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Gran retorno de los tranvías

El tranvía, personaje de la ciudad de Berna. Keystone

Los tranvías vuelven a ponerse de moda en Europa. También en Suiza se multiplican los proyectos e inauguraciones de nuevas líneas.

Ciudades como Zúrich, Basilea, Ginebra o Lausana muestran particular interés. En Berna el pueblo vota el 16 de mayo sobre créditos para ampliar la red.

Desde hace algunos años hay un verdadero renacimiento internacional de los tranvías. Aunque la construcción de una línea de tranvía sea más cara que la de una línea de autobuses (trolley) el tranvía sigue siendo menos oneroso que el metro.

El tranvía tiene además otras ventajas. Es un medio de transporte poco contaminante y, en las ciudades, resulta más práctico y rápido que el bus.

Tony Lüchiger, miembro del Servicio de Información de los Transportes Públicos (LITRA), encuentra en el tranvía otra ventaja: la modularidad. “Un tranvía está formado por varios wagones y, como el tren, puede ser alargado. El metro, aunque esté vacío o lleno, conserva siempre la misma longitud. El bus, en el mejor de los casos, puede ser simplemente duplicado”, asegura.

La suerte del tranvía en las urnas

Los ciudadanos de Berna han sido convocados el 16 de mayo para votar sobre un crédito de 47,5 millones de francos destinado a construir una línea de tranvía para unir el centro de la capital federal suiza con su periferia occidental. Por ahora esta línea está cubierta con autobuses cada día más abarrotados.

Según las autoridades municipales la nueva línea es indispensable no sólo para hacer frente al flujo de pasajeros, sino para dar un impulso económico a toda la región.

“Se trata de una inversión que tendrá efectos a largo plazo. Una buena infraestructura urbana aporta beneficios a las zonas rurales”, recuerda Simonetta Sommaruga, senadora en el parlamento suizo y presidente de la fundación de protección de los consumidores.

Está igualmente prevista la construcción de un centro comercial multiusos en el punto de comienzo de la línea. “Si hay un congreso en este centro, con miles de personas para transportar en poco tiempo, el tranvía representa la mejor solución”, explica Tony Lüchinger.

Ahora bien, si se tiene en cuenta el mal estado de las finanzas públicas, los opositores (entre los cuales hay incluso habitantes de la periferia) consideran que el proyecto es “un regalo no deseado, un lujo exagerado y un sueño irrealizable”, como declara el comité de oposición, animado por el diputado cantonal de Berna, Thomas Fuchs (UDC, derecha dura)

Proyectos en todo el país

El movimiento a favor del tranvía se observa en realidad en toda Suiza. Ginebra acaba de inaugurar la línea 13 que vincula la estación de trenes de Cornavin, con la Plaza de las Naciones. La ciudad tiene también prevista la autorización de otra nueva línea, el año próximo.

En Zúrich van a comenzar los trabajos para construir una línea en el Glattal, zona considerada como la más dinámica económicamente del cantón.

Entre los otros proyectos en marcha está el de Basilea que tiene prevista la prolongación de sus líneas hacia Weil am Rhein (Alemania) y hacia Saint-Louis (Francia).

Pero el proyecto más ambicioso es el de la ciudad de Lausana donde se preparan las obras del llamado ‘M 2’, que será la columna vertebral de los transportes públicos regionales.

A partir del 2007, el ‘M 2’ deberá transportar 70.000 pasajeros por día y aliviar de este modo el eje norte-sur de la aglomeración de Lausana. Costo de la operación: 590 millones de francos.

Entre claridad y conservatismo

A menudo olvidado a causa del automóvil, el tranvía vive hoy un momento de gran retorno. No sólo en Suiza, sino también en Alemania y en los Países Bajos o en Francia donde los tranvías habían prácticamente desaparecido. También se han lanzado proyectos en España, Italia, Inglaterra y Estados Unidos.

Gracias a una cierta clarividencia y, quizá, gracias al conservatismo que a veces resulta providencial, las principales ciudades suizas siempre mantuvieron sus redes de tranvías. Ya en los años 60 su utilidad no era cuestionada.

Hay sin embargo algunas excepciones. En Lugano y Locarno los tranvías dejaron de existir precisamente en los años 60. Pero hoy, en el Tesino, donde el smog y las tasas de ozono superan regularmente los límites críticos, la situación del tráfico urbano es una de las peores de Suiza.

A pesar de todo Suiza cuenta con una indiscutible experiencia en materia de tranvías. Recientemente, la ciudad francesa de Grenoble, organizó una visita de sus comerciantes a Zúrich.

El objetivo era mostrarles que, al contrario del metro, el tranvía circula al aire libre, permite a los pasajeros ver las vitrinas…descender y hacer compras. En otras palabras: un argumento más para redescubrir la utilidad del tranvía.

Swissinfo, Rafaella Rosello
(Traducción, Jaime Ortega)

Durante los últimos 25 años 40 ciudades han reintroducido el tranvía.
En Suiza, 5 ciudades quieren crear o prolongar sus líneas de tranvía.

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