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Caso Mannesmann-Vodafone

El suizo Josef Ackermann (dcha), presidente del Deutsche Bank, y Klaus Zwickel, presidente del sindicato IG Metall. Keystone Archive

La justicia alemana podría publicar en breve los resultados de la investigación sobre la fusión, en la que 11 directivos son sospechosos de prevaricación.

El suizo Josef Ackermann, hoy presidente del Deutsche Bank, es uno de los altos ejecutivos que investiga la fiscalía de Düsseldorf por posibles irregularidades cometidas durante la compra de la operadora alemana Mannesmann por la británica Vodafone.

Estado de las investigaciones

“Estamos investigando a diversas personas por sospecha de malversación de fondos. Hemos sostenido conversaciones con sus abogados defensores, les hemos expuesto nuestra visión de los hechos. Ahora los abogados tienen la oportunidad de presentar sus diversas posiciones y cuando tomemos conocimiento de ellas decidiremos el procedimiento a seguir”, declaró este viernes a swissinfo Simone Kämpfer, directora de la fiscalía de Düsseldorf.

Según las informaciones aparecidas este miércoles (24.07.) en el diario alemán ‘Süddeutsche Zeitung’, las autoridades fiscales ya habrían confirmado que varios de los implicados cobraron sumas millonarias por facilitar la compra de Mannesmann.

Al producirse la fusión con Vodafone en febrero del 2000, la mayor en la historia de Alemania, por un monto de 188.000 millones de dólares, Josef Ackermann era miembro del consejo de administración que autorizó los pagos indebidos.
Otro de los sospechosos que investiga la justicia es Klaus Zwickel, presidente del poderoso sindicato metalúrgico alemán IG Metall.
Zwickel admite ahora que debió haber votado en contra, en lugar de abstenerse en la sesión del consejo de administración que autorizó las indemnizaciones, pero niega que haya incurrido en fraude o malversación de fondos.

Momento inoportuno

Ackermann, por su parte, guarda absoluto silencio, una actitud que mantiene invariada desde que asumió la presidencia del Deutsche Bank en mayo pasado.

Para Ackermann este asunto, que ha consternado a la opinión pública y a los inversionistas, llega en un momento absolutamente inoportuno. Entre los clientes del banco se encuentra la empresa de telecomunicaciones estadounidense Worldcom, que acaba de declararse en bancarrota y adeuda al banco cerca de 1.000 millones de dólares.

El Deutsche Bank, el mayor banco comercial de Alemania y uno de los tres más importantes del mundo, tras la absorción del Bankers Trust de Estados Unidos, se apresta a introducir importantes cambios en sus estructuras internas, que implicarán el despido de miles de empleados, bajo la orientación de su nuevo presidente.

Indignación en Alemania

El caso se ha convertido en un tema candente, en un momento en que la opinión pública se muestra indignada por las informaciones de presuntos fraudes de grandes compañías internacionales.

A ello se suman los escándalos que han salpicado al ex ministro de Defensa, el socialdemócrata Rudolf Scharping, y a un diputado verde de origen turco, que recibieron honorarios especiales y un préstamo de dinero, respectivamente, de un empresario alemán que representa los intereses de poderosos sectores económicos, como el de la industria química y el de la producción de armamentos.

Juan Carlos Tellechea, Berlín

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