 
Juan Ramón Matta, el primer hondureño perseguido por la justicia de EEUU por narcotráfico
Germán Reyes
Tegucigalpa, 30 oct (EFE).- Enfermo y en una prisión de alta seguridad, el narcotraficante hondureño Juan Ramón Matta, primer objetivo de la justicia estadounidense en la lucha contra el tráfico de drogas en Honduras, falleció este jueves en EE.UU., donde fue condenado a cadena perpetua tras ser capturado en su país en 1988.
Su muerte la confirmó uno de sus abogados, Marlon Duarte.
Aunque el narcotráfico en Honduras comenzó a extender sus tentáculos hacia mediados de los 70, fue hasta el 5 de abril de 1988 cuando EE.UU., sin tener un tratado de extradición con el país centroamericano, participó en Tegucigalpa en la captura de Matta.
En 1986 regresó a su país después de una espectacular fuga de la cárcel La Modelo, en Bogotá, Colombia, donde había sido detenido en 1985.
Ofreció pagar la deuda externa de Honduras
Agentes de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA) junto con miembros de los cuerpos de seguridad de Honduras, capturaron a Matta cerca de su lujosa residencia en el extremo sur de la capital hondureña, cuando regresaba de hacer ejercicio.
Esposado de pies y manos, Matta, quien siempre negó ser narcotraficante, aunque se le vinculaba con redes que operaban en su país, Colombia y México, fue subido a un avión y llevado a Nueva York.
Entonces, en Tegucigalpa también trascendían versiones de que altos militares hondureños estaban metidos en el narcotráfico, sin que ninguna autoridad los investigara.
Eran los años en que, pese a que el país había retornado a la democracia, en 1980, los uniformados seguían siendo un poder real, lo que incluso admitió el expresidente José Azcona (1986-1990).
Al regresar a Honduras tras fugarse de la cárcel colombiana, Matta le dijo a Azcona que podía pagar la deuda externa de Honduras, que entonces superaba los 2.000 millones de dólares, como un aporte al país, en el que deseaba seguir viviendo, lo que fue rechazado por el exgobernante, según indicó entonces a los periodistas.
Sobre su fuga de la prisión colombiana, Matta relató sonriente que la abandonó porque las puertas se le fueron abriendo.
Era «un peligro para el país»
Después de su fuga, que fue calificada como ‘de película’, desde Colombia se informó de que en su recorrido desde la celda hasta que salió de la cárcel, atravesó diez puertas y eludió la vigilancia de 17 guardias.
Ante las críticas al entonces presidente Azcona y protestas violentas frente al Parlamento hondureño y la Embajada de EE.UU. en Tegucigalpa, por la forma en que Matta fue sacado del país, Azcona afirmó que él autorizó la salida abrupta de quien llegó a ser señalado como uno de los narcotraficantes más grandes entre el norte y sur de América.
Según Azcona, Matta, quien no tenía juicios pendientes en Honduras, representaba «un peligro para el país» por su caudal económico.
Para algunos de sus compatriotas, Matta era una especie de Robin Hood porque favorecía a muchos pobres, entre quienes, algunos de los que recibieron ayudas de él, condenaron y lamentaron su captura y entrega a Estados Unidos.
Uno de los delitos que EE.UU. le imputó a Matta fue su presunta participación en la muerte del exagente antidrogas Enrique Camarena, en 1985 en México, hecho que él siempre negó.
El 8 de diciembre de 2018, el abogado Marlon Duarte dijo a periodistas en Tegucigalpa que la Justicia estadounidense había retirado los cargos contra Matta por el caso Camarena.
Después de la captura de Matta en 1988, el narcotráfico en Honduras siguió creciendo y además salpicó a políticos que durante varios años han venido recibiendo dinero para financiar sus campañas políticas a nivel de presidente, diputados y alcaldes.
El narcotráfico ha salpicado a los Gobiernos que presidieron Manuel Zelaya, Porfirio Lobo y Juan Orlando Hernández, este último condenado a 45 años de cárcel en Nueva York, tras ser entregado en extradición en abril de 2022, a casi tres meses de haber cumplido su segundo mandato en el poder.
Entre 2014 y 2025 Honduras ha entregado en extradición a más de 60 nacionales por narcotráfico. Figuran entre los enjuiciados en EE.UU. cabecillas de los carteles los Cachiros y los Valle Valle, un exdiputado hermano del expresidente Juan Orlando Hernández y el exdirector de la Policía Nacional Juan Carlos Bonilla. EFE
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