
Jacqueline Castillo, víctima de ‘falsos positivos’, elegida defensora del año en Colombia
Bogotá, 30 sep (EFE).- Jacqueline Castillo fue elegida este martes como la defensora del año en Colombia por su liderazgo en la denuncia de las ejecuciones extrajudiciales cometidas por el Ejército durante el conflicto armado, conocidas como ‘falsos positivos’, en las que fue víctima su hermano.
«Quiero ofrecer este premio a los más de 6.402 jóvenes que fueron presentados ilegítimamente como asesinados en combate», dijo Castillo al recibir el galardón, que cada año entregan la ONG internacional Diakonia y el programa Act Iglesia Sueca, con el apoyo de la embajada de ese país en Colombia.
La ceremonia del Premio Nacional de Derechos Humanos se llevó a cabo en el auditorio del Centro de Memoria Paz y Reconciliación, en Bogotá, donde se destacó el trabajo de Castillo al frente de su Fundación Madres de los Falsos Positivos de Soacha y Bogotá.
El jurado resaltó en un comunicado que la galardonada, quien perdió a su hermano Jaime por esta práctica, se ha alzado «como símbolo de lucha y memoria» y ha convertido «el dolor en acción colectiva».
En Colombia se conocen como ‘falsos positivos’ los casos de civiles reclutados mediante engaños y asesinados para presentarlos como guerrilleros muertos en combate e inflar las cifras de éxito militar, una estrategia utilizada por el Ejército, sobre todo entre 2006 y 2008, durante el gobierno de Álvaro Uribe. A cambio, los soldados recibían recompensas, como condecoraciones o permisos.
Hace dos semanas, la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), el tribunal creado por el acuerdo de paz firmado en 2016 entre el Estado y la antigua guerrilla de las FARC, dictó su primera sentencia restaurativa, con penas de entre cinco y ocho años, contra doce exmilitares responsables de más de un centenar de estos asesinatos en el norte del país.
Otros galardonados
Diakonia y Act Iglesia Sueca también reconocieron a dos iniciativas en la categoría ‘Experiencia o Proceso Colectivo del Año’.
Una fue la Mesa Ambiental de Jericó, integrada por familias campesinas del corregimiento Palocabildo (centro-oeste) que defienden su territorio frente a proyectos mineros que amenazan su identidad cultural y los recursos naturales esenciales para su subsistencia.
«A pesar de enfrentar judicialización, su resistencia ha despertado solidaridad nacional e internacional», destacó el jurado.
La otra premiada en esta categoría fue el Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado, que reúne a más de 200 organizaciones y ha trabajado «incansablemente por la verdad, la justicia y la no repetición», visibilizando «el dolor de miles de víctimas, enfrentando amenazas y censura por su labor».
El reconocimiento en la categoría ‘Toda una Vida’ fue para la Hermana Cecilia Naranjo Botero, religiosa del Sagrado Corazón de Jesús, quien ha dedicado más de tres décadas a acompañar comunidades víctimas del conflicto armado.
«Su historia atraviesa la educación inclusiva, el exilio, el trabajo en zonas humanitarias y la publicación de sus memorias en el libro ‘Caminantes del amor eficaz para sembrar vida'», destacó la organización del premio.
Durante la ceremonia, la embajadora de Suecia en Colombia, María Camer, afirmó que los nominados y ganadores son «faros de dignidad en medio de la adversidad» y recalcó la necesidad de «apoyar a quienes defienden los derechos humanos» porque, según dijo, «su labor fortalece la democracia, promueve la paz y protege la vida». EFE
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