Inflación e impacto económico de la guerra, retos para los bálticos en 2023
Riga, 30 dic (EFE).- El control de la inflación y la gestión de las consecuencias económicas de la guerra en Ucrania son los retos más destacados en 2023 de los países bálticos, próximos a un conflicto que ha tenido gran repercusión en todos los ámbitos de la vida de los tres estados.
La economía de Letonia ha entrado en una moderada recesión «y eso continuará durante la primera mitad del año» por la reducción de la capacidad adquisitiva de la población por la inflación, la política monetaria más restrictiva del Banco Central Europeo (BCE) y las dificultades para el sector exportador, según el análisis de Morten Hansen, responsable del departamento de Economía de la Stockholm School of Economics en Riga (SSE Riga).
Hansen estima que las sanciones impuestas contra Rusia por su invasión de Ucrania han causado dificultades añadidas en las posibilidades de exportación hacia su país vecino, además de que el estancamiento económico en sus socios exteriores impactan en el sector exterior de la economía letona.
Con índices de inflación todavía por encima del 20 %, en Estonia su Banco Central estima que la subida de precios se moderará «lentamente» en 2023.
Los precios más altos de los alimentos aumentarán a corto plazo la inflación general, porque aunque los precios de los productos básicos alimentarios están cayendo en los mercados mundiales, el mayor impacto de la crisis energética en Europa significa que los precios máximos para la producción de alimentos solo se están alcanzando ahora, según el banco central estonio.
El Banco de Lituania, por su parte, estima «en los próximos años, la evolución de la economía de Lituania se verá influida principalmente por el curso de la guerra de Rusia contra Ucrania y los esfuerzos de los gobiernos para mitigar los efectos económicos negativos de la guerra».
«La guerra, las sanciones impuestas y la respuesta a las mismas han provocado un aumento significativo de los precios mundiales de las materias primas y la volatilidad, especialmente de la energía y los alimentos», indica el banco lituano en su análisis de las perspectivas de 2023.
«Esto, debido a la disminución del poder adquisitivo de los hogares, la pérdida de competitividad de las empresas exportadoras y la necesidad de endurecer la política monetaria, tiene un impacto particularmente adverso tanto en el desarrollo de la economía de Lituania como en el de muchos de los principales socios comerciales de Lituania, especialmente aquellos en la UE», advierte el banco lituano. EFE
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