Encienda las pilas y cruce el Emmental en bicicleta
Si no fuera por todas las colinas y montañas, Suiza sería un paraíso para la bicicleta.
Pero, como ha descubierto swissinfo, hay posibilidades para los amantes del pedal que desean viajar por el campo sin derrumbarse de cansancio o deshacerse en sudor.
Una pista diferente para bicicletas ha sido abierta en el Emmental. El trayecto atraviesa verdes y lozanas colinas y pueblos campesinos que hacen de esta región una de las más pintorescas de Suiza.
Pero sin sentirme en buena condición física y no siendo masoquista, rehusé la idea de saltar sobre el sillín para ver con mis propios ojos si la Ruta del Corazón era como la pintaban.
Me informaron que el itinerario serpenteaba a lo largo de las rutas traseras que en gran parte del recorrido se adhieren a los estrechos caminos que abrazan las alturas.
Pero para disfrutar de las vistas panorámicas de los Alpes de Berna, hacia el oriente, y de las montañas del Jura, hacia el occidente, debía escalar.
«Las rutas normales para bicicleta en el Emmental siguen los valles, de modo que no se ve realmente el Emmental, recuerda Alfred Bauer de Pro Emmental, organización de marketing regional.
Bicicletas eléctricas
Lo que posiblemente me hizo cambiar de opinión fue el descubrimiento de un pequeño impreso en el dorso del folleto de la Ruta del Corazón donde se promueve el alquiler de bicicletas eléctricas.
«Todo lo que tiene que hacer es pulsar el botón de arranque y usted puede ir lejos», me dijo Kurt Schär, de Biketec, fabricante de las bicicletas eléctricas llamadas «Flyer» (Aviador).
Schär me convenció de que la «Flyer» haría todo el trabajo dejándome libre para concentrarme en la contemplación de los lugares de interés.
Impulsada por una batería de litio-ión que pesa sólo un kilo y medio, y con una autonomía de 50 kilómetros, la bicicleta me podía llevar hasta las más escarpadas colinas del Emmental, me prometió Schär.
Sin sudar
«Se reirá mientras monta, pero no sudará», agregaba Schär.
Por si acaso, se me suministró una batería de recambio y un mapa de la Ruta del Corazón con detalles sobre cada desvío, además de un repertorio de estaciones de tren donde se pueden alquilar o devolver las bicicletas eléctricas.
La lista sugiere también restaurantes y albergues a lo largo de los 55 kilómetros de la ruta donde los viajeros en bicicleta, hambrientos y sedientos, pueden recuperar energías y donde se pueden cargar o reemplazar las baterías.
«La Ruta del Corazón es un excelente modelo que muestra cómo la asociación entre operaciones no lucrativas y comerciales puede funcionar», subraya Bauer.
«Involucra a las comunas, los trenes regionales, los negocios locales y empresas de alquiler».
Al decir adiós en la estación de trenes de Lützelflüh, puse en marcha la bicicleta, aunque no precisamente haya dejado a Schär y Bauer cubiertos por el polvo
La ayuda al pedal
La batería proporciona una ayuda al pedal, aunque no es de una potencia de turbo. Y a pesar de su escasa velocidad, la bicicleta cumplió con toda la promoción como también lo hizo la ruta.
En los caminos del campo se ven más tractores y ganado que automóviles. Cada dos kilómetros pasé por pueblos soñolientos o caseríos tentado una y otra vez por las pintorescas panaderías y cafeterías donde pude abastecerme de pasteles frescos y café.
Uno de los puntos atractivos es el pueblo de Affoltern que hace alarde de tener la lechería de espectáculo mejor conocida de Suiza. Allí se produce el famoso queso suizo «Emmental».
La región está salpicada también por un fragmento de historia. Según el folleto, el siguiente caserío, Rüderswil, fue el lugar de nacimiento y domicilio de Niklaus Leuenberger, líder de una rebelión campesina durante el siglo XVII.
Recargar pilas
Después de casi 30 kilómetros, aunque no sentía el más mínimo cansancio, me detuve para recargar las baterías en el restaurante y albergue Bären, en el pueblo de Madiswil.
Pese a que está bien mantenido, «el Jardín de las Bicicletas» del Bären, es algo excéntrico. Tiene esculturas caprichosas hechas con hierro torcido y viejas bicicletas.
Eliane Ingold, la propietaria, que se ocupa del jardín mientras su marido cocina, me dijo que podía tomar tanta agua como quisiera de la vieja fuente de piedra para ayudarme a mí mismo.
Con las pilas ya cargadas pedí una pequeña «mochila de gastrónomo», cesta para picnic destinada a los ciclistas, antes de partir de nuevo.
La mochila contenía ensalada, salchicha, queso, pâté, pan, una botella de vino y agua y todos los instrumentos necesarios para cortar, untar y sacar corchos.
«Está destinado a personas como usted que vienen en las bicicletas eléctricas» me decía Ingold. «Puede tomarse el tiempo necesario y no tiene que trabajar duro pedaleando».
swissinfo, Dale Bechtel, en el Emmental
(Traducción: J.Ortega)
La Ruta del Corazón tiene 55 kilómetros de largo, Comienza en Lützelflü, en el cantón de Berna, y termina en Willisau, cantón de Lucerna.
Las «E-bike» se pueden alquilar por 35 francos suizos (28 dólares) diarios en las estaciones de tren de Lützelflü, Burgdorf y Willisau, donde también se ponen gratuitamente a disposición mapas de la ruta.
Las bicicletas eléctricas también se pueden alquilar en Locarno y Ascona, en el cantón del Tesino.
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