
Hong Kong revitaliza su turismo con 1,16 millones de visitantes chinos en ‘Semana Dorada’
Mar Sánchez-Cascado
Hong Kong, 8 oct (EFE).- Hong Kong recibió más de 1,16 millones de visitantes de China continental entre el 1 y el 6 de octubre, en medio de los esfuerzos del Gobierno por revitalizar un sector golpeado por años de desaceleración económica, restricciones sanitarias y tensiones sociales.
El aumento de visitantes durante la conocida como ‘Semana dorada’ llega en un momento estratégico para la urbe, que busca recuperar su protagonismo como destino turístico y financiero de referencia en Asia, en medio de una competencia regional creciente y un entorno global marcado por tensiones geopolíticas, la cautela del consumidor chino y la volatilidad económica.
A ello se suma el desplome del sector provocado por las masivas protestas prodemocráticas de 2019 y el posterior cierre de fronteras a causa de la pandemia de covid-19.
Las autoridades chinas esperaban más de 2.400 millones de desplazamientos durante esta ‘Semana dorada’, siete días de asueto que combinan la Fiesta Nacional del 1 de octubre con la Fiesta de Medio Otoño y que constituyen uno de los períodos de mayor movilidad del año en el gigante asiático.
Remonte internacional
Durante este mismo periodo, las llegadas internacionales a Hong Kong ascendieron a 182.800, un incremento del 25,3 % respecto al año anterior, reflejando una recuperación parcial de los mercados extranjeros.
El secretario de Finanzas, Paul Chan, subrayó que la coincidencia de esta Semana Dorada con el Día Nacional de China y el Festival del Medio Otoño ha dado un fuerte impulso al turismo, potenciado por eventos emblemáticos como la ancestral Danza del Dragón de Fuego y los fuegos artificiales del Día Nacional, que congregaron a multitudes.
El entusiasmo turístico también se reflejó en el ámbito financiero, mientras bancos locales desplegaron campañas para atraer a clientes de alto poder adquisitivo, con experiencias exclusivas y sorteos, lo que elevó un 30 % la afluencia a sucursales.
Sin embargo, la capacidad hotelera colapsó, y decenas de turistas pernoctaron en locales de comida rápida de Tsim Sha Tsui, evidencia de la escasez de alojamiento asequible y de los retos estructurales que aún enfrenta Hong Kong para sostener su competitividad como destino internacional.
Un sector fundamental en apuros
El turismo, pilar económico de Hong Kong que aportó el 5 % del PIB en 2018 y empleó a 250.000 personas, se ha desplomado tras múltiples crisis, la primera de ellas las protestas prodemocracia de 2019, que paralizaron la ciudad con manifestaciones masivas y enfrentamientos, ahuyentaron a los visitantes, reduciendo significativamente los millones de visitantes.
La posterior pandemia de COVID-19 agravó la situación, con restricciones de viaje, estrictas cuarentenas y controles transfronterizos que frenaron las llegadas, especialmente de China continental por vía terrestre y de otros mercados por aire, devastando aviación, comercio minorista y hostelería.
A esto se suma el deterioro de la autonomía prometida por China en 1997, tras la devolución británica. La ley de seguridad nacional de 2020 y el Artículo 23, aprobado en marzo de 2024, que endurece sanciones por interferencia externa y espionaje, han restringido libertades de prensa y expresión, con detenciones de activistas y periodistas.
Estas medidas, que han generado fuertes críticas internacionales, han golpeado la imagen de Hong Kong como destino turístico y hub financiero global, alejando a visitantes o empresas y apagando esperanzas de una recuperación robusta del sector. EFE
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