Eva Libertad defiende como mujer directora romper con la mirada hegemónica en el cine
Elena Garuz
Berlín, 29 oct (EFE).- Tras la exitosa trayectoria de su largometraje debut ‘Sorda’ desde su estreno en la pasada Berlinale, la cineasta española Eva Libertad estrena en los cines de Alemania este filme narrado desde su sensibilidad como mujer directora y hermana de una persona no oyente y defiende en entrevista con EFE la ruptura de la mirada hegemónica y tradicional en el cine.
«Las mujeres podemos hablar y tenemos el derecho a hablar de lo que queramos. O sea, no hay unos temas que sean femeninos. Para mí no hay un cine de mujeres, en absoluto, pero sí que hay algo que se rompe en la mirada hegemónica y tradicional desde la cual se ha hecho el cine por décadas», salvo las directoras que excepcionalmente «lograban colarse en la industria», dice.
Según la cineasta, con la mirada de las mujeres se diversifica la sensibilidad, las historias se cuentan desde otras sensibilidades también, se abordan temas ya tratados, pero desde otros puntos de vista, o se abordan otros nuevos.
Al mismo tiempo, agrega, le gusta pensar que «no es un tema de género, sino de sensibilidades también» es decir, que «esa mirada no hegemónica y que rompe con lo convencional, también la pueden tener hombres».
Para la realizadora, es «sustancial» que las mujeres estén entrando «a un nivel más masivo» en la industria del cine en España y subraya que eso además está siendo posible por las «acciones positivas que se están llevando a nivel institucional», un impulso a su vez generado por organizaciones como la Asociación de mujeres cineastas y de medios audiovisuales (CIMA).
Lo que sí que todavía limita a las cineastas son los presupuestos, critica, al referirse a los datos más recientes de CIMA, según los cuales las películas en España dirigidas por mujeres cuentan con un 24 % menos de recursos que aquellas rodadas por hombres, lo que supone más de medio millón de euros de diferencia por título.
El primer largometraje de Eva Libertad, que se estrena mañana en los cines de Alemania, cuenta la historia de Ángela (Miriam Garlo, hermana de la realizadora), una mujer sorda, que va a tener un bebé con Héctor (Álvaro Cervantes), su pareja oyente. El embarazo hace aflorar sus miedos frente la maternidad y sobre cómo podrá comunicarse con su hija. La llegada de la niña genera una crisis en la pareja y lleva a Ángela a afrontar la crianza de su hija en un mundo que no está hecho para ella.
La cineasta habla de un «balance sorprendente» al referirse al recorrido de esta película que, recuerda, «fue hecha en Murcia» y «surge de algo muy concreto» -su vínculo con Miriam, «aunque la historia no tiene nada que ver con la vida real de Miriam», subraya- y que está conectando con tantísimos y tan diversos públicos, celebra.
Construir un personaje sordo desde la sordera
En este sentido, también al referirse a la inclusión de actores y actrices con determinadas condiciones en las producciones cinematográficas, Libertad subraya que en el caso de las personas no oyentes, dependerá de cómo se despliegue su sordera y cómo sea su oralidad.
«Hay muchísima diversidad dentro de la sordera. Por eso siempre digo, Miriam y Ángela no tienen nada que ver. Miriam, si la escuchas hablar, no habla como Ángela. Miriam tuvo que construir una voz, una voz coherente con la sordera de Ángela», dice respecto al trabajo interpretativo de la protagonista de su filme.
La realizadora considera que en materia de inclusión «hay que cambiar un poco y perder el miedo».
En el set de rodaje de su filme, donde había personas sordas y oyentes, el objetivo fue siempre que fuese «lo más accesible posible», si bien es imposible que lo sea al cien por cien, «porque al final hay una estructura en los rodajes que es muy capacitista, porque es un reflejo de la sociedad capacitista también», señala.
No obstante, sí que se logró que todo el mundo estuviese cómodo y generar un ambiente muy favorable, sobre todo para las personas sordas, «que son las que siempre tienen que hacer un sobreesfuerzo por desplegarse en cualquier ámbito de nuestra sociedad», añade.
Para la realizadora, que haya protagonistas con determinadas condiciones como la sordera «es una cuestión de que detrás de las cámaras también haya personas con diversidades y personas con discapacidades, porque si son también ellas y ellos quiénes cuentan la historia, va a haber también más personajes diversos delante de la cámara». EFE
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