran que la presa es una amenaza para su seguridad hídrica y que vulnera acuerdos históricos sobre el uso del agua del Nilo.
El Nilo, cuya cuenca hidrográfica abarca once países, tiene dos afluentes principales: el Nilo Blanco, que se origina en la región de los Grandes Lagos; y el Nilo Azul, que empieza en el lago Tana de Etiopía y aporta al río el 85 % de su agua.
Etiopía considera la presa vital para su economía y espera no sólo que le permita satisfacer las necesidades energéticas de sus 135 millones de habitantes, la mayoría de los cuales -alrededor un 60 %- no tiene electricidad, sino también poder exportarla a otros países.
Pese a las repetidas garantías de Etiopía de que el proyecto no causaría daños significativos, los tres países no han logrado llegar a un acuerdo en las sucesivas negociaciones que han tenido lugar desde 2015, y Egipto y Sudán han acusado al Gobierno etíope de proceder con las fases del llenado de la presa de manera unilateral.EFE
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